Dice Rafa Dorta:

"En este lúcido artículo, Josep Ramoneda certifica la creciente debilidad de España en el escenario internacional, una realidad que el gobierno apenas puede ocultar por mucho que se empeñe en dar muestras de una pretendida "fortaleza" tanto en clave interna, basándose en una mayoría absoluta que no se sostiene en un apoyo social de igual proporción a la recogida en las urnas; como externa, ejemplificada en la rueda de prensa subida de tono, grave y desafiante, en respuesta a la expropiación de la filial argentina de Repsol. Después de cada viernes de nuevos recortes, mal llamados reformas por los ministros más (im)populares de la historia, este equipo de destrucción masiva liderado por Rajoy "el ausente" continua haciendo mella en la esperanza de los ciudadanos que no lo ven nada claro y desconfian al observar lo pernicioso de los continuos ataques a la línea de flotación de ésta sociedad, por no hablar de la inconsistencia final ( en el inicio también lo era ) de aquella salida en tromba para defender los intereses de España en contra de la temeraria Argentina. El estado interno de depresión y apatía en el que nos encontramos no evita que saquemos las lógicas conclusiones, cuando comprobamos el espectáculo de mentiras rebosantes de tecnicismos rebuscados que emplean continuamente en un burdo intento de distraer la atención sustituyendo las palabras ( recortes, impuestos, privatizaciones ) como si en el fondo no entendieramos su verdadero significado. La política exterior adquiere tintes grotescos ante la decepción producida por las tibias reacciones de adhesión por parte de EEUU, teórico aliado nuestro, en lo que a la postre es considerado como un conflicto bilateral tras el que ya se advierte la presencia de otras compañías petrolíferas, una americana y la otra china, afilando los colmillos para lanzarse a invertir en el negocio ex-español.

" España se ha disuelto en el espacio global " es la antológica frase con la que Ramoneda define la situación actual. Si además de esto, nos encontramos con una Europa en declive que cada vez pinta menos en el tablero geoestratégico de las grandes potencias, a su vez en proceso de recolocación, pues ya no podemos esperar sino a seguir asistiendo al deterioro acelerado de la imagen de marca-país, representado a la perfección por un errático gobierno, que absolutamente nadie ( ni siquiera ellos mismos) tiene ni la menor idea de hacia donde se dirige. De momento, ya sabemos que hay que decir adiós a la investigación, a la innovación y al desarrollo, adiós al talento, adiós a la educación y a la sanidad públicas, adiós a la protección de los trabajadores, adiós a la cohesión social y hola a la entrada en una nueva dimensión en las relaciones sociales y económicas, impensables hasta para las mentes más imaginativas."

http://politica.elpais.com/politica/2012/05/02/actualidad/1335978476_072659.html