Los delincuentes Isaac Valencia y Ambrosio Jiménez no son excepción, sino costumbre - por Chema Tante
"Con el caso El Trompo y con todo el resto de casos similares, de los que hay multitud en Canarias, se abre de nuevo la cuestión fundamental: ¿por qué favorece el favorecedor? Se condena a este trío delincuente por prevaricación y por saltarse la ordenación del territorio, pero los tribunales, con esta sentencia y como de costumbre, se quedan a la mitad. Porque lo esencial, en estos asuntos, es el móvil, la causa de las actuaciones. Es obvio que el constructor hace negocio. Pero el alcalde y el funcionario que conceden el favor, o lo hacen por ser pollabobas, o se llevan su parte correspondiente. Y esto es cohecho."