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jueves, 09 de mayo de 2024 00:00h.

Santiago Pérez esbozó en la Sala San Borondón "El gobierno que necesita La Laguna"

SB-Noticias.- La Sala San Borondón acogió este pasado martes la Charla-coloquio: “El futuro de La Laguna a debate”, a cargo de Santiago Pérez, candidato como independiente a la alcaldía de La Laguna por NC, quien presentó sus líneas programáticas para las elecciones de mayo.

Santiago Pérez esbozó en la Sala San Borondón "El gobierno que necesita La Laguna"

     

En la Universidad Libre del Atlántico y Ciclo “Los Cimientos de un Mundo Sostenible. La Alternativa Democrática y Social”

Audio de la charla 

SB-Noticias.- La Sala San Borondón acogió este pasado martes la Charla-coloquio: “El futuro de La Laguna a debate”, a cargo de Santiago Pérez, candidato como independiente a la alcaldía de La Laguna por NC, quien presentó sus líneas programáticas para las elecciones de mayo.

El gobierno que necesita La Laguna

En estos tiempos de crisis la ciudadanía tiene la sensación de que las decisiones más importantes que se toman sobre su vida, sobre sus intereses, sobre sus expectativas, se toman muy lejos y por poderes que no son controlables por ellos. Ya sean poderes institucionales, grandes corporaciones o poderes financieros.

Y eso les hace volverse mucho más hacia las instituciones representativas que tienen cerca, y en particular los ayuntamientos.

La legislatura de La Laguna, en lo fundamental, se ha perdido; y no sólo como consecuencia de la crisis. Se ha perdido porque el Gobierno municipal, integrado por Coalición Canaria (CC) y PSOE, parece no haberse dado cuenta de lo excepcional de la situación.

No ha hecho, ni de lejos, los esfuerzos necesarios para atajar las consecuencias sociales de la crisis. Y combatir la pobreza, la marginación y el desamparo creciente de muchas personas del municipio, laguneros y laguneras.

Ha pretendido seguir gestionando el dinero público como si estuviéramos en tiempos de bonanza.

Esto se ve muy claramente en cómo han convertido el Presupuesto del Ayuntamiento en un botín por el que suspiran los partidos que forman parte del Gobierno.

Que La Laguna haya gastado 3.072.000 euros en pagar sueldos y gastos de su Gobierno es simplemente una barbaridad.

Parecen no haberse dado cuenta de que estamos en situación de crisis cuando dedican cada año más de 1 millón de euros a hacerse publicidad y propaganda. Con lo cual en buena medida las informaciones de lo que ha acontecido durante estos cuatro años en el Ayuntamiento de La Laguna es la crónica oficial, una crónica propagandística del Gobierno municipal.

Cualquiera que examine el esfuerzo en políticas sociales comprobará que durante toda esta etapa de crisis ese esfuerzo está muy contenido, no se ha incrementado como corresponde a una situación de crisis.

Y se dan datos tan llamativos como que una entidad como Cáritas, cuyo papel frente a la crisis y sus consecuencias sociales es irreemplazable, ha recibido en los dos últimos años tan sólo  28.000 euros cada año del Presupuesto del Ayuntamiento.

El contraste entre esta cifra y el derroche de dinero público que hace el Ayuntamiento en finalidades como sueldos del Gobierno o publicidad y propaganda, ponen de manifiesto que La Laguna necesita un Gobierno que gestione decentemente los recursos públicos y que tenga claro que frente a la crisis hay una prioridad absoluta: no malgastar ni un solo euro del Ayuntamiento, del Presupuesto Municipal, que pueda dedicarse a combatir las consecuencias sociales de la crisis, a conseguir el objetivo de que ningún lagunero ni lagunera se sienta desamparado.

Y además, hacer un esfuerzo para que el Gobierno municipal, en la medida de sus posibilidades, se convierta en animador de la economía del municipio. No puede ser que el Ayuntamiento de La Laguna, durante esta etapa de crisis, invierta la mitad la media de los municipios canarios si al mismo tiempo le está exigiendo a los contribuyentes un esfuerzo fiscal muy por encima del de la media de los municipios canarios,  como año tras año refleja la auditoría oficial que el Gobierno de Canarias hace sobre todos los municipios para establecer los criterios de distribución de los fondos de financiación municipal.

Al mismo tiempo, el Gobierno municipal, cuando se trata de la contratación de servicios, obras o suministros tiene que respetar escrupulosamente el principio de igualdad de oportunidades, para que cada empresa del municipio de La Laguna que quiera, pueda en buena competencia optar a ser contratista del Gobierno municipal.

Esto no viene ocurriendo en estos últimos años visiblemente. Por ejemplo, en el Presupuesto de Fiestas  La Laguna hace un gasto público de dinero bastante importante, siempre por encima del millón y medio de euros cada año.

Cuando se examinan las contrataciones de empresas que tienen que ver con las actividades de fiestas, eventos,... verá que hay 2 ó 3 empresas, perfectamente identificables, que son las intermediarias preferidas del Ayuntamiento.

Esto aparta a muchas otras empresas de la posibilidad de contratar con el Ayuntamiento, pone a los grupos musicales y artísticos del municipio y de la Isla en manos de esas empresas preferidas, teniendo que aceptar las condiciones que esas empresas, intermediarias favoritas del Ayuntamiento, les imponen. Como denuncian frecuentemente miembros integrantes de esas agrupaciones artísticas, de forma que se podría hacer una contratación mucho más eficiente, eliminando a estas empresas preferidas, y al mismo tiempo abriendo la contratación municipal a todas aquellas empresas que tengan una propuesta que hacer.

Lo mismo ocurre en obras, y ocurre muy particularmente en todas las contrataciones y subcontrataciones que lleva a cabo la empresa Teidagua, que mayoritariamente pertenece al sector público (los Ayuntamientos de La Laguna y Tacoronte son los socios mayoritarios), pero cuya gerencia maneja el socio privado, la multinacional Aguas de Barcelona.

Y resulta que cada año gran parte de las actividades de Teidagua se llevan a cabo por medio de  contrataciones y subcontrataciones que benefician casi exclusivamente a las empresas pertenecientes al grupo de Aguas de Barcelona (Aquagest, PRT...), de manera que son unas  contrataciones y subcontrataciones en un clima de falta de transparencia y concurrencia que vuelve a colocar a un montón de empresas de la Isla o fuera del circuito o teniendo que aceptar las condiciones de subcontratación que les imponen las propias empresas del grupo Aguas de Barcelona.

En definitiva, la ciudadanía de La Laguna se vuelve hacia su Ayuntamiento y espera un Ayuntamiento mucho más sensible socialmente, mucho más activo en la lucha frente a la crisis, más inversor por lo tanto, más transparente: un Ayuntamiento gestionado decentemente.

LA FISCALIDAD

El esfuerzo que hacen los contribuyentes laguneros para poder financiar el Presupuesto del Ayuntamiento.

Cada año la auditoría del Gobierno de Canarias subraya que el esfuerzo fiscal que soportan los contribuyentes laguneros está por encima del de la media de los municipios canarios. Este esfuerzo fiscal no se corresponde con la calidad de los servicios que presta el Ayuntamiento, por su dinámica inversora muy débil, ni con un esfuerzo claramente insuficiente en políticas sociales frente a la crisis.

Aquí está una línea muy importante de la actuación del futuro Gobierno municipal: si en La Laguna  hay un euro más de presión fiscal por habitante que en la media de los municipios (hay 100 euros más), cada uno de esos euros que responde a un sobreesfuerzo de los contribuyentes laguneros, entonces los laguneros tienen derecho a que se les devuelvan  por parte del Ayuntamiento en forma de servicios de calidad y en políticas sociales que hagan del municipio de La Laguna un municipio más justo y de la población lagunera una población más unida y apegada a su propia identidad. 

EL IBI

Uno de los campos en los que el esfuerzo fiscal de los contribuyentes laguneros es más evidente y más injustificado es en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Durante estos años se ha estado desplegando en La Laguna la actualización, y por lo tanto el incremento, de los valores catastrales de los bienes inmuebles sobre los que se aplica el IBI.

El Gobierno municipal, cínicamente, ha negado haber estado subiendo ese impuesto, cuando cada año los contribuyentes veíamos cómo el pago del IBI era cada vez más caro. La explicación es que el Gobierno municipal ha mantenido intacto el tipo impositivo del IBI al tiempo que subía el valor catastral de los inmuebles, y por eso cada año el IBI era más caro.

Podía el Ayuntamiento haber rebajado el tipo impositivo del IBI, como le autoriza a hacer con carácter excepcional la Ley de Haciendas Locales, y no lo ha hecho. Y lo que corresponde en circunstancias como éstas es intentar mantener constante el esfuerzo fiscal de los laguneros, y más en tiempo de crisis.

El Gobierno municipal ha despreciado completamente el esfuerzo de la ciudadanía, porque además gran parte de ese esfuerzo fiscal lo derrocha en gastos propagandísticos o gastos superfluos.


LOS PRECIOS DEL AGUA

Los precios del agua no son jurídicamente un tributo, pero actúan sobre las economías familiares como si lo fueran, porque es un pago obligado, cuya cuantía fija el Ayuntamiento por una decisión de autoridad, si no se paga se corta el servicio y el servicio es un servicio de recepción obligatoria. Luego, aunque jurídicamente no sea un tributo, económicamente sí lo es para las economías familiares.

No puede continuar ocurriendo que por la prestación de un servicio cuya agua no es de calidad, el Ayuntamiento ingrese cada año una cantidad cercana al millón de euros en concepto de beneficios, de tal manera que el servicio de abastecimiento de aguas se ha convertido en una de las fuentes de financiación regular del Presupuesto del Ayuntamiento.

Con esto hay que terminar radicalmente y para hacerlo hay que establecer una tasa en lugar de un precio público, lo cual obligaría legalmente  al Ayuntamiento a ajustar muy bien el importe de la tasa al coste real del servicio.

Lo hemos propuesto y se han negado. Y se han negado porque el Ayuntamiento sabe que está haciendo negocio con el servicio de abastecimiento de aguas. Y también está haciendo negocio el socio privado de Teidagua. Y si establecieran una tasa y pretendieran seguir haciendo negocio estarían cometiendo un delito, porque no se puede cobrar por una tasa más de lo que cuesta efectivamente el servicio público que se está prestando.

Y además, cuando se trata de servicios públicos de recepción obligatoria, y éste lo es, el cobro ha de hacerse por medio de una tasa y no como ha venido haciendo el Gobierno municipal de La Laguna, en complicidad con el socio privado de Teidagua, cobrando a través de un precio público cuya cuantía fija libremente el Ayuntamiento y su socio privado con el que están haciendo caja a costa de un sobreesfuerzo de las familias y de las empresas del municipio.


GESTIÓN EFICIENTE

Estoy convencido de que La Laguna y su Ayuntamiento se pueden gestionar por un Gobierno municipal muchísimo más barato que el actual. Un Ayuntamiento con un Presupuesto de 150 millones de euros, que cuenta con una plantilla de empleados y funcionarios públicos que al año cuesta 41 millones de euros, apoyándose en esa magnífica plantilla puede ser gestionado por un Gobierno municipal que no le cueste a La Laguna más de la tercera parte de lo que le cuesta el actual.

Y todo ese ahorro serían economías, entre 1,5 y 2 millones de euros, para dedicar a las prioridades y necesidades reales que el Gobierno municipal tiene que atender.


 LA HERENCIA FINANCIERA DE COALICIÓN CANARIA

La próxima Corporación, y por lo tanto los laguneros y laguneras, reciben una herencia presupuestaria muy comprometida e hipotecada. Durante esta legislatura la ciudadanía se ha enterado de un secreto muy bien guardado: La Laguna no debía sólo 30 millones de euros, como rezaba oficialmente EN 2011, sino 70 millones de euros más que estaban ocultos en los cajones del Ayuntamiento.

Muchos de esos 70 millones provienen de la irresponsable gestión de Ana Oramas, que en lugar de pagar al contado los servicios públicos, que es la obligación prioritaria de cualquier Ayuntamiento, dedicó los recursos financieros a un vistoso Plan de Inversiones. Y ahora estamos teniendo que pagar los laguneros, y vamos a tener que seguir pagando en época de crisis las actuaciones irresponsables de Oramas en tiempos de bonanza. Es exactamente lo contrario de una regla de buena administración de cualquier economía.

En consecuencia, hay que sacar adelante La Laguna a pesar de esa herencia envenenada recibida, que va a suponer que durante los próximos 4 años La Laguna tenga que afrontar cada año 13.750.000 euros como carga financiera para devolver los préstamos que ha habido que pedir para pagar la deuda oculta de 70 millones de euros y los intereses de esos préstamos.

Es un pago absolutamente prioritario, de tal manera que si el Ayuntamiento no cumpliera con ellos, el Ministerio de Hacienda, que tiene intervenida a La Laguna como condición para autorizarle pedir  y obtener esos préstamos, va a descontar de la participación del Ayuntamiento de La Laguna en los ingresos del Estado, las cantidades que cada año deje de pagar.

Este es el panorama del que no han querido hablar bajo ningún concepto los gobernantes de La Laguna. Hay que sacar adelante el municipio, a pesar de esa herencia financiera envenenada, que hay que afrontar en tiempos de crisis. Pagando en tiempos de crisis los errores y la falta de responsabilidad de los gobernantes en época de bonanza.


PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN (PGO)

Esta legislatura se ha perdido completamente, con un importante  gasto de dinero público que al final va a resultar en buena parte inútil.

Y se ha perdido porque se pretendió volver a las andadas en la ordenación del municipio. Y las andadas, cuando hablamos de CC, en esta legislatura lamentablemente con la ayuda del PSOE, son andadas de urbanización a mansalva.

Los gobernantes estuvieron haciendo propaganda de que querían un PGO que hiciera más ciudad de la ciudad y más campo del campo: es decir, aprovechar todos los espacios urbanos del municipio de La Laguna para los nuevos desarrollos urbanísticos y edificatorios, y respetar el importante patrimonio de suelo agrícola que no sólo es de La Laguna, sino de Tenerife y de Canarias y que debe ser preservado a toda costa.

Es una cuestión de futuro, es una cuestión de economía, es una cuestión de identidad.

Pero cuando empezamos a examinar a fondo el PGO encontramos la obsesión urbanizadora de estos gobernantes y sus cambalaches para ocultar la importante destrucción de suelo agrícola que preparaban y los desarrollos insensatos de nuevo suelo urbanizable.

Hasta el punto de que los propios servicios técnicos del Ayuntamiento de La Laguna tuvieron que informar de que con las previsiones urbanizadoras del PGO que pretendieron sacar adelante, La Laguna, que tiene actualmente 150.000 habitantes, podría albergar una población de 338.000 habitantes.

Jugaron a enmascarar cifras, jugaron a calificar como suelo agrícola terrenos que no son aptos para la agricultura, para tapar con las cifras la destrucción de suelo agrícola de gran calidad que debe ser preservado por aplicación de la legislación canaria de ordenación del territorio.

Esta obsesión urbanizadora es más visible y más difícil de explicar en algunos sitios, como por ejemplo en la zona costera de Valle de Guerra y de Tejina, en Guamasa, o en algunos ámbitos de Geneto y Los Baldíos.

Toda esta propuesta de urbanismo salvaje enmascarada pretendieron defenderla y envolverla en un llamado proceso de participación ciudadana orquestado por el Gobierno con un gasto importante de dinero público, en el que se impidió de antemano  un debate general sobre el modelo del municipio, que es la primera cuestión que hay que abordar si se quiere hacer un debate público honesto.

Y en el que además las propuestas que se debatían para cada una de las 14 porciones del queso en que dividieron el municipio de La Laguna, sólo eran las que el Gobierno municipal proponía.

Todo este proceso de participación ciudadana acabó desinflándose y la puntilla fue cuando supimos que en algunas localidades las propuestas que el Gobierno quería sacar adelante fueron aprobadas con el voto  de  personas que no pertenecían a esos núcleos, y algunos incluso que no pertenecían siquiera al municipio.

Una gran orquestación  publicitaria para tratar de enmascarar una propuesta de crecimiento salvaje del suelo urbanizable en el municipio de La Laguna: vuelta a las andadas, la CC-ATI de siempre, preponderancia de la obsesión urbanizadora.

La ordenación del territorio es junto a los Presupuestos una de las dos grandes herramientas del Gobierno municipal. Hay que replantearlo a fondo para lograr un PGO que aproveche las expectativas de futuro del municipio pero que al propio tiempo sea profundamente respetuoso con los valores agrícolas y naturales que deben ser preservados, que son también futuro pensando tanto en clave desarrollo económico como en clave de la calidad de vida y el bienestar de los laguneros, de la preservación de la identidad y personalidad de este municipio.

NUEVAS ENERGÍAS CIUDADANAS

El debate sobre el PGO ha sido el detonante de un fenómeno verdaderamente admirable. En mi larga experiencia en la vida institucional y en el acontecer político del municipio y de la Isla yo no había visto surgir con tanta espontaneidad ni desenvolverse con tanta autonomía y tener tanta capacidad de propuesta y de organización como han demostrado en esta legislatura las Plataformas constituidas contra este PGO.

El contraste con algunas estructuras organizativas vecinales completamente integradas en el sistema de poder de La Laguna ha sido verdaderamente espectacular.

Me parece que esas Plataformas representan de una parte las mejores energías con las que cuenta la ciudadanía de La Laguna de cara al futuro, y lo han demostrado.

Uno de los elementos más determinantes de mi decisión de participar en las elecciones municipales ha sido el de poder darle la voz y la oportunidad a esta realidad que representa muy bien la personalidad de La Laguna y la valía de sus gentes para que estén presentes en la vida del Ayuntamiento.

Los integrantes de esas plataformas, por su propia experiencia, han comprobado que ante un Gobierno municipal poco sensible con los intereses y la forma de vida de la mayoría de los laguneros, la elaboración de un PGO se convierte en un calvario para la ciudadanía.

Y que hay que poder influir y participar en ese Gobierno para que el Gobierno municipal, en un asunto tan importante como la ordenación del suelo, que es la ordenación de la vida de la gente, de sus actividades económicas, en definitiva del modo de convivencia en el municipio, esté en sintonía con la mayoría de los ciudadanos.

Hay que participar en ese Gobierno. Y uno de los factores más importantes que me han empujado  a tomar la decisión de volver a participar es justamente mi compromiso para darle la voz y la presencia en el Ayuntamiento a las personas que representen a esas plataformas, que deberán seguir existiendo como plataformas, colaboradoras y vigilantes del Gobierno municipal, aunque tengan que desprenderse de algunas de sus personas más destacadas para que formen parte  del propio Ayuntamiento.
Y mi compromiso es de respeto absoluto a esas plataformas, a su autonomía, y además de respeto absoluto ajeno a cualquier intento de subvención y de domesticación de las estructuras organizativas del mundo vecinal de La Laguna, todo lo contrario de la obsesión domesticadora que ha caracterizado tantos años la hegemonía de CC en el Gobierno de La Laguna.

Las entidades vecinales no están para ser correa de transmisión del Gobierno de turno, están para ejercer control y también para colaborar, pero no para ser una mera agencia de la propaganda y de los intereses del oficialismo de turno.

PATRIMONIO HISTORICO

La gestión del Ayuntamiento de La Laguna para concitar apoyos institucionales en relación a su carácter de ciudad Patrimonio Mundial ha estado muy por debajo de las posibilidades, incluso en el propio ámbito de las instituciones canarias, y no digamos de la estatales o de las de carácter internacional. Ahí hay un déficit que hay que intentar corregir.

La conservación y puesta en valor de la ciudad Patrimonio no puede responder a unos criterios tan conservadores que impidan adaptar el conjunto histórico a las necesidades de la vida contemporánea tanto en el campo de la actividad residencial, del alojamiento de las familias, de la vida de la población, como de las actividades económicas.

Pero tampoco puede gestionarse el conjunto patrimonial de una manera en la que se vayan perdiendo paulatinamente los valores que lo identifiquen.

Esos valores no consisten en grandes edificios monumentales, el valor del conjunto histórico de La Laguna es colectivo, es la suma de muchos valores arquitectónicos, urbanos, etc. Y creo que hay que restablecer un punto de equilibrio entre conservación y adaptación a las necesidades de la vida y de la economía contemporáneas, para que el conjunto histórico no sólo sea un motivo de orgullo para los habitantes de La Laguna, ni de publicidad para el gobernante de turno, sino un factor muy dinamizador de la economía de La Laguna, pero al propio tiempo lo que tenga que ser preservado se preserve porque también  ese conjunto histórico es  un  emblema de la identidad lagunera.


DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

Nuestro sistema de convivencia y gobierno se sustenta en el principio de la democracia representativa, que es un logro civilizatorio y, a pesar de sus deficiencias, dispone de muchas más garantías que cualquier otra forma de participación democrática.

Pero a pesar de ello, la democracia representativa debe ser enriquecida con mecanismos de consulta directa a los ciudadanos, con mecanismos de democracia participativa, con la participación efectiva de los ciudadanos en las tareas de gobierno.

Ahora bien, este objetivo no debe ser un pretexto para que los gobernantes de turno instrumenten formas plebiscitarias, pronunciamientos de la ciudadanía que están desde el minuto cero alentados y controlados por el poder, de tal manera que cualquier iniciativa de democracia participativa que se ponga en marcha a petición de los ciudadanos o por iniciativa del Gobierno, deberá contar en La Laguna con un organismo neutral que garantice la limpieza del proceso y la verificación de sus resultados.

Porque en La Laguna, en Canarias y en España en esta última legislatura hemos podido comprobar cómo a los gobernantes, al poder en definitiva, le resulta un bocado muy goloso orquestar, con el pretexto de la consulta directa a los ciudadanos y de la democracia participativa, procesos plebiscitarios que no tienen otra finalidad que respaldar decisiones tomadas de antemano, desde el poder. Y  que en muchos casos, como ha ocurrido por ejemplo en el PGO de La Laguna, no obedecen en absoluto a los intereses de la mayoría de la ciudadanía.

Todas estas propuestas son igualmente prioritarias, y además no se entienden unas sin otras. Por lo tanto se pueden leer de principio al final o del final al principio, porque forman un compromiso de Gobierno, ajeno a todo tipo de ensoñaciones y demagogias, un compromiso de Gobierno que resulta inaplazable para La Laguna y en la misma medida perfectamente realizable.

El compromiso que puede llevar un Gobierno a la altura de la importancia del municipio de La Laguna, a la altura de sus habitantes, un Gobierno eficiente a la hora de gestionar los intereses de los contribuyentes. En definitiva un Gobierno decente para La Laguna, el Gobierno que La Laguna necesita.