El colonialismo anglosajón pasó por varias iteraciones, cada una de las cuales implicó un tipo diferente de piratería. En su forma inicial, implicaba la violación y el saqueo de barcos en el mar (especialmente galeones españoles) y el saqueo de comunidades costeras, a menudo mediante el uso de corsarios (un eufemismo para referirse a piratas autorizados oficialmente). En su forma intermedia, implicó la ocupación, principalmente de comunidades costeras, con el nombramiento de un gobernador y el estacionamiento de tropas, manteniendo intacto el objetivo pirata general de la empresa: extracción de riqueza, pero con el beneficio añadido de mantener el mercado. monopolios para industrias nacionales en el centro imperial. Varios movimientos de liberación nacional a lo largo del siglo XX pusieron fin a este tipo de piratería, y las industrias nacionales, para seguir siendo rentables, se vieron obligadas a producir en el extranjero, prescindiendo de la mayoría de los tipos de exportaciones físicas (excepto armas, materias primas y basura). favor de los servicios, principalmente financieros, un eufemismo para varios tipos de usura y extorsión.

Lo que surgió, en lugar de un control colonial absoluto, fue un sistema bastante refinado de control político, financiero, militar y logístico :

El control político se ejerció mediante el uso de diversas tecnologías políticas empleadas bajo la apariencia de libre empresa y democracia. Por ejemplo, cuando recientemente se descubrió que Argentina ya no era solvente como entidad soberana, un tal Xavier Milei entró en escena con el propósito expreso de cerrar los servicios sociales de Argentina y desmantelar y expropiar su riqueza pública. Las tecnologías políticas son tan efectivas que los argentinos de hecho eligieron a Milei, ¡como tantas vacas que se ofrecen para ser devoradas!

En lugar de enviar a un gobernador para gobernar una colonia, ahora es posible emplear talentos nativos locales capacitados en lugares como la Escuela de Gobierno Kennedy. Este talento local es elegido por su alto nivel de sociopatía, falta de empatía y facilidad de manipulación. Generalmente se les exige que mantengan su riqueza en el centro imperial y envíen a sus hijos a escuelas imperiales, consolidando el control imperial sobre su comportamiento. Al principio se dejan seducir por historias sobre la santidad de la propiedad privada, pero luego descubren que sus bienes pueden ser quitados instantáneamente si se portan mal.

Por ejemplo, los padres de Vladimir Zelensky –la figura ficticia de la ex Ucrania– están en Israel (una posesión imperial) y su esposa e hijos pasan tiempo en Londres (un centro imperial). Esto hace que Zelensky sea dócil, complaciente y dispuesto a enviar hombres ucranianos para ser masacrados hasta el último anciano inválido. Pero ahí reside un peligro: en algún momento, la población local se da cuenta de que su líder es un traidor y lo mata antes de que tenga la oportunidad de escapar.

Ha habido un desfile constante de tales sociópatas nulos como candidatos a altos cargos. Algunos de ellos nunca alcanzaron altos cargos: Svetlana Tikhanovskaya de Bielorrusia y Juan Guaidó de Venezuela ahora languidecen en el olvido. En otros casos, la medida ha tenido éxito: la rumana Maia Sandu está ocupada destruyendo Moldavia y Nikol Pashinyan, entrenado por Soros, está haciendo lo mismo con Armenia. Y se ha logrado un éxito verdaderamente estelar en Alemania, donde el Bundeskanzler es un humilde Bürgermeister, el Ministro de Asuntos Exteriores es una gimnasta y el Ministro de Economía es un autor de libros para niños: una tríada de burros.

Es posible que estas tecnologías políticas todavía funcionen, pero hay un problema: la imagen de Estados Unidos, y de Occidente con él, como una ciudad brillante sobre una colina, un faro de libertad y democracia, el único proveedor del sueño americano y un El poderoso baluarte contra la dictadura y el despotismo –toda esta marca política occidental– está quedando muy empañado y ya no es capaz de proyectar una imagen positiva de sí mismo. Ahora todo el mundo ve a Occidente como lo que es: una corporatocracia oligárquica y corrupta con jefes de Estado muy impopulares, a menudo no electos y subordinados a intereses extranjeros y transnacionales, que no tienen capacidad para definir, y mucho menos imponer, los intereses nacionales de las naciones bajo su control. su responsabilidad.

Y luego están los elementos totalmente tóxicos de la cultura política occidental contemporánea: el marxismo cultural y la locura LGBT. El marxismo cultural intenta dividir la sociedad en opresores (hombres blancos, básicamente) y oprimidos (prácticamente todos). El objetivo de la Justicia Social es acabar (y revertir) la opresión. Pero la mayoría de la gente en el mundo lo considera pura tontería y rechaza por completo partes del dogma cultural marxista como “los oprimidos no pueden ser también los opresores”, por ejemplo, “los negros no pueden ser racistas”. Lo mismo ocurre con las personas LGBT: la mayor parte del planeta es socialmente conservador y rechaza por completo la noción de género, prefiriendo seguir con el sexo a la antigua usanza. Saben a priori que los animales tienen tres sexos –macho, hembra y castrados– y no aceptan ningún argumento en contrario.

[Una breve nota para aquellos confundidos: los animales castrados tienen nombres específicos: túmulo (jabalí), buey (toro), capón (gallo), castrado (semental), wether (carnero), castrato (hombre). El sexo es una característica genética de un animal determinada en el momento de la concepción en función de si el cigoto transportado por el espermatozoide fecundante contiene un cromosoma X o Y. Este cromosoma se replica en el núcleo de cada célula de un organismo. Género es un término gramatical (masculino, femenino, neutro) que se aplica a sustantivos y artículos (der, die, das). En la mayoría de las lenguas indoeuropeas, el género estándar y genérico de una cosa o ser de sexo indefinido es masculino. No intentes cuestionar estos hechos cuando te aventures en el gran mundo no anglosajón, y no trates de impresionar a la gente con tus “valores humanos universales”].

Como resultado de estos fracasos políticos, Occidente perdió su posición como guía de civilización para Rusia y China, la India, el mundo musulmán, África y la mayor parte de América Latina. A estas alturas, el término “civilización judeocristiana” suena como un chiste de mal gusto para la mayoría de la gente y debería evitarse por completo. A medida que desaparecen todos sus aspectos atractivos, lo que se filtra es su decadencia, su parasitismo y, con la reciente ayuda de Israel, sus tendencias genocidas. Si bien la decadencia se resuelve fácilmente estableciendo barreras culturales y políticas, en opinión de la mayoría de las personas en todo el mundo es necesario detener el parasitismo y las tendencias genocidas.

El control financiero se ejerció mediante el control de las monedas de reserva: la libra esterlina y luego el dólar. Como todo el comercio exterior podía bloquearse en el centro imperial, los empresarios de las antiguas colonias sabían exactamente cómo comportarse para evitar sanciones. Cuando el centro imperial repentinamente sintió la necesidad, pudo alterar el campo de juego restringiendo el acceso al crédito, congelando las reservas de dólares y euros, y otras medidas similares. Las economías coloniales quedarían paralizadas y luego una avalancha de riqueza fluiría de las colonias a las arcas imperiales, que fueron promovidas como un refugio seguro. Otro tipo, aún más insípido, de fuga de riqueza colonial se organizó mediante déficits comerciales estructurales (es decir, permanentes) y proporcionando sólo una forma de acumular el superávit: mediante la compra de deuda del gobierno imperial, que luego se infla gradualmente.

Este método de control ahora está fracasando. Rusia y China han logrado desdolarizar prácticamente todo su comercio, mostrando el camino a otros países, muchos de los cuales ahora están ansiosos por unirse a BRICS, que es el centro de conocimiento para la desdolarización. Al tratar de limitar a sus adversarios mediante el uso de sanciones económicas, Estados Unidos y la UE esencialmente se han quedado fuera del juego. Ahora pueden hacer lo que quieran con su dinero: usarlo como leña o como papel higiénico (bastante crudo), forrar jaulas de canarios con él... Pero lo que no podrán hacer por mucho más tiempo es prestarlo y usarlo. it.it para importar lo que quieran.

Ahora son China, Rusia, Arabia Saudita y, hasta cierto punto, incluso Irán los que toman las decisiones. Los argentinos eligen un presidente que pretende interrumpir el ingreso de Argentina a los BRICS; En respuesta, China cancela rápidamente su intercambio de divisas con Argentina, deteniendo su comercio con el país. Congresistas despistados en Estados Unidos abordan la cuestión de poner fin a las importaciones de uranio enriquecido desde Rusia, que son esenciales para mantener las luces encendidas en Estados Unidos. Los parlamentarios rusos responden con la pregunta: “¿Por qué Rusia suministra estos materiales estratégicos al enemigo?”

Dije esto hace unos años: "Llegará el día en que ofrecerle a alguien un millón de dólares hará que te den un puñetazo en la cara". Bueno, ese día no está lejos: en la reunión de los BRICS del próximo verano, organizada por la Federación Rusa en la hermosa y moderna ciudad de Kazán, capital de la República de Tartaristán, se espera que el dólar sea reemplazado por una unidad nocional, no exactamente una moneda: se utilizará como referencia en el comercio. Después de eso, la frase “en términos de dólares” ya no se utilizará mucho.

Hay muchas cosas que no están directamente relacionadas con las reservas ocultas detrás del término “moneda de reserva”: están, por supuesto, los bancos centrales, los bancos comerciales y las compañías de inversión; pero también hay agencias de calificación, corredores, bolsas de valores, agencias de consultoría, agencias de seguros, compañías de tarjetas de crédito y muchas otras cosas que han permitido a Londres y Nueva York no producir nada más que flotar de alguna manera en una nube de “economía de servicios”. Toda esta nube está a punto de disolverse, y lo que se está volviendo visible muy por debajo de ella son las afiladas rocas de la economía física (minería, refinación y manufactura) que Rusia, China y los demás BRICS, tanto actuales como futuros, tienen en sus manos, mientras Occidente no.

El control militar se ejercía manteniendo bases militares en todos los territorios que estaban bajo control imperial. Se podían utilizar medios militares siempre que los controles políticos y financieros resultaran ineficaces, pero la mayoría de las veces no lo eran, manteniéndose en reserva como una amenaza implícita que hacía que los controles políticos y financieros fueran más eficaces. Periódicamente, algún país pequeño y relativamente indefenso sería destruido por razones artificiales y su población masacrada sólo para mantener a todos los demás a raya. Esto funcionó la mayor parte del tiempo, pero cada vez con menos frecuencia: funcionó en Yugoslavia y Libia, pero no funcionó en Siria, Afganistán o Yemen.

El problema con todo este plan es que un ejército del primer mundo no puede mantener la supremacía sobre oponentes similares como Rusia y China, luchando sin éxito contra ejércitos inferiores, mal equipados y mal entrenados en tierras distantes. El plan es excelente para llenar los bolsillos de los accionistas del complejo militar-industrial y para financiar las campañas electorales de los políticos asociados, pero no son objetivos militares. Para encontrar una salida a este callejón sin salida conceptual, el círculo de defensa estadounidense desarrolló una posición doctrinal que estipulaba su propia supremacía indiscutible y todos los hechos que la contradecían (como la acción exitosa, aunque muy limitada, de Rusia contra el ISIS en Siria o la derrota de Israel en el sur del Líbano) podría considerarse imposible.

En pocas palabras, Estados Unidos, y con ellos la OTAN, no tuvieron los aportes necesarios para mejorar. La ciencia y la práctica militares avanzan a través de una serie de derrotas tácticas y victorias estratégicas, cometiendo y aprendiendo de pequeños errores en el proceso de lograr grandes éxitos. Sin embargo, lo que Estados Unidos logró lograr en un conflicto tras otro fue una serie de victorias tácticas seguidas de derrotas estratégicas. Como ha señalado Andrei Martyanov, ante la falta de los aportes necesarios, el ejército estadounidense absorbió las doctrinas que extrajo de los restos de la Wehrmacht de la Alemania nazi; en particular, su fijación en la idea de Blitzkrieg, ignorando por completo el hecho de que Blitzkrieg murió en Stalingrado.

Condenados a repetir la historia, Estados Unidos protagonizó un resurgimiento de la Blitzkrieg en lo que solía ser el este de Ucrania, convirtiendo una tragedia en una farsa. Allí, el patrón finalmente se ha roto: una serie de derrotas tácticas está conduciendo a una derrota estratégica verdaderamente masiva. Pero eso puede esperar, porque Rusia no parece tener prisa por terminar el trabajo y está perfectamente contenta de seguir acumulando sus victorias tácticas, ya que esto hará que su enorme victoria estratégica, cuando llegue, sea aún más masiva.

Estados Unidos aún no está listo para hacer las maletas y volver a casa, y eso es algo bueno para sus oponentes: cuanto más tarde en caer el centavo en Washington, más dinero y recursos se desperdiciarán en posturas ineficaces y más débiles serán Estados Unidos y sus aliados se mantendrán firmes cuando la verdad de la situación sea imposible de ignorar. Si todo va bien, el fracaso militar en el extranjero se convertirá naturalmente en una guerra civil en el país, y entonces habrá una superpotencia hegemónica global menos de la que preocuparse.

Control de logística. Afortunadamente, la falta de supremacía militar debilita automáticamente al Imperio anglosajón desde el punto de vista económico. El imperio pirata anglo ejerció control sobre el comercio global a través del control de las rutas marítimas: era imperativo que todo tipo de botín imperial pudiera enviarse de regreso a los centros imperiales anglo. Britannia… tacha eso… ¿Estados Unidos gobierna las ondas de radio… o no? En particular, el control de varios puntos de estrangulamiento (Canal de Suez, Estrecho de Ormuz, Canal de Panamá, Gibraltar, Malaca y (¡sorpresa!) Bab-el-Mandeb) es absolutamente esencial.

Las recientes acciones navales estadounidenses cerca de Bab-el-Mandeb no han hecho nada para evitar un cierre virtual del Canal de Suez, lo que ha resultado en largos retrasos y enormes aumentos en las tarifas de flete para la mayoría de los barcos con destino al Oeste a medida que rodean el Cabo de Buena Esperanza. Esto fue el resultado de sólo unas pocas amenazas y algunos actos hostiles muy limitados contra el transporte marítimo internacional por parte de los hutíes de Yemen, que han prometido continuar sus acciones contra el transporte marítimo asociado con Israel a menos que la ayuda humanitaria y médica comience a llegar a Gaza: su misión es, como ve, , una misión de misericordia, ¡así que no te atrevas a llamarlos terroristas!

Tampoco servirá de nada bombardear Yemen desde barcos de la Armada estadounidense que ahora navegan sin rumbo a través del Golfo de Adén o el Mar Rojo: los hutíes han sido bombardeados por los sauditas durante años y ya están completamente insensibles a ese trato. Y si Estados Unidos llevara a cabo una invasión terrestre de Yemen... bueno, es difícil pensar en un lugar en la Tierra más adecuado para humillar a los invasores estadounidenses; mucho mejor incluso que las montañas de Afganistán.

Tenga en cuenta que el envío ruso a través de Suez no está restringido de ninguna manera. Quizás los rusos naveguen ahora con transpondedores especiales suministrados por Irán , parte de un sistema de identificación de amigos o enemigos que Irán también ha proporcionado a los hutíes. Por otro lado, el tráfico en el puerto israelí de Ashdod, que es el sustento de Israel, ha caído un 80% y la relación comercial de Israel con su principal socio comercial, China, está seriamente en desacuerdo. Lo único que queda es que Hezbollah en el Líbano lance algunos ataques con cohetes contra el aeropuerto internacional Ben Gurion, destruyendo sus tanques de combustible y su torre de control, e Israel se encontraría físicamente aislado: un bloqueo virtual.

¿Cuánto tiempo pasará después de esto hasta que los judíos de Israel abandonen el proyecto israelí y se vayan en busca de pastos más verdes, como lo han hecho en circunstancias similares durante miles de años? Al ver la desaparición de su Mini-Me israelí, los funcionarios estadounidenses, por supuesto, estarían inconsolables durante unos buenos 15 minutos, pero como lo demuestra la evidencia, no hay nadie en el mundo a quien Estados Unidos no estaría dispuesto a traicionar cuando las condiciones lo requieran. justificado: ni Ucrania ni Israel. Nunca es personal, es estrictamente comercial.

Tenga en cuenta que el Canal de Suez no es el único cuello de botella que está fallando o en riesgo de fallar en este momento: el tráfico a través del Canal de Panamá también está restringido debido a la falta de lluvia, lo que provoca una escasez de agua en el lago Gatún para llenar las esclusas. , lo que obligó a los barcos a rodear el Cabo de Hornos. También está el Estrecho de Ormuz, dominado por fuerzas iraníes, lo que hace improbable una acción militar contra Irán. ¿Existen alternativas a estas rutas marítimas? Sí, existe la Ruta Rusa del Mar del Norte, mucho más corta y perfectamente bien defendida. Pero el paso a través de él requiere una escolta rompehielos, que sólo Rusia es capaz de proporcionar.

Control político, financiero, militar y logístico... Cada uno de estos mecanismos de control imperial no es simplemente de rigor: una cuestión de moda imperial. Cada uno de ellos es estrictamente necesario para mantener en funcionamiento el mecanismo imperial anglosajón: sin control político, control financiero, bases militares y rutas marítimas, el organismo imperial se encuentra rápidamente en gran peligro, como quien sufre un pinchazo en el cráneo, una ruptura en la médula espinal, una arteria cortada o una punción en el tracto intestinal. Sin embargo, si todos estos traumas ocurren al mismo tiempo, probablemente no será útil llevar a este paciente a la UCI y, a pesar de sus quejumbrosas y patéticas protestas, su destino apropiado será la morgue.

Como sugiere el análisis anterior, ahora, a finales de diciembre de 2023, todos estos mecanismos de control imperial anglosajón están fallando. ¿Qué pasará con las sociedades imperiales anglosajonas después de su fracaso? Si la historia sirve de guía, puede ser, en cierto modo, una repetición de lo que ocurrió en Gran Bretaña después de la caída del Imperio Romano Occidental: un colapso total hasta un nivel de subsistencia cada vez más primitivo y un eventual reemplazo de la población.

* Gracias a Dmitri Orlov.y a la colaboración de federico Aguilera Klink. Publicado originalmente en la página del autor en BOOSTY y en SAKER LATINOAMÉRICA

https://boosty.to/cluborlov

https://sakerlatam.org/um-prognostico-ruim-para-o-colonialismo-anglo-saxao/