Cuando se apaguen las luces violetas

Juan García Luján 

SOMOS NADIE

Ruth, tenía  42 años, de Barcelona, Eva María,  46 años, de Cádiz,  Belén Palomo, 24 años, de  Ciudad Real,  Hayate, 46 años, de Tenerife,  Natalia,  40 años, de Málaga, Erika, 22 años, de Sevilla, India, dos años, Valladolid, Elisabeth,  38 años, de  Lleida, Elia, 17 años, de Sevilla, Beatriz, 47 años, de Pontevedra, Arantxa, 31 años, de Barcelona…

¿Te parece larga la lista? Todavía sigue, hasta llegar a 54 mujeres.  Además de Hayate hay dos canarias más: Rebecca, 42 años, de Fuerteventura y Evarista, 91 años, de Tenerife. La lista sigue hasta llegar a 54, que son las mujeres víctimas  mortales de la violencia machista en lo que va de año.  Son del norte, del sur, del este, del oeste, de territorio continental, isleñas, adineradas, desempleadas, religiosas, ateas, blancas, mulatas, negras, rubias, pelirrojas, morenas, canarias, migrantes, catalanas, gallegas, …Solo tienen una cosa en común: son mujeres.

Miles de personas se manifestaron este sábado en las calles canarias con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, bajo el lema “Violencia machista. El tiempo de silencio se acabó”. El cartel de la convocatoria de la red Feminista para la manifestación en la plaza de Santa Ana también decía: “Por las que están, por las que no están, por las que peligran, por las que vendrán”.

Los datos nos dicen que son muchas las mujeres que peligran en Canarias. De enero a junio de este año se realizaron en las islas casi 6 mil denuncias por violencia de género. Cada semana doscientas mujeres  presentan denuncia por violencia machista en nuestro archipiélago. Desde el año 2003 han sido asesinadas en Canarias, víctimas de la violencia machista,  106 mujeres. En España, en estos 20 años, fueron asesinadas 1232 mujeres.

Se dice que se habla mucho de la violencia machista. Pero es bueno tener en cuenta que, por ejemplo, la palabra etarra y proetarra se  sigue utilizando casi cada día en los medios o en el Congreso de los Diputados 12 años después del final de la  organización terrorista. En 42 años ETA mató a 850 personas. En 20 años han sido más de 1200 las mujeres asesinadas por la violencia machista.  El asesinato de mujeres  es la consecuencia más extrema más extrema de la violencia machista. Porque las mujeres aguantan día a día los micromachismos, las agresiones sexuales, los acosos, la trata y prostitución.  Los datos nos dicen que cada vez son más las menores de edad que presentan denuncia por  violencia machista.

En los últimos años se ha incrementado el número de denuncias por violencia de género. En Canarias ese incremento es mayor que la media española. Parece que estamos condenados a liderar siempre las estadísticas negativas.  Pero creo que es bueno que  los árboles no nos impidan ver el bosque. La ley contra la violencia de género del año 2004 fue muy positiva. Fue pionera en Europa y a nivel mundial. Pero en 20 años sería bueno revisar lo que se está haciendo y ver lo mucho que queda por hacer.

Porque esos juzgados de violencia de género que se crearon después de esa ley siguen sin recursos técnicos y humanos. Faltan equipos de personal permanente en cada juzgado: es bueno que la víctima que da el difícil paso de denunciar, se encuentre no solo con una policía que escribe la denuncia, también debe tener sobre la marcha un equipo de apoyo: sicóloga, trabajadora social, personal de otras administraciones que puedan gestionar una ayuda inmediata o una casa si desea salir del escenario del maltrato.

No puede ser que una víctima se encuentre con el laberinto habitual de las administraciones públicas: el ayuntamiento la manda el cabildo, el cabildo debe hacer un estudio… Hay ayudas de emergencia que se retrasan porque se ha reducido el personal o ha habido una baja laboral y se tarda semanas en hacer la sustitución. Porque cuando se apaguen las luces violetas que se pusieron de fondo los políticos estos días mientras daban rotundos discursos contra la violencia machista, la lista de mujeres acosadas, violadas y agredidas seguirá creciendo, y seguirán sufriendo los laberintos institucionales y  las consecuencias de la falta de recursos que no han puesto esos políticos.

También es fundamental la labor preventiva, la educación afectivo sexual sigue sin llegar a los colegios e institutos. Los adolescentes se acercan al sexo viendo pornografía. Está muy bien que este sábado se hayan llenado  las calles  canarias de hombres, mujeres, jóvenes y mayores gritando “Violencia machista. El tiempo de silencio se acabó”. Pero sería bueno que rompamos el silencio en casa y en los centros educativos , y hablemos con nuestros hijos e hijas de sexo, del amor, de las relaciones de pareja, de la pornografía, de los distintos tipos de  familia. Porque al menos mientras estamos hablando del sexo y de la vida, no están mirando en el teléfono vídeos donde la mujer es una máquina que da placer al hombre o a una manada de machos. No olvidemos que muchos de los agresores sexuales aprendieron el sexo cuando eran chiquillos mirando vídeos en su  teléfono tras apagar  la luz de su habitación, mientras los padres y las madres dormían y los amos de la industria pornográfica se quedaban despiertos mirando en la pantalla de sus cuentas corrientes como aumentaban los beneficios de su negocio.

* Gracias a Juan García Luján

https://juanglujan.wordpress.com/2023/11/26/cuando-se-apaguen-las-luces-violentas-juan-g-lujan/