Los idus de Japón - por Antonio Cabrera de León *.

Los idus eran las fiestas de marzo durante las que mataron a Julio César. No hay idus en julio pero andaba Japón amaneciendo de su fiesta de las estrellas cuando un hombre solo, portando un arma grande, mató a Shinzó Abe. Rápidamente se difundió -¿por quién?- la idea de que el ex-primer ministro iba sin protección policial, lo cual quedó desmentido por los hechos puesto que el agresor fue capturado en el mismo lugar del crimen.

Hemos sabido de inmediato que se trata de un antiguo militar de unos 40 años llamado Yamagami. Esto se parece bastante a la edad y circunstancias de Oswald cuando, supuestamente, asesinó en solitario al presidente Kennedy de los EEUU. Del magnicidio americano no nos hemos creído nunca la soledad del criminal. Del japonés también conviene ser descreído, pues ya se reconoce que su protección policial falló en la forma de atentado más fácil de proteger que es la del asesino aparatosamente armado que se acerca a su víctima.

El atentado tendrá consecuencias que serán evidentes pronto. Más que al de Oswald, se parece al asesinato del primer ministro israelí Isaac Rabín en los años 90, a cargo de otro supuesto lobo solitario llamado Amir. Desde entonces Israel se fue a la ultraderecha, renunciando a cualquier intento de paz y de justicia con el pueblo palestino. Sospecho que en nombre del legado conservador, nacionalista y revisionista de Abe, el primer ministro Kishida aumentará su gasto militar y su alianza con todo lo que sea anti-chino.

En un artículo muy descorazonador, publicado en La Vanguardia, Manuel Castells explicó con brillantez que “la guerra fría en Europa ya es irreversible. De ahí podríamos evolucionar a la caliente, a la nuclear limitada y a la nuclear global, con la consiguiente destrucción de la especie humana.”

En 2018 escribí que el crecimiento del autoritarismo en Europa traería la guerra. Ahora que la tenemos, hay quien intenta que deje de estar encapsulada en Ucrania. El bloqueo de Kaliningrado es una provocación a Rusia ¿Quiere el gobierno de Lituania inmolar a su pueblo? Si queremos que sea toda Europa la que arda, no nos van a faltar incendiarios.

Como portavoz americano, el historiador Timothy Snyder escribe en El País una crítica al gobierno alemán y al filósofo Jürgen Habermas por su actitud prudente en la guerra de Ucrania. A través de él, EEUU dice que Alemania no ha tomado partido. Y ello pese a la cuantiosa ayuda económica y militar del gobierno alemán. Pero parece que no basta. En palabras de Krahe, “Gringo ser muy absorbente”. Lo que no quiere EEUU es que Francia y Alemania hablen con Rusia e intenten detener la guerra.

Europa, Europa. Como en la película de Holland, cualquier europeo puede acabar disparando a favor de distintos ejércitos en la misma guerra. Es la sensatez o será la nada. Son Habermas, Merkel, Scholz, como antes Adenauer, Monnet, o incluso De Gaulle. Si Europa renuncia a tener su propia voz y su propia defensa, otros hablarán por nosotros y nos defenderán de nosotros mismos.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León