En Ucrania, Estados Unidos nos arrastra hacia la guerra con Rusia - por John Pilger en 2014
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En Ucrania, Estados Unidos nos arrastra hacia la guerra con Rusia
John Pilger en 2014
THE GUARDIAN
El papel de Washington en Ucrania y su respaldo a los neonazis del régimen tiene enormes implicaciones para el resto del mundo.
Cada año, el historiador estadounidense William Blum publica su "resumen actualizado del historial de la política exterior estadounidense" que muestra que, desde 1945, Estados Unidos ha intentado derrocar a más de 50 gobiernos, muchos de ellos elegidos democráticamente; interfirió flagrantemente en las elecciones de 30 países; bombardeó a la población civil de 30 países; armas químicas y biológicas usadas; e intentó asesinar a líderes extranjeros.
En muchos casos, Gran Bretaña ha sido un colaborador. El grado de sufrimiento humano, y mucho menos la criminalidad, es poco reconocido en Occidente, a pesar de la presencia de las comunicaciones más avanzadas del mundo y del periodismo nominalmente más libre. Es indescriptible que las víctimas más numerosas del terrorismo –“nuestro” terrorismo– sean musulmanes. Ese yihadismo extremo, que desembocó en el 11 de septiembre, se nutrió como arma de la política angloamericana ( Operación Ciclón en Afganistán) para ser reprimida. En abril, el Departamento de Estado estadounidense señaló que, tras la campaña de la OTAN en 2011, " Libia se ha convertido en un refugio terrorista ".
El nombre de "nuestro" enemigo ha cambiado a lo largo de los años, del comunismo al islamismo, pero en general es cualquier sociedad independiente del poder occidental y que ocupa un territorio estratégicamente útil o rico en recursos, o que simplemente ofrece una alternativa a la dominación estadounidense. Los líderes de estas naciones obstructoras suelen ser apartados violentamente, como los demócratas Muhammad Mossedeq en Irán , Arbenz en Guatemala y Salvador Allende en Chile , o asesinados como Patrice Lumumba en la República Democrática del Congo. Todos están sujetos a una campaña de difamación en los medios de comunicación occidentales: pensemos en Fidel Castro, Hugo Chávez y ahora Vladimir Putin.
El papel de Washington en Ucrania sólo difiere en sus implicaciones para el resto de nosotros. Por primera vez desde los años de Reagan, Estados Unidos amenaza con llevar al mundo a la guerra. Ahora que Europa oriental y los Balcanes son puestos militares de la OTAN, el último "estado tapón" fronterizo con Rusia –Ucrania– está siendo destrozado por fuerzas fascistas desatadas por Estados Unidos y la UE. Nosotros, en Occidente, ahora respaldamos a los neonazis en un país donde los nazis ucranianos respaldaron a Hitler.
Tras haber planeado el golpe de febrero contra el gobierno democráticamente elegido de Kiev, la planeada toma por Washington de la histórica y legítima base naval rusa de aguas cálidas en Crimea fracasó. Los rusos se defendieron, como lo han hecho contra todas las amenazas e invasiones occidentales durante casi un siglo.
Pero el cerco militar de la OTAN se ha acelerado, junto con los ataques orquestados por Estados Unidos contra los rusos étnicos en Ucrania. Si se puede provocar a Putin para que acuda en su ayuda, su predestinado papel de "paria" justificará una guerra de guerrillas dirigida por la OTAN que probablemente se extienda a la propia Rusia.
En cambio, Putin ha confundido al partido de la guerra al buscar un acuerdo con Washington y la UE, al retirar las tropas rusas de la frontera ucraniana e instar a los rusos étnicos en el este de Ucrania a abandonar el provocativo referéndum del fin de semana . Estos pueblos bilingües y de habla rusa –un tercio de la población de Ucrania– han buscado durante mucho tiempo una federación democrática que refleje la diversidad étnica del país y que sea a la vez autónoma de Kiev e
El papel de Washington en Ucrania y su respaldo a los neonazis del régimen tiene enormes implicaciones para el resto del mundo.
W.¿Por qué toleramos la amenaza de otra guerra mundial en nuestro nombre? ¿Por qué permitimos mentiras que justifican este riesgo? La escala de nuestro adoctrinamiento, escribió Harold Pinter , es un "acto de hipnosis brillante, incluso ingenioso y de gran éxito", como si la verdad "nunca hubiera sucedido, incluso mientras estaba sucediendo".
Cada año, el historiador estadounidense William Blum publica su "resumen actualizado del historial de la política exterior estadounidense" que muestra que, desde 1945, Estados Unidos ha intentado derrocar a más de 50 gobiernos, muchos de ellos elegidos democráticamente; interfirió flagrantemente en las elecciones de 30 países; bombardeó a la población civil de 30 países; armas químicas y biológicas usadas; e intentó asesinar a líderes extranjeros.
En muchos casos, Gran Bretaña ha sido un colaborador. El grado de sufrimiento humano, y mucho menos la criminalidad, es poco reconocido en Occidente, a pesar de la presencia de las comunicaciones más avanzadas del mundo y del periodismo nominalmente más libre. Es indescriptible que las víctimas más numerosas del terrorismo –“nuestro” terrorismo– sean musulmanes. Ese yihadismo extremo, que desembocó en el 11 de septiembre, se nutrió como arma de la política angloamericana ( Operación Ciclón en Afganistán) para ser reprimida. En abril, el Departamento de Estado estadounidense señaló que, tras la campaña de la OTAN en 2011, " Libia se ha convertido en un refugio terrorista ".
El nombre de "nuestro" enemigo ha cambiado a lo largo de los años, del comunismo al islamismo, pero en general es cualquier sociedad independiente del poder occidental y que ocupa un territorio estratégicamente útil o rico en recursos, o que simplemente ofrece una alternativa a la dominación estadounidense. Los líderes de estas naciones obstructoras suelen ser apartados violentamente, como los demócratas Muhammad Mossedeq en Irán , Arbenz en Guatemala y Salvador Allende en Chile , o asesinados como Patrice Lumumba en la República Democrática del Congo. Todos están sujetos a una campaña de difamación en los medios de comunicación occidentales: pensemos en Fidel Castro, Hugo Chávez y ahora Vladimir Putin.
El papel de Washington en Ucrania sólo difiere en sus implicaciones para el resto de nosotros. Por primera vez desde los años de Reagan, Estados Unidos amenaza con llevar al mundo a la guerra. Ahora que Europa oriental y los Balcanes son puestos militares de la OTAN, el último "estado tapón" fronterizo con Rusia –Ucrania– está siendo destrozado por fuerzas fascistas desatadas por Estados Unidos y la UE. Nosotros, en Occidente, ahora respaldamos a los neonazis en un país donde los nazis ucranianos respaldaron a Hitler.
Tras haber planeado el golpe de febrero contra el gobierno democráticamente elegido de Kiev, la planeada toma por Washington de la histórica y legítima base naval rusa de aguas cálidas en Crimea fracasó. Los rusos se defendieron, como lo han hecho contra todas las amenazas e invasiones occidentales durante casi un siglo.
Pero el cerco militar de la OTAN se ha acelerado, junto con los ataques orquestados por Estados Unidos contra los rusos étnicos en Ucrania. Si se puede provocar a Putin para que acuda en su ayuda, su predestinado papel de "paria" justificará una guerra de guerrillas dirigida por la OTAN que probablemente se extienda a la propia Rusia.
En cambio, Putin ha confundido al partido de la guerra al buscar un acuerdo con Washington y la UE, al retirar las tropas rusas de la frontera ucraniana e instar a los rusos étnicos en el este de Ucrania a abandonar el provocativo referéndum del fin de semana . Estos pueblos bilingües y de habla rusa –un tercio de la población de Ucrania– han buscado durante mucho tiempo una federación democrática que refleje la diversidad étnica del país y que sea a la vez autónoma de Kiev e independiente de Moscú. La mayoría no son ni "separatistas" ni "rebeldes", como los llaman los medios occidentales, sino ciudadanos que quieren vivir seguros en su patria.
Al igual que las ruinas de Irak y Afganistán, Ucrania se ha convertido en un parque temático de la CIA, dirigido personalmente por el director de la CIA, John Brennan, en Kiev, con docenas de "unidades especiales" de la CIA y el FBI estableciendo una "estructura de seguridad" que supervisa los ataques salvajes. ataques contra quienes se opusieron al golpe de febrero. Mire los videos, lea los informes de los testigos presenciales de la masacre en Odessa este mes. Matones fascistas transportados en autobuses quemaron la sede del sindicato , matando a 41 personas atrapadas en su interior. Observe a la policía esperando.
Un médico describió cómo intentaba rescatar a la gente, "pero los radicales nazis pro ucranianos me detuvieron. Uno de ellos me empujó bruscamente, prometiéndome que pronto yo y otros judíos de Odessa correríamos la misma suerte. Lo que ocurrió ayer no fue así". "Ni siquiera tuvo lugar durante la ocupación fascista de mi ciudad en la Segunda Guerra Mundial. Me pregunto por qué todo el mundo guarda silencio". [ver nota al pie]
Los ucranianos de habla rusa luchan por sobrevivir. Cuando Putin anunció la retirada de las tropas rusas de la frontera, el secretario de Defensa de la junta de Kiev, Andriy Parubiy –miembro fundador del partido fascista Svoboda– se jactó de que los ataques contra los "insurgentes" continuarían. Al estilo orwelliano, la propaganda en Occidente ha invertido esto: Moscú " intenta orquestar el conflicto y la provocación ", según William Hague. Su cinismo se corresponde con las grotescas felicitaciones de Obama a la junta golpista por su " notable moderación " después de la masacre de Odessa. La junta, dice Obama, está "debidamente elegida". Como dijo una vez Henry Kissinger : "Lo que cuenta no es lo que es verdad, sino lo que se percibe como verdad".
En los medios de comunicación estadounidenses la atrocidad de Odessa ha sido minimizada como "turbia" y una "tragedia" en la que "nacionalistas" (neonazis) atacaron a los "separatistas" (personas que recogían firmas para un referéndum sobre una Ucrania federal). El Wall Street Journal de Rupert Murdoch condenó a las víctimas: " Incendio mortal en Ucrania probablemente provocado por rebeldes, dice el gobierno ". La propaganda en Alemania ha sido pura guerra fría, y el Frankfurter Allgemeine Zeitung advirtió a sus lectores sobre la "guerra no declarada" de Rusia. Para los alemanes, es una ironía conmovedora que Putin sea el único líder que condena el ascenso del fascismo en la Europa del siglo XXI.
Una perogrullada popular es que "el mundo cambió" después del 11 de septiembre. ¿Pero qué ha cambiado? Según el gran denunciante Daniel Ellsberg , se ha producido un golpe silencioso en Washington y ahora gobierna el militarismo desenfrenado. Actualmente, el Pentágono lleva a cabo "operaciones especiales" (guerras secretas) en 124 países. En casa, el aumento de la pobreza y la pérdida de libertad son el corolario histórico de un estado de guerra perpetua. Si a esto le sumamos el riesgo de una guerra nuclear, la pregunta es: ¿por qué toleramos esto?
* Federico Aguilera Klink y Chema Tante dedicamos un sincero homenaje a John Pilger, republicando este premonitorio artículo suyo de 2014
https://www.theguardian.com/commentisfree/2014/may/13/ukraine-us-war-russia-john-pilger
