El dudoso y negro futuro de la política en España - por Erasmo Quintana *

Este 18 de julio de 2023, tuve la oportunidad de asistir junto al amigo Antonio Aguado, a la Concentración Antifascista frente al Gobierno Militar, en el Parque de San Telmo. Fue un llamamiento muy lucido de asistencia a la defensa de la libertad, la cultura, la igualdad y fraternidad, así como a la paz y el feminismo, la autodeterminación de los pueblos, la memoria democrática, y por la salud del planeta. El historiador y amigo, Agustín Millares Cantero, fue el encargado de situar el contenido y significado del acto, haciendo un riguroso análisis de nuestra historia más reciente a partir del oneroso y criminal golpe de Estado fascista de una parte del Ejército contra el pueblo y la legalidad de la II República. 

La derecha más reaccionaria vuelve a atacar, nos dice la hoja volandera que se repartió en la numerosa asistencia, aleccionándonos de que exige la respuesta inmediata y contundente de todos quienes defendemos la libertad y la democracia plenas. Se dice también que “En este momento, realizar la concentración en la fecha del 18 de julio, frente al mismo edificio en el que el genocida dictador -Francisco Franco- comenzó su guerra para derrocar por la fuerza militar a la República, la dota de especial significación simbólica en la lucha por la defensa de los valores republicanos que ha protagonizado la parte más solidaria, generosa y lúcida de nuestra sociedad civil a lo largo de la historia contemporánea”.

En aquella histórica zona del Parque de San Telmo se dio cita un numeroso público dando repetidos vivas a la República, que resonaban en la vetusta fachada principal del palacete que alberga el Gobierno Militar de Las Palmas, testigo mudo del asesinato del general en plaza, Amado Balmes, por éste no seguir y acatar el ruido de armas contra el sistema democrático no defendiendo ni acatando las directrices del Capitán General de Canarias Francisco Franco. Ese querer ser fiel al juramento de obediencia y defensa la II República, lo hizo ofrendando su propia vida, iniquidad del movimiento fascista que se había puesto en marcha por una gran parte del Ejército, la Iglesia de Roma, la oligarquía caciquil y la monarquía, del que resultó ser este gran soldado uno de los primeros mártires del nazi-fascismo puesto en marcha por aquella sublevación militar el 18 de julio de 1936. 

La nunca derogada Ley de Amnistía de 1977, llamada “de punto final” preconstitucional, hizo posible que se perpetuaran en los principales estamentos del Estado los herederos del Régimen Franquista, de suerte que el “Enano del Pardo” murió recibiendo sepultura, pero el franquismo sociológico continuó vivo y gobernando en la cúpula del sistema con la misma autoridad que lo hizo nada más acabada la contienda en abril de 1939, con la “gloriosa victoria” fascista. Hasta hoy, que nos hacen ver que vivimos en democracia plena porque cada cuatro años nos ponen urnas para votar, pero la realidad es que la democracia no es solo votar, sino que seamos realmente libres, que no lo somos. Cómo llamar a un sistema en el que impera la “Ley Mordaza”, recortando cotas de libertad, y donde los gobiernos contraen compromisos unilateralmente con la Iglesia Católica, inyectándole anualidades millonarias de los Presupuestos del Estado por un Concordato, tratándose el nuestro un país aconfesional y laico, en el que abundan otras confesiones religiosas que se sentirán discriminadas con razón. Además, del privilegio que supone ese tanto por ciento (0,7) en las declaraciones anuales de la renta, que si no ponemos expresamente la X en la casilla al efecto, va directo a la Conferencia Episcopal Española. 

En el jolgorio festivo de la concentración antifascista de este 18 de julio, cuya composición fue mitad por mitad de ambos sexos, nos llamó la atención algo importante: allí no había juventud por ninguna parte, circunstancia muy grave e inquietante. Que un acto convocado como llamamiento a la defensa de los valores republicanos, que entrañan la desaparición de los discursos del odio a personas refugiadas que huyen del hambre y la muerte en sus países, la defensa de los colectivos LGTBI, a los no retrocesos en las políticas de igualdad y la atención preferente a los sectores más vulnerables de la sociedad, no asista nuestra gente joven, es sintomático de que en algo se ha fallado y que no se ha hecho bien desde los organismos estatales y en el seno mismo de las familias. 

No existe preocupación por conocer el “mundo de los jóvenes”, cómo y qué hacer para que se interesen por su porvenir y el de su entorno. ¿Dónde estará esa juventud magníficamente preparada, como nunca lo estuvo en épocas precedentes? Que se inhibe de todo lo relacionado en su interés más cercano, que se despreocupe por la política y no se involucre en la solución de los problemas de la sociedad, es para mi gravísimo. Dudoso y negro futuro, pues, de la política en España dejándola en manos exclusivas de los profesionales de la misma. Algo habrá de hacerse, y pronto.

* Gracias a Erasmo Quintana