Hablemos de SOCIALISMO

Carlos Martínez, secretario general del Partido Socialista (PSLF) y expresidente de Attac

Cuando escucho o leo misivas y declaraciones de personas que los medios y las derechas franquistas sean PP o VOX citan como ejemplo de cordura, coherencia y “socialismo” no puedo sentir sino una rabia infinita. Esos mismos partidos que alaban a Felipe González, Guerra, Cosculluela y otros son los mismos que mandaron arrancar a martillazos la placa conmemorativa de Largo Caballero o le quitaron el nombre a la calle de Indalecio Prieto y esos, esos dos y otras y otros mucho si eran SOCIALISTAS. 

El PSOE de hoy, lo diré por enésima vez, es en realidad una escisión del PSOE y lo es porque en principio fue el “PSOE Renovado” apoyado por algunos partidos socialdemócratas europeos, personajes como Carlos Andrés Pérez y el Departamento de Estado de los EEUU al objeto de liquidar al viejo caballerista y republicano Rodolfo LLopis que era el secretario general del partido e ir transformando poco a poco al partido obrero español en un partido monárquico y liberal.

Fue una sentencia del Tribunal Supremo la que otorgó al PSOE actual las siglas de forma definitiva en las primeras elecciones en la transición. 

La mal llamada vieja guardia socialista son personajes que ingresaron en el PSOE con un objetivo muy claro, derechizarlo y por cierto les costó pues numerosas bases siempre se opusieron a ello y esas y esos si son la vieja guardia socialista, no monárquicos atlantistas y arribistas.

Felipe perdió un Congreso y posteriormente el aparato monárquico-liberal recibió varios revolcones más, incluido el último con Pedro Sánchez por cierto y no porque este sea algo más que un socioliberal atlantista y leal a la corona, sino porque las bases socialistas se negaron a pactar con los franquistas del PP.

No es cuestión ya de pelear a estas alturas por unas siglas, pero si por una idea, por un legado, por lo que verdaderamente significa el socialismo y eso no es patrimonio del PSOE sino de las y los socialistas que desean transformar un mundo injusto, con guerras imperialistas, hambrunas y pobreza que camina a su propia destrucción y en el que el patriarcado sea el continente que sea, domina.

Pero en las actuales circunstancias del estado español y aunque se haya ganado el gobierno por el aparato actual del PSOE, creo imprescindible afirmar que las cosas están mal y las derechas amenazadoras en la calle, por eso soy solidario y muchas y muchos socialistas independientes, somos solidarias y solidarios con el PSOE y con nuestras hermanas y hermanos socialistas del PSOE y fraternalmente les decimos que la policía no es nuestra defensa, somos nosotras y nosotros, todas las personas ya sean de las izquierdas, el progresismo y el movimiento republicano quienes debemos movilizarnos, no para ejercer una violencia como las derechas, sino para salir con la cabeza alta a las calles, en defensa de la libertad y en coherencia con nuestras ideas, al tiempo que exigimos al nuevo gobierno que sea de la mayoría social que no llega a fin de mes y cada día come menos proteínas o malvive asustada en pisos que no les alcanza a pagar. Pollo o alquiler, boquerones o recibo de la luz, aceite de oliva o la hipoteca y esa es nuestra gente. Una clase trabajadora a la que se le ha dicho que no lo es por parte de populistas ya sean de derechas o de “izquierdas “y por ello anda despistada y sin referentes claros o más bien sin ningún referente que ellas y ellos entiendan.

La cultura neoliberal se ha apoderado de los dirigentes de las izquierdas oficiales o gubernamentales y el globalismo es su guía. Eso es así. Pero es lo que tenemos y por tanto entre desorientación, despiste, negación de las clases sociales y terror a su lucha hemos de volver a construir primero una nueva movilización y después tomar leyes, medidas y convenios que beneficien a la cada vez más amplia nueva o vieja clase obrera. No será con descalificaciones estalinistas al PSOE como consigamos la unidad frente a la ola autoritaria y la revuelta de los poderes heredados del franquismo.

Hemos de profundizar en la democracia, defender los referéndums democráticos y reconocer el derecho a decidir de los pueblos, del pueblo. Sin miedo y sin obedecer los mensajes de una corona ausente, lejana, engreída y cara. No es un espermatozoide quien decide un jefe o jefa de estado, es solo la libre voluntad democrática. Ni esta constitución garantiza los derechos sociales básicos (hay varias sentencias que abalan esta afirmación). Por tanto no es la hora del miedo ni de la confusión.

El movimiento socialista si ha tenido las cosas claras y a diferencia del progresismo siempre ha denunciado los problemas y propuesto soluciones combatiendo leyes injustas o ha cambiado las leyes y constituciones. 

El problema es que ser gobierno siempre lleva la tentación de no empoderar a las clases populares y creernos sabios los que en el estamos o entregar las carteras económicas a las personas más de derechas y pro atlantistas del partido progresista sea el que sea. A seguir apoyando una constitución quemada y una monarquía incompatible con el socialismo.

Así no construimos socialismo y con pacto constitucional tampoco. Primero porque la derecha no respeta la Constitución del 78 y segundo porque las ocho horas, el derecho de huelga, el derecho de voto universal e incluso las democracias liberales necesitaron primero de grandes movilizaciones, revoluciones y huelgas. 

* Gracias a Carlos Martínez