¡Bonita chispa lleva, compadre! - por Nicolás Guerra Aguiar
"Cuenta Pepe Monagas en un monólogo que su conocido Mastro Manué el Garepa tuvo unos malejones en la boca lestógamo, fue un tiempo después del casorio con Candelarita la Fina. Y estaba nuestro hombre tan jeringao que iba patrás sin que los médicos supieran de qué se trataba. La vecina le dio el remedio a sus males: una ginebra asustá en ayunas y un champurrio de ron y vermú al atardecer. Y como empezó a irle bien, Mastro Manué se fue acostumbrando a la ginebra, al ron y al vermú y llegaba a su casa cantando aquello de “Esta noche no alumbra / la farola del mar”."