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domingo, 28 de abril de 2024 21:14h.

Julián Ayala, reverdeciendo un viejo corazón - por Jaime Bethencourt

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Julián Ayala, reverdeciendo un viejo corazón - por Jaime Bethencourt Rodríguez, de Intersindical Canaria  

 

Salvando las reticencias propias de un personaje susurrante en la comunicación y esquivo de la notoriedad, algunos amigos, familiares y camaradas lograron confabularse para homenajear el pasado 27 de enero en la ciudad de La Laguna, al periodista, escritor y activista, Julián Ayala de Armas, un polifacético y honesto  ciudadano canario que reúne en su currículum la suma de cien batallas en las que ha sido y es sujeto activo en variadas bregas como la de hábil reportero periodístico, columnista, articulista, analista político, representante municipal de la izquierda nacionalista, poeta, o preclaro dirigente de los pensionistas canarios.    

JULIÁN AYALA
JULIÁN AYALA

En una nación como la canaria en la que la pluma, la opinión y la creatividad se encuentra mayormente al servicio del poder y, frecuentemente, proclive a asumir la despreciable profesión mercenaria-amanuense, hay que agradecer a Ayala, su militante independencia y su espíritu crítico en el análisis social, entendido como la búsqueda del progreso y de la justicia para el Común que se enfrenta al absolutismo del capital y su pérfida representación política. Llegar a los 83 años con ese impoluto devenir, y la declarada voluntad de continuar en ese ejercicio de coherencia y honradez, es mérito a destacar y de agradecer.

El Día, periódico en el que desarrolló su actividad profesional; los semanarios Sansofé y El Puntal, o, más recientemente, como director de la revista canaria de análisis y opinión, Disenso, son sólo algunas de las publicaciones referenciales en las que resalta la firma de Ayala. Añado a ello, su obra poética titulada “Los compañeros de Ulises” o el volumen de sus artículos de prensa “Desde la otra Orilla, que también forman parte de sus testimonios ideológicos y de análisis social.

Con ocasión del reciente acto de su público reconocimiento, concluyo estas fugaces y pertinentes reflexiones con un fragmento de un trabajo de Ayala con título, “Que me apunten en la lista”, en el que, creo, queda retratado su espíritu rebelde, al tanto que incrédulo con la llegada algún día de la verdadera democracia para los menesterosos que siguen sumando mayoría en esta azotada tierra atlántica:  

«Uno, que se ha pasado la mitad de su vida adulta conspirando, entre otras cosas por la República, y ya se había acostumbrado a pasar la otra mitad observando tan solo —con el distanciamiento que da el escepticismo— los avatares mezquinos de los cabezudos y cabezudas instalados en sus enmoquetados despachos oficiales, con sueldos, dietas y visa oro a cargo del contribuyente, así como algún que otro lucrativo mordisco en forma de comisión empresarial por obra fraudulentamente adjudicada, siente reverdecer su viejo corazón de los veinte años ante la mención de dicha conjura»

* Gracias a Jaime Bethencourt Rodríguez

JAIME BETHENCOURT
JAIME BETHENCOURT

 

 

 

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