Está claro que José Manuel Soria, ministro de Energía, Industria y Turismo, necesita unas vacaciones, descansar, desconectar. Alejarse de todo y de todos, sobre todo de la influencia del sector de los combustibles fósiles y de las grandes eléctricas que están marcando la política energética en nuestro país. ¿Y qué mejor lugar para alejarse del mundanal ruido que el Ártico?
La lectura detenida del auto del Supremo ofrece muchas enseñanzas. Pero la principal es que los intereses de Canarias deben supeditarse a los de España. Si eso no es pisotear, ya me dirán ustedes.