La esperanza del monstruo democrático, entre Syriza y Podemos (Antonio Negri/Raúl Sánchez Cedillo)
Julián Ayala recomienda un denso, algo enrevesado artículo aparecido con la firma de Antonio Negri/Raúl Sánchez Cedillo en el blog DOMINIO PÚBLICO alojado e PÚBLICO. Y que no se tome como descalificativo lo de enrevesado que el endilgo al texto. El artículo es enredado, como enredado es el amplio tema que aborda. La coyuntura política y social en esta Europa es una coyuntura de cambio por el enfrentamiento entre dos conceptos antagónicos. El de quienes pretenden recuperar los pocos privilegios perdidos por la gente rica y perpetuar indefinidamente una posición de dominación y abuso de la gente pobre. Y el de quienes pretendemos que Europa retome el camino que inició una Unión que se basaba en principios de solidaridad y convergencia social. En definitiva, una vez más, entre derecha (que Negri y Sánchez Cedillo denominan ingeniosamente "neobismarkianismo) e izquierda. La vieja y la nueva.
El artículo parte de la enorme influencia que tendrá el desarrollo de la gestión gubernamental de SYRIZA en las elecciones en el estado español. Y en cómo, en el hipotético caso de un triunfo de PODEMOS pesará en toda la situación europea.
Pasa a continuación a revisar de nuevo (se ha tratado tantas veces, que ya todo análisis es revisión) el asunto de la Deuda, en cuanto que instrumento de sujeción de los pueblos a la especulación financiera internacional.
Al final, desembocamos con los autores en el gran reto de la Unión Europea. Por una parte, la cesión ya, irreversible, de soberanía; por el otro, la eliminación de esta realidad actual en que esa soberanía supranacional está mangoneada por la derecha "bismarkiana" que traiciona los ideales primigenios de solidaridad e igualdad de la Unión. Y, por el otro, muy vinculado, que solamente una colaboración de las izquierdas (los autores dicen que las periféricas, yo afirmo que todas) podrá reencaminar a la unión hacia la obtención de una relac ión económica y social que haga posible la democracia económica, la redistribución equitativa de la riqueza, sin la que la democracia política no pasa de ser una falacia.