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viernes, 29 de marzo de 2024 08:39h.

Grite lo que quiera la gente española; en Cataluña ganó el derecho a decidir - por Chema Tante

 

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Grite lo que quiera la gente española; en Cataluña ganó el derecho a decidir - por Chema Tante

Dice la española Inés Arrimadas -que siente orgullo por ese gentilicio, allá ella- que, “a partir de ahora, el independentismo no puede hablar en nombre del pueblo catalán”. Y eso, porque “un millón de valientes” ha votado por su partido.

Fuerte sentido de la democracia tiene la señora jerezana que el azar y Albert Rivera le han montado arriba a Cataluña. Me gustaría a mí escucharle si esos dos millones largos (Qué curioso, vuelve la cifra tantas veces cuestionada) de votos del soberanismo se los hubiera llevado ella. Entonces sí. Entonces la señora Arrimadas gritaría que ella posee la verdad revelada y le negaría al resto la sal y la palabra. Pero no. Los votos republicanos superan a los monárquicos. Y eso se llama ganar. Se llama democracia.

Pero no. La verdad es que este 21 de diciembre se han confirmado los temores del nacionalismo centralista español. A pesar de las amenazas; de las arbitrariedades que han puesto a candidatos presos políticos preventivos a la merced de un funcionario ministerial español y a otros condenados al destierro por la persecución judicial; a pesar de una Junta Electoral claramente parcializada; a pesar de las admoniciones de la catástrofe económica; a pesar de todas y cada una de las descalificaciones de la prensa mercenaria; a pesar del sabotaje de las grandes empresas con sus supuestas salidas del territorio; a pesar de los millones que se ha estallado el partido de Arrimadas en una campaña pagada por el poder financiero. A pesar de todo eso, la gente catalana, dos millones largos, repito, de un total de cuatro millones trescientos mil votos, estos sí que son votos valientes, han repetido otra vez al mundo su voluntad de elegir sobre su destino.

Y sépase que entre los votos “valientes” de Arrimadas se cuentan los de la gente timorata que se ha creído el cuento de que a Cataluña le esperaba la tragedia económica si ganaba el “secesionismo”. Pues nada, Arrimadas, Soraya, Rivera, el “secesionismo” ha ganado. En escaños y en votos. El independentismo no está descabezado. Chúpense esa. 

Y eso que Rivera, al que parece que en sus clases de oratoria del Opus no le recordaron la prohibición bíblica de mentir, dice, el muy cinico "que le han ganado a los separatistas".

Dicen los españolistas que el voto contrario a la independencia es superior al favorable. Pero no se trata de independencia todavía, porque la cuestión pendiente es el referéndum. La consulta no mediatizada por las fuerzas políticas y el personalismo de las candidatas y los candidatos que aclare de una vez la cuestión. Y en este asunto, no es posible contabilizar los trescientos mil votos de CeC como contrarios al soberanismo. Porque CeC respeta y demanda el derecho a decidir. Y que nadie olvide que lo que rechaza CeC es la unilateralidad.

Diga lo que quiera la española. Pero en Cataluña ha perdido, no el españolismo, que eso, al fin y al cabo es siempre una opción respetable. Lo que ha perdido es el autoritarismo que impide a la gente expresarse. El autoritarismo de quienes, alegando sobre sus amores constitucionales, vetan un derecho constitucional.

En Cataluña, la realidad es que la República le ha ganado, moral y matemáticamente, a la monarquía que nos dejara "atada y bien atada" el sanguinario dictador.

Estos resultados dejan claro el camino que tiene que seguir el gobierno español: suspender no el 155 de la Constitución, sino la interpretación ilegal que ha hecho de ese artículo. Y suspender inmediatamente todas las causas procesales que siguen con brutalidad contra gente que no ha delinquido sino que ha intentado ejercer sus derechos políticos. Porque, dicho sea de paso, no se entiende que se acepte el derecho a ser independentista, pero no el de cumplir con ese derecho.

Porque el 155 se aplicó de manera ilegal por el partido llamado popular, para hacer un escarmiento. Pero se ha visto que la gente en Cataluña no ha asumido el escarmiento.

Ahora, el soberanismo tiene que buscar otras vías hacia la independencia. Pero lo hará, pese a quien no le guste, desde el gobierno, otra vez, desde el calor de la aceptación mayoritaria de su pueblo, otra vez.

Esto sigue siendo serio, por mucho que lo frivolicen Pperos y Ciudadaneros. Hay que buscar una salida que apague esta fogalera. Porque la gente catalana seguirá sufriendo, luchando y, al final ganará.

Lo escribe y lo ratifica Chema Tante

CHEMA TANTE