Las dos informaciones pueden contribuir a enmarañar el asunto. Yo advierto que hagan lo que hagan los países europeos, pongan las cuchillas que pongan, les tiren lo que les tiren, la presión de la gente por huir del infierno no la podrán parar.

Un minuto de silencio por las muertes, y hasta la próxima. De la gente viva, ni se habla

Los intentos peperos por presentar la muerte de nueve al menos inmigrantes cuando intentaban escapar de la miseria, el hambre y las torturas que sufren en Marruecos, como si fuera un accidente desgraciado más, se quedan en eso. En intentos. Mientras tanto. la Asamblea de Ceuta guarda un minuto de silencio por los muertos. Bien. Pero sería mejor que dedicaran muchos minutos de debate a buscar soluciones a este deraama.

"Abdelaoui: parapléjico por intentar saltar la valla de Melilla; Manar, refugiada siria sin amparo en Melilla"

Estas historias de Abdelaoui, inválido por perseguir su sueño de una vida mejor y de Manar, quemada refugiada sin amparo en Melilla. representativas de los cientos de miles de personas masacradas por la misma sinrazón, por la crueldad de las autoridades del estado español, pperas o psociatas aparecen publicadas el 24 de diciembre en EL DIARIO por Jesús Blasco de Avellaneda y hoy en la página de la CADENA SER. Sin embargo, como las y los del Pp no leen la prensa que dice y cuenta las verdades, no se habrán enterado. Es más, aunque se haya enterado, esta gente, aturdida por el incienso y confortada por los auxilios espirituales de su superstición, es insensible al dolor de su prójimo. 

Recordarán ustedes las maneras en que la jerarquía de la iglesia católica ha justificado, a lo largo de la historia, las más dolorosas torturas y los crímenes, sea de la Inquisición, del absolutismo o del franquismo. Esa máxima diabólica del "Dios lo quiere", con que los hipócritas sepulcros blanqueados han traicionado las enseñanzas de su Dios, que exhorataba al amor al prójimo. Fernández Díaz, ministro del Interior es un beato numerario del Opus Dei, un tipo conocido por su ardor confesional. Y, como toda la gente de su secta, un sujeto que no tiene ni idea de la bondad que impregna la doctrina cristiana.

No basta con rasgarse las vestiduras, cada vez que el número de gente martirizada por la represión inhumana de la inmigración llega a niveles que merecen titulares. Muertas o heridas, estas personas que ejercen el derecho a buscarse la vida, merecen respeto y solidaridad. Concertinas o alambre palestino, le llaman. Son unas navajas o cuchillas, colocadas en la valla de Melilla. La bestialidad recuperada por el muy católico -pero poco cristinao, evidentemente- ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz es, además de un atentado contra las personas, una maligna estupidez. Es lo que explica con toda claridad Manel F. en este alegato gráfico. Hagan lo que hagan, la gente seguirá intentando entrar en la opulenta Europa.