Otra vez con el papa

Rafael Álvarez Gil

TELDE ACTUALIDAD

Santiago Carrillo tenía claro que tenía que atraer a los cristianos de base, aquellos influidos en por el Concilio Vaticano II, para su labor de oposición a la dictadura y el proceso democratizador (rupturista o en modelo Transición) que se barruntaba. De esa confluencia entre cristianismo y marxismo, inspirada y teorizada por la teología de la liberación, bebió el PCE en la conformación de su militancia y cuadros como partido, ‘el partido’ (por ser el único) en su lucha real contra la dictadura. Era el mejor organizado, el más capaz. Aunque el dictador muriese en la cama.

Yolanda Díaz ha tenido su segundo encuentro con el papa Francisco. Que, desde luego, está más cercano a Juan XXIII y Pablo VI que a Juan Pablo II, lo que propicia la empatía del diálogo, tal como le ocurrió a Carrillo entonces, aunque no alcanzara estos hitos de la gallega en Roma. Lo que hayan abordado en la conversación ya es lo de menos; no siempre trasciende su totalidad. Lo que toca es subrayar el contexto mundial en el que afloran las inquietudes compartidas: crisis de la democracia representativa y cambio climático. Dos frentes, que puede que vayan de la mano, que debemos arrostrar en los próximos años. Y llegamos tarde.

El papa Francisco debe realzar la denuncia contra el capitalismo, un sistema productivo (ya globalizado) en el que la dignidad de la mujer y el hombre están supeditados al dinero, al beneficio sea como sea, a la cosificación de los demás y al enaltecimiento del egoísmo. Materialismo por doquier donde el mensaje del Evangelio queda deslucido, instrumentalizado en el mejor de los casos por la teatralización e impostura de la competitividad torticera inmersa en la sociedad de consumo.

La liberación de las personas, la conquista de su propia libertad, así como la del prójimo, requiere de una reivindicación titánica de los derechos propios y sociales. La jungla del mercado finiquita al individuo, lo torna en un mero mecanismo de tragaperras que sea presa fácil del endeudamiento. La solidaridad es la máxima expresión de la vindicación de la persona como creación divina.

En Canarias estamos a la espera de que el papa Francisco acepte y concrete la visita. Es un clamor. El drama migratorio, episodios como el vivido en el muelle de Arguineguín o la presión hoy en El Hierro mientras se mezcla la burocracia y lentitud política, merecen el eco del mensaje papal. Yolanda Díaz tiene como prioridad mejorar los derechos de la clase trabajadora. La misma que impulsó las mejores intenciones del cristianismo de base en la España del tardofranquismo y la Transición.

* Gracias a Rafael Álvarez Gil y TELDE ACTUALIDAD y a la colaboración de Antonio Aguado

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