Pero, como de costumbre, lo que dice Paulino no necesariamente tiene que ver con lo que hace. Ahora su voz social, Inés, se ha atrevido a decir en el Parlamento que hay dificultades, "porque el estatuto canario es distinto que el andaluz y en canarias no existe el decreto ley".

Es una maravilla. No hames en que no aflore una sentencia certificando la irregularidad con que Paulino toma sus decisiones. Paulino es capaz hasta convocar al parlemento en vacaciones para permitir a un amiguete presidir una caja. De lo del catálogo a las adjudicaciones de frecuencias de radio o medidas para acomodar las leyes a las conveniencias de las empresas afines, la trayectoria administrativa de Paulino está jalonada de acciones que bordean la ilegalidad. O que la tuercen.

Pero cuando hay que poner rapidez, para honrar la palabra que largo en defensa de los desamparados, pero claro, que puede irritar a la banca. Entonces surge el imperio de la ley. La necesidad de ser riguroso. Paulino es capaz hasta de poner los escrúpulos al servicio de sus intereses.

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