Mónica García, la  ministra de Sanidad y sus cólicos esquizobervorreicos: Das un carguillo y te diré quien es Juanillo - por Maribel Santana, activista, historiadora

Hace algunos días la ministra de Sanidad Mónica García ha declarado a la cadena SER, aparte de otros medios, que la sanidad privada no esté  preocupada, pues “siempre ha tenido mucho respeto por ésta”. Además dice que “ha tenido buena relación con todos los operadores de la sanidad privada, no teniendo nada contra ellos”. Estos operadores de la privada le ha comentado y se han sincerado, lo cual es importante para ella que “Para que ellos funcionen bien también tienen que estar bien la pública”.

La Ministra, al estilo más saltimbanqui sanitario, reconoce que los pacientes que se operan por la sanidad privada, esperan 93 días menos que la pública, incitando a los dudosos para que apuesten por esta diligente sanidad privada, que es una maravilla de rápida y segura.

Igualmente dentro de su cólicoesquizobervorreicos dice que, “los conciertos no le parece bien porque el  dinero de la sanidad pública, se lo llevan los conciertos de las empresas privadas que no están en suelo español y el procedimiento es más costoso, pero que se podría mejorar colaborando honestamente para que no sea parasitaria la situación.” 

Por otro lado alega que “el servicio sanitario, preste quien lo preste, debería de ser un derecho al igual que la enseñanza”. Y sigue balbuceando con boca de chancla soltando cuasi espuma por la bocaza, abducida por el poder de a quien está defendiendo que por el colapso de la pública  haya que derivar a la privada a los pacientes, por tanto hay que saber tener habilidad para conectar e interrelacionar ésta situación. ¡Menos mal Dios del Santo amor que existe la privada!

Por otro lado, sigue sacando mas espuma por la boca, diciendo que los que “estigmatizan la privada son sectarios”, en una crítica y señalamiento a Podemos sobre todas las cosas y a los que osaran verlo de otra forma, opinando que la pública solo es la verdad y lo que realmente debería  ser como servicio para las necesidades de  la sociedad.

Nos cuestionamos que ahora diga esto una señora que ha estado durante la pandemia hasta nuestros días, expresando la necesidad de la sanidad pública cien por ciento, una señora, que en la Asamblea de Madrid de una forma agresiva contra la señora Isabel Ayuso presidenta de la Comunidad de Madrid, que la ha sacado de todos los quicios, con insultos, descalificaciones (no es porque no se las merezca, claro) acosos, culpándola cada cinco minutos de las muertes de los ancianos en las residencias, porque la fascista Ayuso era la primera y heredera de Aguirre de las privatizaciones en sanidad, por las negligencias y su interés en no gastar recursos, para transferir a los ancianos a los hospitales y dejar que se muriera… ( lo que es verdad).

Los comentarios de la gente de izquierda incluso, era que ésta tenía envidia personal a Isabel Ayuso por cómo desarrollaba la agresividad hacia la fascistona, porque a veces apuntaba hasta a aspectos personales, que podía habérselos ahorrado.

Una  persona en fin, que se caracterizó por el enamoramiento por parte  de las personas desesperadas por todo lo que estaba sucediendo, que apostaban y creían   en ella, pues acabó virando con la proa pa'l marisco.

Silencio del  por qué la sanidad pública no funciona:

 No es que la ministra lo ignore a estas alturas y con la experiencia que tienen en este ámbito, es que no le interesa explicar que la Sanidad la han dejado pudrir aposta para que los amigos del los gobiernos de turno  y las empresas capitalistas hagan su agosto. Porque esta ministra, al igual que las otras, trabajan para los ricos y está metida hasta la cejas en el sistema donde remienda y albea los problemones con una pinceladita para ir tirando, porque comprometerse mas hondamente le puede costar la poltrona que tanto ambicionan, que como enfermas  están  apegadas a la política de salón, en el gallinero de esa institución llamada parlamento donde no se soluciona nada, sino el entretenimiento del teatro del absurdo.

El buen rollito:

 El buen rollito que expresa la ministra con los operadores de la privada y la necesidad que expresa sobre las empresas sanitarias privadas y de concierto. que es igual, no dice sino lo que se refleja en la práctica.  No va a desarrollar nada más que lo mismo  hasta ahora. Al igual que la vicepresidenta segunda de los regímenes de las Españas, que dejo casi intacta la reforma laboral de PP, en vez de darle un hachazo para el beneficio de los trabajadores, lo que hizo fue mantenerla, con alguna pijadita para disimular. Los PPVOX aplaudieron la reforma de Yoly sonrisas, que viene echando pulsos de mentirijitas con los Garamendis, que es el que decide la cuantía de lo que se le sube a la clase trabajadora.

La sanidad privatizada convierte la salud en mera mercancía, aumentando el lucro de los buitres con los trabajadores del sector en este caso cada vez más precarizados. Con unas listas de espera interminables. La igualdad entre las clases que tanto cacarean estos vende obreros, brilla por su ausencia. No se trata de una empresa como por ejemplo Inditex, o cualquier otra de ventas y compras de mercancías, se trata de un derecho humano, que con dinero y gestión  pública recoja todas las necesidades de los trabajadores y masas populares, que para eso son los que trabajan carajo.

Esta caradura de la ministra cobraba los pluses eléctricos para familias de más de 3 hijos y salarios bajos.  Denunció a un cargo del PP por lo mismo que hacia ella y éste la persiguió y le hizo lo mismo. Denunciarla por estafa. Solo denuncian a los opositores  cuando hacen las guarradas pero ellos no se ven y no habla del asunto que fueron los que largaron la Ley 15/97 con el apoyo de CCOO y del PP, los que agilizaron   las privatizaciones. PSOE (con sus apéndices de la pseudoizquierda)  Y PP las dos patas del banco  que necesitan el régimen monárquico- franquista y el IBEX 35. 

En mano está de los sindicatos de clase y movimientos sociales para enmendar este despropósito, porque  en manos de este gobierno que sirve a los  capitalistas nada bueno sacaremos.

Rememorando a Bertolt Brecht:  “El que desconoce la verdad es un ignorante, pero el que la conoce y la desmiente es un criminal”

* Gracias a Maribel Santana