La guerra - por Antonio Cabrera de León *

En octubre de 2018 publiqué una breve nota en esto que llamamos el muro, sobre la “Abolición del pensamiento”. Decía en ella que habría guerra. Ya la tenemos. Los pueblos que se acuestan con el autoritarismo, pueden despertar bañados en sangre.

Allí donde las clases dominantes se quedan con todo, no queda casi nada para repartir. Sólo miseria. Cuando están inquietas ante la remota posibilidad de que las masas empobrecidas pidan pan, las grandes fortunas incrementan la financiación del autoritarismo para que les proteja el botín robado. Esa es la época que vivimos en lo que llamamos Occidente, y explica en buena parte el crecimiento del fascismo tras el saqueo privatizador de lo que era de todos.

Llevan un par de décadas sobrealimentando al monstruo, normalizando los exabruptos y la violencia verbal en los medios de su propiedad, que son casi todos. Pero sabido es que históricamente (y la Historia no tiene fin, estúpido) el autoritarismo deviene en fascismo. Entonces las cañas se vuelven lanzas, los exabruptos son sustituidos por insultos y escupitajos y la violencia verbal por la agresión física. Y aquí estamos, en la guerra.

Igual que promocionaron los libros que propugnaban el fin de la Historia, convirtieron en teoría la necedad “de los arcos dorados". Según ella dos países con hamburgueserías de McDonald’s no entrarían en guerra. Ya. Supongo que dos países que beban Coca-Cola o masquen chicle, tampoco.

Los grandes saqueadores violentan la democracia si no pueden controlarla. Pueblo que no pueda ser pastoreado mediante sus medios, es dominado a garrotazos. En Europa, desde los Urales a San Vicente, no hay excepción. De Putin a André Ventura, pasando por Orban, Duda, Morawiecki, Salvini, Jansa, Le Pen, Zemmour, Abascal, Höcke y toda esa ralea reciben financiación de las mismas manos. Finalmente, alguno de estos monigotes acabará no sólo mordiendo sino amputando la mano que le dio de comer. Pasó con Hitler y la oligarquía representada por Von Pappen, con Franco y el gilipollas de Alfonso XIII, con Mussolini y los Saboya.

Está documentada hace años la forma en que unos cuantos expoliadores de los recursos de Rusia auparon a Putin. Pero una vez más, cuando la marioneta que les iba a salvaguardar la fortuna se sintió fuerte, liquidó a algunos de sus creadores e impuso la tiranía. Es su criatura pero la padecen pueblos enteros: rusos, chechenos, georgianos, ucranios…de momento.

Habrá más guerras, tristemente las habrá. Se van instalando en el poder, controlan más y más los medios, y el aparato de los Estados. De momento mantienen las elecciones porque son invencibles; como un Madrid-Chipude o un Barça-Margalef. Luego las cancelarán. Buscarán el enemigo externo o interno, uno que les parezca pequeño. Es falso que en la guerra todos pierden. Los financiadores del monstruo suelen ganar ¿Quién financia a VOX?¿Qué haces tú comprando en sus tiendas, leyendo sus periódicos, oyendo sus radios y televisiones, y guardando tu dinero en sus bancos? Quien no haga el esfuerzo de apartarse está colaborando.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León