Genuflexo Clavijo, Bien alojada Patricia, igualmente culpables ahora

Paulino, José Miguel, Inés, genuflexo Clavijo, bien alojada Patricia... Ya sé que no les puede dar vergüenza, porque no la tienen, pero ¿ustedes pueden dormir, sabiendo cosas como éstas? Porque ustedes, y todo el gentuallo que les apoya son responsables de estas muertes en desamparo. Lo cuentan en DIARIO DE AVISOS.

El dato, que ya había filtrado desde antier, dado por el ministerio de Empleo, es contundente. Pero está mal interpretado. Porque esa cifra no significa que haya 107.570 personas más trabajando. Y los datos de la seguridad social indican que se han destruido 80.000 empleos. Ha habido, es cierto, un aumento de afiliaciones en diciembre, que se deben a causas temporales (comercio, cosechas), pero en todo el año han desaparecido 85.000 puestos de trabajo. Y, para terminar, los empleos creados no han sido tales, sino sustituciones de contratos por otros de peor calidad.

Pues ya ve usted, estimado lector: a mí no me afecta que la Iglesia católica beatificara el pasado domingo a quinientos veintidós “mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España”. (Entre los invitados, el presidente del Congreso de los Diputados, el ministro de Justicia, el ministro de Interior y el inspector general del Ejército, a quienes jamás he visto junto a un pozo o cuneta que alberguen cuerpos asesinados por los franquistas). Y no me afecta en cuanto que se trata de una sociedad privada, quizás la estructura ideológica más todopoderosa en Europa y América aunque, eso sí, inteligentemente investida de hálitos de espiritualidad que satisfacen a los creyentes católicos, con todos mis respetos. Tampoco me enerva que en la catedral de Burgos, por ejemplo, ostentosamente destaquen lápidas de mármol en las cuales figuran listados de sacerdotes fusilados por los rojos (¿por qué los odiaban?), o en edificios religiosos de pueblos salmantinos, de Ávila… Catedrales, mármoles, edificios que son suyos con el visto bueno de los gobernantes, por más que se trate de bienes de interés cultural cuya conservación nosotros pagamos.