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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Las sospechas, no acusación, de fraude de resultados del 26J - por Chema Tante

 

CHEMA TANTEA todo el mundo han sorprendido los resultados de las elecciones del 26J en el estado español. Aunque es posible -digo que es posible, no que sea cierto- que la sorpresa no haya alcanzado a todo el mundo. Es posible que a alguna gente no. Porque es posible que alguna gente conociera antes que nadie estas extrañas cifras.

 

Las sospechas, no acusación, de fraude de resultados del 26J - por Chema Tante

FERNÁNDEZ DÍAZ EL JUEVESA todo el mundo han sorprendido los resultados de las elecciones del 26J en el estado español. Aunque es posible -digo que es posible, no que sea cierto- que la sorpresa no haya alcanzado a todo el mundo. Es posible que a alguna gente no. Porque es posible que alguna gente conociera antes que nadie estas extrañas cifras.

Fueron dos, los motivos, fuertes motivos, de esa soprpresa generalizada, sobre unos resultados inesperados e inesperables.

En primer lugar, que una proporción tan fuerte de personas haya votado por un partido al que se le comprueba todos los días que obtuviera un enorme lucro de la corrupción. Que, justamente en los lugares donde ese saqueo han sido más evidente, o en donde se han obtenido pruebas de las malas mañas de sus ministros, los votos del partido mal llamado popular fueran incluso más abundantes. En los cotos de caza de la Púnica, en Valencia, en Cataluña. Tanto, que el mismo partido llamado popular agita esas votaciones para justificar los desmanes.

Pero también el asombro ha venido por la absoluta diferencia entre tales resultados electorales y las estimaciones de los estudios electorales previos. Hasta el mismo día anterior al 26J, todas las encuestas, de todo pelaje, coincidían en que el aumento de la intención de voto a la candidatura de Unid@s Podemos iba a ser mucho más fuerte que lo que después se dio a conocer en la noche electoral.

Más votos de los razonablemente esperables para una formación corrupta. Menos, muchos menos votos, para una candidatura en auge. Son muchos votos de más, muchos votos de menos, para que no se busque una explicación. Para que no se abra paso la sospecha.

Pero es que, además, concurren dos circunstancias que fortalecen el recelo. El partido mal llamado popular tiene más que sobrados motivos para intentar impedir como sea que llegue al poder una candidatura sostenida por partidos y por gente que exhiben el firme propósito de combatir la corrupción y que, obviamente, dedicarán los esfuerzos necesarios para investigar hasta el fondo lo que ocurrió en este estado español. Y se ha demostrado que en ese gobierno existen personas cuya carencia de escrúpulos, desconocimiento de la más elemental ética y cinismo desaforado, les permiten aplicar las prácticas que sean necesarias para obtener sus objetivos, Tipos y tipas de la catadura moral de un Fernández Díaz, un Soria, un Cañete, una Aguirre, una Cospedal, un Bárcenas, un Granados, sin traba moral alguna para hacer lo que haga falta para sus propósitos.

Añádase a eso las extrañas circunstancias de la adjudicación del contrato para el manejo de los datos electorales, que ha favorecido, prácticamente a dedo, a una empresa con conocidas vinculaciones con esa banda ladrona llamada partido popular, en la Púnica o con Cañete, por un precio cuatro veces menor que la anterior contratación.

No se trata solamente de alteraciones en los datos de mesas en cuyo escrutinio no existiera representación de Unid@s Podemos. Alteraciones más que probables, porque a los otros tres partidos protagonistas de esta historia les interesaba mucho frenar a esa candidatura. Eso tiene una entidad menor, en lo caulitativo, por deplorable que sea en lo moral. Se trata, simplemente, de una burda y más que factible amputación de votos en los totales. aprovechando la ausencia de control, se escamotea un millón largo de votos, y se atribuye la cosa a la abstención. Y asunto terminado.

Ante las manifestaciones de recelo, ante las sospechas que mueven a la muy legítima petición de que se investigue el asunto. de las otras partes, afloran los manidos argumentos acostumbrados en estos casos. Que ese pucherazo es imposible, que "esto no es Burundi, que no existe ninguna evidencia científica", que todo se reduce a que no se sabe perder, que no se aceptan democráticamente los resultados. Se olvida que el esatdo USA de Florida, como dramático ejemplo, tampoco era Burundi, cuando el Bush local amañó los resultados. Se olvida que la petición de investigación, no la acusación, sino la sospecha, de irregularidades, no solamente es lícita, sino también democrática. Que para esa petición no se necesitan pruebas, porque es precisamente pruebas lo que se demanda que se busquen.

La demanda de una revisión del escrutinio del 26J no ha salido de la canidatura de Unid@s Podemos, sino del electorado que siente que hay razones muy fundadas para la desconfianza. Y si este fuera un estado democrático, en lugar del estado de derecha que es, esa demanda de cientos de miles de personas,se atendería inmediatamente.

FERNÁNDEZ DÍAZ EL CHICO TRISTE

http://iniciativadebate.org/2016/06/29/ppucherazo/

https://twitter.com/antoniomembril/status/748205685620473856?refsrc=email&s=11

En CHANGE está abierta la petición de auditoría del escrutinio del 26J

https://www.change.org/p/junta-electoral-central-auditor%C3%ADa-de-las-elecciones-generales-del-26j