A Óscar Izquierdo y otros esbirros habituales

Daniel Duque

Miembro de Salvar La Tejita.

Óscar Izquierdo vuelve a la carga vomitando su odio crónico contra todo el que no piense, por ejemplo, que a Tenerife le faltan campos de golf, hoteles en todos los municipios de la isla, más carreteras, trenes, puertos, aeropuertos y circuitos de Fórmula 1. Es su modus operandi habitual. Suele empezar sus artículos (bueno, el señor que le escribe los artículos) diciendo que Tenerife está paralizado y que Gran Canaria no. La culpa, además, siempre la tienen los trabajadores y los ciudadanos, que somos una manada de ignorantes. Que si los funcionarios, que si el teletrabajo, que si la burocracia, que si el exceso de derechos laborales de los que disfrutan los trabajadores... Por supuesto él nunca aporta soluciones, entre otras cosas porque no las busca. Su objetivo único es que se sigan haciendo obras de todo tipo y cuanto más faraónicas mejor, tengan el resultado que tengan, contaminen lo que contaminen o destrocen lo que destrocen. El Puerto de Granadilla y sus 49 trabajadores en su día, por poner un ejemplo, le parecían, a él y a su condenado mentor (Antonio Plasencia) una maravilla de proyecto que daría 20.000 puestos de trabajo y que nos iba a situar en el mapa de Europa, y donde único nos situó fue en el mapa de la corrupción, pues esa obra está ligada a una ramificación del caso Lezo, con políticos imputados por aquello de cobrar el famoso “3%”.

Después de echar la culpa a los trabajadores y a las normas y leyes por las que se rigen las Administraciones, a las que culpa de que Tenerife no tenga más obras por todos lados, “Ladrillo Man” suele dedicar siempre su mundialmente conocido sentido del humor y su perspicaz sarcasmo a intentar desprestigiar a los que defendemos el Medio Ambiente e interponemos denuncias y protestamos contra las obras que se hacen de manera ILEGAL O IRREGULAR. En lugar de avisar a sus colegas empresarios y políticos para que antes de empezar una obra hagan su trabajo y se aseguren de que se cumple con todos los requisitos y permisos necesarios, ignora la falta de rigor de sus amiguetes empresarios y políticos al empezar los proyectos y empieza con su show: que si comunistas, ecosocialistas, noístas, perroflautas, antitodo y demás chorradas dignas de los tiempos que vivimos, en los que en lugar de publicar datos para defender posturas y convencer a sus lectores muestra sus complejos y carencias, que no son pocas, insultando a colectivos intentando (nunca consiguiendo) ser gracioso. Y así lleva tres décadas en FEPECO, aunque hasta hace unos años siempre estuvo a la sombra de su Jefe el condenado por corrupción. Tres décadas en las que nuestra economía no ha ido a mejor, a pesar de ese desarrollo faraónico vivido en el sur de la isla que ha arrasado con todo y que ha visto paulatinamente cómo el monocultivo del Turismo se ha ido convirtiendo en una industria en la que interesa únicamente la cantidad y nada la calidad. Esos vídeos de los vuelos a Tenerife desde Inglaterra con hooligans orinando, escupiéndose o pegándose patadas en el avión son ya un clásico que vemos semana sí, semana también, siempre compaginado con otros vídeos cada vez más periódicos en los que vemos cómo se cometen en nuestra isla delitos medioambientales en parajes naturales protegidos sin que nadie ponga remedio. Por supuesto, hay dinero para hacer 10 autopistas más, pero no hay dinero para contratar agentes forestales que vigilen nuestros espacios naturales. Eso sí, somos nosotros los del “no a todo”. Curioso.

“Ladrillo Man” no es más que una pieza del ajedrez patético al que juegan nuestros poderes político empresariales, que siendo absolutamente incapaces de realizar proyectos urbanísticos sin saltarse las leyes ponen a jugar también a varios peones en forma de periodistas con su labor mamporrera habitual, para seguir insultando y faltando al respeto a todo el que, CON SU OPINIÓN LIBRE, se queja de los atropellos y delitos medioambientales que cada día se cometen en nuestras islas con mayor frecuencia. No les pidas datos concretos o análisis objetivos sociales o económicos. Esos periodistas sólo escriben o hablan para intentar poner a la opinión pública contra los que opinamos y actuamos ante los atentados medioambientales. Contra los que hacemos lo que hacemos porque queremos que nuestros hijos y nietos puedan bañarse en una playa y disfrutar de los pocos espacios naturales que quedan sanos a día de hoy en estas islas. Contra los que tenemos la libertad para quejarnos y para actuar, y ahí radica la envidia de elementos como “ladrillo man” y los “periodistas peones”: ellos no son libres. Ellos dicen y hacen lo que sus pagadores les ordenan. Y eso con la edad, entiendo que duele. Por mucho que les paguen por intentar ridiculizar a los que defendemos el Medio Ambiente, siempre seremos perroflautas, comunistas o alienígenas, pero somos libres y con opinión propia. Ellos no pueden decir lo mismo.