Lo que hicieron Zerolo, Plasencia y el clan de los González, ya lo he dicho muchas veces, no ha sido suficientemente aireado por la prensa española, simplemente, porque es tan burdo y brutal, que lo connvierte en increíble. Esta banda organizada, con la alegre colaboración de los tres partidos que han detentado el poder en Santa Cruz de Tenerife y en el gobierno de Canarias, uridó una trama tan obvia, tan declaradamente delictuosa, que debió ser abortada desde su mismo inicio por fiscalías y juzgados. Pero nadie hizo nada, a pesar de las repetidas denuncias de gente esforzada.

La compra de unos terrenos, a precios miserables, justamente a punto de que saliera una decisión del Supremo que aceptaba su recalificación, Una compra, además, de la que parte de las personas propietarias no se enteró de que vendían su suelo. Un abogado, Hayeck, que actuaba, cobrando, en apoyo de la propiedad, pero era pagado también por la empresa compradora. Una compra que hace una sociedad recien constituída, sin  patrimonio, propiedad formal de un hombre de paja insolvente, sin siquiera haberse registrado, pero que recibió miles de millones de pesetas en un crédito sin garantía, otorgado por una Caja de ahorros en cuyo consejo figuraban personas afines a los delincuentes. Una venta al ayuntamiento de una fracción de los terrenos comprados -que luego resultó que en buena parte, ya eran municipales- a un precio multiplicado, para lo cual se acalló a la técnica que había valorado justamente su valor. Una ayuntamiento que no solamente compra lo que ya era suyo, a un precio exagerado, sino que concede beneficios urbanísticos a la empresa, que revaloriza aún más los terrenos que quedaban. Y así, todo esto, aprobado alegremente por Consejos de Administración y Plenos Municipales, a pesar de las advertencias y denuncias repetidas de que se estaba cometiendo la estafa del siglo... Una compra declarada irregular por el Supremo, que obliga a la recuperación por el ayuntamiento de los 57 millones de euros robados por Plasencia y los González, pero que jamás el ayuntamiento se ha preocupado de recuperar, ejecutando la sentencia... Un acoso brutal a las personas propietarias, despojadas de sus bienes, que defienden sus terrenos de la agresión de MAPFRE DESURCIC, apoyada por la entonces concejala (ahora eximia ppera) Luz Reverón...

Y, a todas estás, los culpables, refocilándose, riéndose de la gente campando a sus anchas por las calles chicharreras. Su sola presencia repugna a la dignidad popular, pero ahí van, Hayeck, Plasencia, González y sus retoños, Zerolo, Fresco, Rodolfo Núñez, Álvaro Arvelo, Julio Pérez... como si nada hubiera pasado.

Eso es lo que hay. Eso es lo que sabe cualquiera que se haya preocupado en observar lo ocurrido. Y ahora, veremos, con la desconfianza que inspira la experiencia, si los tribunales son capaces de castigar como es debido a toda esta insalla de sinvergüenzas.

Y conste que todo esto lo digo yo. Chema Tante.

http://www.laopinion.es/tenerife/2015/01/17/juez-acusa-consistorio-plegarse-intereses/585773.html