Me apoyo en el atinado título del artículo de Rafael Alba, que señala Francisco Morote en EL BOLETÍN, para puntualizar que el objeto del escarnio capo, encaramadosde este intolerable granuja llamado Rajoy no es solamente el PE, sino todos los pueblos que gemimos en este estado de derecha. El Pp y su capo, encaramados en el poder mediático que les otorgan sus latrocinios y el poder de sus amos, ha sorprendido la buena fe de algunas gentes y ha contado con la colaboración de quienes se lucran con sus políticas. De esta manera, ha conseguido una fortaleza parlamentaria espuria. Y, lo que le faltaba para mantenerse en La Moncloa, se lo ha otorgado la felonía y la miseria de una banda aprovechada que se ha apoderado del partido desertor del socialismo. Y todos los argumentos previos a la investidura se han disuelto, con el propio discurso del granuja presidente: "NO va a cambiar nada", ha dicho. Por cierto que yo, Chema Tante, rebato una afirmación de Alba: "Daba pena hoy ver a Antonio Hernando". Pues no. No daba pena ninguna, porque este tunante estaba ahí por su propia voluntad y por su propio egoísmo.