“La ganadería se hunde si no actúan pronto los políticos”
Viene de La Palma, pero es lo mismo, isla a isla.
Un grito más, revelador de la agonía del sector primario canario, que desaparece, ante la indiferencia de un gobierno insensible, incapaz, egoista. Porque, no se sorprendan. La ausencia de interés de Paulino y la compañía anónima que tiene por gobierno es en realidad la expresión de su tremendo interés por beneficiar a los poderes empresariales que han basado su negocio en la importación, asfixiando a la producción local.
Hablamos de un crimen doblemente grave. En cualquier circunstancia, el abandono de la producción interna de alimentos es un crimen. Pero cuando se trata de un territorio aislado y alejado, como Canarias, estamos hablando prácticamente de un caso de traición a la sociedad. Reducir a las islas al riesgo de quedar desabastecida en caso de cualquier problema en el transporte martícimo es condenar nos a la hambruna. Y, encima, todos los perjuicios medioambientales que se generan del abandono de la actividad campesina.
Lo malo de la noticia que trae DIARIO DE AVISOS, sobre la queja de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT Ganadería La Palma), y la Unión de Agricultores y Ganaderos (UGAP), es que se limita a reclamar ayudas oficiales pero no miran hacia adentro. No basta con llorar. Hay que buscar soluciones. Y yo les digo que la solución, a cprto plazo, es, claro que sí, presionar con movilizaciones a Paulino y su consejo de administración. Pero también hay que ir a la calle para concienciar a la gente. Para convencerla de que vale la pena pagar unos céntimos más, a cambio de asegurar el suministro alimentario y, por si fuera poco, con una mejor calidad de los productos. Porque no hay nada mejor que la comida fresca.