Brillante y sensato artículo de Víctor Arrogante que recomiendo mucho leer y difundir. Porque despeja muchísimo el panorama de la decisión de voto, de cara a este 10 de noviembre en el que los pueblos que conforman el estado español están de nuevo llamados a votar.  Cuarta vez, en cuatro años, como dice Arrogante, por la sencilla razón de que a  quienes de verdad mandan en este estado, no le han gustado los resultados anteriores. Y, como también dice Arrogante con mucha razón, se abre en esta cuarta ocasión, la posibilidad de, o bien someterse a los deseos de los poderosos; o, por el contrario, reafirmar la voluntad de que en este estado se imponga un gobierno de izquierdas que reponga tantos derechos perdidos e introduzca otros nunca recuperados y con el que "la vida de las personas será un poco más segura y estable"

Mientras el debate electoral se encona, con grandes temas, ajenos a la realidad, la vida sigue. Y los problemas endémicos en este estado de derecha heredado del franquismo, se mantienen. Como el desprecio por la ciencia y por la investigación. Vean esta información que señala en EL DIARIO, firmada por Daniel Sánchez Caballero.

Manel Pérez escribe en LA VANGUARDIA sobre esta farsa cínica que ha montado la estupidez ppera para intentar amedrentar a una gente que soportó estoicamente que la policía le partiera la cara. La horda ppera se ha creído la trola del materialismo catalá, aquello de "la pela es la pela", y no se entera de que esta revolución popular se basa en el sentimiento, no en el dinero. Y, encima, se trata, como digo yo, Chema Tante, esto del éxodo es una falacia, porque ni el Sabadell ni La Caixa cierran las cuentas de sus clientes, ni ninguna otra empresa dejará de prestar sus servicios en Cataluña, ni Codroniu o Freixenet producirán sus cavas en otra parte. No. No será por ahí por donde el soberanismo catalán abandonará sus planes. Por muchas mentiras que largue el fascismo español. Y, como recuerda Manel, también hay empresas -las catalanas de veras- que apoyan el soberanismo.

Acabo de regresar a la Villa en Gomera y la noticia luctuosa que me espera al abrir el ordenador y reconectar con mi pequeño universo personal es la muerte en Titeroygakat (Titeroygaca escribiría D. Agustín Pallarés) del amigo y compañero Florían Corujo Tejera. Con Florian, como con sus hermanos Antonio y Domingo, compartía las ideas que, sin importar donde militáramos en cada momento, nos unían, como el amor a Canarias con el afán de ver a nuestra tierra libre e independiente; la querencia, heredera de generaciones de emigración interior y exterior, por la otra orilla llamárase Venezuela o Cuba; el aprecio admirativo por nuestro paisanaje, los magos de cualquier isla, fueran mahos, canarios, guanches benahoritas, bimbaches o gomeros y el apego a nuestras costumbres ancestrales.