La transición a una economía ‘baja en carbono’: un camuflaje verde para un capitalismo más destructivo
No busquen este documento trascendental en los medios comerciales mercenarios. Solamente las paginas comprometidas, como WRM, BIODIVERSIDADLA, DESINFORMÉMONOS o, por supuesto, La casa de mi tía, desvelamos la realidad escalofriante. El neoliberalismo, las oligarquías mundiales acaparadoras, se ha apropiado también del concepto de las energías renovables. El problema más grave no es la fórmula de generación de energía, porque también las renovables contaminan, aunque sea menos y agreden al Planeta. El problema es el derroche que exige la estupidez desarrollista. Yo, Chema Tante, se lo he explicado con toda claridad a Antonio Morales desde aquí. Porque el Proyecto Chira Soria o las macroplantas majoreras, son un ejemplo en Canarias, de lo que está pasando. Han tomado las renovables como falso paradigma de la lucha ecológica, cuando han desechado todas las ventajas de las renovables y, sobre todo, no renuncian al factor esencial: el derroche energético. Gaia, la Pachamama, la Providencia, como quieran llamarla, esta avisando, con pandemias y desastres meteorológicos, inundaciones por todas partes. Pero esta locura ecocida y suicida no se detiene.
Antonio Mora Plaza firma en NUEVA TRIBUNA este sólido artículo que concluye en lo que yo, Chema Tante, considero otra cacheta a Alviño, jefa del gobierno, y Sánchez, presidente a su servicio, cuando graznan campanudamente apelando "al respeto a la normativa europea" en lo referente al mercado eléctrico. El problema es la competencia. Las energéticas se han cartelizado en un oligopolio y la única solución es una empresa pública, como existe en muchos países, legalmente.
