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sábado, 27 de abril de 2024 07:57h.

El 23-F: entre Santiago Carrillo y Antonio Tejero - por Nicolás Guerra Aguiar

 

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El 23-F: entre Santiago Carrillo y Antonio Tejero Nicolás Guerra Aguiar *

23 F
23 F

La tarde del histórico 23-F (1981) pudo ser el inicio de otra gran tragedia para nuestra España recién salida de barbaries, atropellos, fascismos, dictaduras. 

  Aunque mi actividad como profesor y jefe de estudios del turno de noche comenzaba a las 18:45h, había adelantado la salida para Gáldar camino del instituto Saulo Torón, mi destino profesional. La razón, bien sencilla: esa tarde también estaba citado con algunos alumnos de COU (preuniversitario) pues, fuera de programa y horario oficiales, comentábamos textos de escritores canarios absolutamente desconocidos, ignominiosamente alejados de la actividad aularia. 

antología cercada
VENTURA DORESTE POR JUAN ISMAEL
VENTURA DORESTE POR JUAN ISMAEL

  Precisamente les llevaba fotocopias de algunos poemas publicados en Antología cercada (José María y Agustín Millares Sall, Pedro Lezcano Montalvo, Ventura Doreste Velázquez, Ángel Johan), obra poética de 1947. Y es que los tres primeros habían aceptado la invitación para darlos a conocer personalmente e intervenir dos días después en el salón de actos (don Ventura vivía en Tenerife; Johan había muerto). 

 La obra, por supuesto, valía la pena: fue la primera manifestación de poesía social en la España de posguerra y sus voces denunciaban “cercos”, militarización social, ausencia de libertad. Estaba interesado en que la conocieran pues, aparte de su extraordinaria calidad lírica, se había adelantado ocho años a los poetas peninsulares Gabriel Celaya y Blas de Otero, oficialmente reconocidos -así figuraban en libros de texto- como los reiniciadores en 1955. 

  Sin embargo, ese día no pudimos estudiar a nuestros paisanos (¿casualidades, el destino?).  Dadas las espeluznantes noticias que empezaron a llegar de Madrid desde las 17:23 horas (el Congreso de los Diputados había sido tomado por guardias civiles armados), la prudencia impuso la suspensión de la actividad lectiva. Pero tampoco pudo celebrarse el posterior encuentro con los tres autores: distintas circunstancias lo impidieron. (Por cierto: un años después, en mi nuevo destino -instituto Pérez Galdós-, se rindió homenaje a Antología cercada con la presencia e intervención de los cuatro poetas y don Sebastián de la Nuez Caballero, catedrático de Literatura Española, Universidad lagunera.) 

 

HOMENAJE A ANTOLOGÍA CERCADA EN 1982
HOMENAJE A ANTOLOGÍA CERCADA EN 1982

  Ya por la Cuesta de Silva, exactamente a la altura del Cenobio de Valerón, el terrible impacto a través de la radio: el Congreso de los Diputados, sacrosanto recinto del sistema democrático reiniciado muy pocos años antes, era vilmente mancillado por pistolas, subfusiles, ráfagas, uniformes, voces que amenazaban con acciones más violentas, imposiciones por la fuerza de la sinrazón… y el regocijo de quienes habían sido sostén, basamento, pétreo pedestal en el cual se apoyaron durante cuarenta y tantos años las retorcidas y macabras mentes de la infamia dictatorial. Sí: un teniente coronel de la Guardia Civil (de apellido Tejero), pistola en mano, y un buen número de guardias civiles y otros militares habían violentado la institución mientras los representantes de la voluntad popular hacían uso de la palabra. 

23 f

  Como el golpe de Estado (rebelión militar) fracasó, el principal protagonista físico fue condenado a treinta años de prisión “por rebelión militar consumada con la circunstancia agravante de reincidencia”. Cumplió la mitad de la sanción tras la petición de indulto presentada por una asociación religiosa y con el visto bueno del Tribunal Supremo (‘ABC’, 2019). Otros militares (desde generales a tenientes) y civiles sufrieron también penas de cárcel y, a la par, gozaron de beneficios otorgados, precisamente, por la misma estructura democrática que ellos pretendieron derrumbar, echar abajo, destruir incluso con tanques paseados por Sevilla como prueba de fuerza.

23 F

  El ya ex teniente coronel y otros fueron localizados por periodistas (octubre 2019)  y dieron fe de su presencia en el cementerio de Mingorrubio: mostraban su rechazo “al proceso de exhumación e inhumación”  de los restos del dictador (‘Faro de Vigo’). Cuatro años después el paisano Tejero vuelve a ocupar páginas destacadas en distintos periódicos. Y es noticia en primera: a lo largo de una entrevista (‘El Español’) acusa al anterior jefe de Estado de maniobrar detrás de la intentona golpista. 

TEJERO EN MINGORRUBIO
TEJERO EN MINGORRUBIO

  Así, dice, el hoy hipotético dosmilmillonario rey no solo era conocedor de la trama (“Estaba a favor de ello”) sino que  pretendía sacar provecho. Ansiaba colocar al frente del Gobierno a su mentor, el general Armada: “Quería contar con miembros de la izquierda en ese gabinete de concentración militar”. Cuando Tejero descubre el supuesto entramado, “Yo al rey Juan Carlos lo jodí vivo. Así lo anulé, lo paré. Luego me traicionaron todos: el Rey, Armada, Milans del Bosch".

 

FR AQ

  Tras la lectura de la entrevista (días atrás) retrocedí cuatro décadas. Y me vinieron a la memoria dos hechos. El primero, que durante años posteriores a 1981 la hipótesis hoy expuesta como verdad absoluta por el señor Tejero se había extendido por todo el país e, incluso, periódicos extranjeros insinuaron la hipotética connivencia del rey Borbón con los “insurrectos” (así denominados por algunos sectores para evitar voces como rebeldes, golpistas, facciosos…, en apariencia más contundentes). El segundo, la visita de Santiago Carrillo a Sardina de Gáldar una tarde veraniega (no puedo precisar la fecha, pero sí fue anterior a 1987). Se había desplazado desde Las Palmas para saludar al entonces alcalde galdense, con quien yo me encontraba en ese momento. 

CARRILLO
CARRILLO

  Ya sentados en La Gaviota tomando café y en charla muy distendida, le pregunté sobre los rumores citados más arriba. Tras encender su cuarto cigarrillo, pausadamente y con la mirada quizás anclada en el mismo hemiciclo del Congreso, asintió. Me dijo algo así como “Sí, hubo contubernio entre algunos generales muy apreciados por el rey [recordemos al general Armada], el mismo rey y ciertos sectores políticos. Tejero fue solo un instrumento del que se valieron, el cabeza de turco. Ante tal oportunidad, para algunos confabuladores la única opción era la disolución de las Cortes y el nombramiento de un Gobierno de salvación, militares y civiles”.  

  Hoy contrasto las respuestas del señor Tejero (octubre 2023) y las palabras del señor Carrillo (años ochenta): son casi coincidentes en líneas generales.  Pero, a pesar de las confluencias, hay una gran diferencia: el segundo habla de “ciertos sectores políticos”, no de “sectores de la ultraderecha” (¿quizás debía sobreentenderse?). Y según Tejero, se contaría con “miembros de la izquierda en el gabinete de concentración”. 

  ¿Qué “izquierda?, me pregunto. ¿Acaso el PSOE? ¿Quizás el PCE con Carrillo como ministro del Interior? ¿Tal vez la corriente socialista de Tierno Galván, definida como “marxista y revolucionaria” en 1976? ¡Así pretendieron mancillar al sector democrático y progresista, la izquierda española, víctima de la más feroz y sanguinaria represión anterior! ¿Un Gobierno presidido por un general impuesto y un fleje de ministros rojos?  ¡Qué disparate, cómo envenenan a la verdad!

* Gracias a Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR

 

 

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