En el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ¿hay alguien responsable de Cultura? - por Erasmo Quintana
En el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ¿hay alguien responsable de Cultura?
Erasmo Quintana
Traspasado el umbral de las carnestolendas y prácticamente dentro de nada, ya metidos en el mes de marzo, nos encontramos inmersos en la Semana Santa, época de disfrute para creyentes, no creyentes, ateos y agnósticos, porque además permite el asueto al tiempo que atender una necesidad en general -para muchos- espiritual. En nuestro caso, que como canarios disponemos de una benignidad climática envidiable, nos viene como “agua de mayo”. La Semana Santa grancanaria tiene algo de especial y es que cuenta con uno de los más importantes imagineros nacionales, el “Salzillo canario”, según Gaya Nuño, que es el guíense José Luján Pérez. También cabría decir, en justicia, que Francisco Salzillo es el "Luján Pérez murciano", porque, sin caer por ello en competencias inanes, ambos imagineros compartían el mismo nivel de calidad artística.
La Iglesia Matriz de Guía cuenta con un número importante de tallas que a él pertenecen, por lo que cuando viene la Cuaresma sus carteles pueden anunciar: “Semana Santa en la ciudad de Luján”. Uno de estos días, mientras paseaba con un buen amigo por las inmediaciones de la plaza de Santa Ana, en concreto por la calle Obispo Rabadán, nos percatamos de que el busto del imaginero José Luján Pérez que tuve la suerte de colocar en mi etapa de concejal de Cultura del ayuntamiento de Guía de Gran Canaria en una de las hornacinas de los restos del coro catedralicio, está perfectamente oculto a la vista de los viandantes por una suerte de matorral osco, alto y espeso, ocultando por completo dicha hornacina que lo acoge.
Para poder verlo hay que subir escalones y meternos en el pequeño hueco que deja tan espesa hojarasca, con lo que ya nos posibilita leer la placa que reza: “Las Palmas de Gran Canaria a Luján Pérez (1756-1815) Obra de Santiago Vargas Jorge – 2006”.
Y como es natural, tanto hace que estemos casi pegados al busto, que no se puede apreciar bien la imagen de Luján. Viendo el resultado, nos da la impresión de que aquel adefesio de matorral está allí puesto a conciencia, con la malsana intención de que no podamos disfrutar el valor cultural con el busto del esclarecido Luján, eximio hijo de Guía de Gran Canaria, que, como tal, no solamente pertenece a aquel bello y recoleto solar del Noroeste, sino que también lo es de Gran Canaria, y de Canarias en su totalidad
En presencia de este hecho cabe peguntarse si en el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria hay algún responsable del área de Cultura, y si en efecto lo tiene, a qué dedica su tiempo y su trabajo, pues en el mismísimo Centro Histórico de la capital, por quien corresponde no ha reparado en un detalle por lo demás nimio, pero a su vez tan importante. Cultura es el conjunto de conocimientos básicos necesarios a las personas en un momento histórico y en un medio social dados, pero también es amor a la sabiduría, a poder apreciar el valor de la belleza, disfrutando la grandeza humana de quienes se hacen merecedores de ella.
La Catedral de Canarias, según el historiador Herrera Piqué, es la primera catedral española en el mar Atlántico. La reina de Castilla, Isabel la Católica, ordena se construya el 22 de mayo de 1483. Más tarde, por fin en 1497, se acometieron las obras de la Catedral de Santa Ana.
Al fallecer el canónigo Diego Nicolás Eduardo, director arquitecto de la Catedral, recayó en el imaginero de Guía, José Luján Pérez la dirección de las obras catedralicias. Éste proyectó en 1806 un nuevo coro de estilo neoclásico, ocupando la parte central del templo. El mismo se desmontó algo más de mediado el siglo XX, y parte de él se instaló frente a la Catedral, en el desaparecido jardín episcopal, donde hoy se encuentra. Yo tuve ocasión de verlo, y recuerdo lo impactado que me quedé, pues ocupaba un gran espacio central.
En el presente reportaje fotográfico que ilustra el comentario, en vez de contemplar un bello hontanar de frondas verdes en el azul diáfano del cielo, se aprecia la molesta e inoportuna masa arbórea, que por su altura impide ver los tres o cuatro bustos que allí están, motivo que aconseja otro tipo de flora, más baja y ornamental, permitiendo que veamos ese bello resto del coro neoclásico lujaniano, así como los personajes, entre los que se encuentra el inmortal imaginero que a todos los canarios pertenece, José Luján Pérez, sobre todo, en época de Semana Santa.
* Gracias a Erasmo Quintana