En resumidas cuentas, era inevitable que en PODEMOS, en cuyo proceso de nacimiento  ha confluido un montón de gente, que se encontró -física o emocionalmente- el 15 M, se pordujeran estas tensiones, dada la pluralidad de criterios de la gente, sobre como debe ser y actuar el partido. El problema parece venir de que la dirección no es capaz de manejar este potaje de sensibilidades.

Dice Emmanuel:

"Hay en Podemos una constante que se mantiene desde el principio, la debilidad de su élite. Esta debilidad puede parecer una paradoja en un partido que ha tenido por bandera la verticalidad y la concentración de poderes en el “comando mediático”. No obstante, si se invierten los términos se obtiene un resultado más adecuado: el modelo organizativo es consecuencia de la debilidad de su dirección, no al revés. Hace cuatro años prácticamente nadie conocía a ninguna de las figuras salientes de la nueva política. Todas ellas cabalgan una ola (abierta por el 15M) que les empuja y eleva, pero que obviamente no controlan"

https://www.diagonalperiodico.net/panorama/29769-fin-vistalegre.html