Stoltenberg fanfarronea sobre el acceso de Ucrania a la OTAN - por Lucas Leiroz, periodista, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, consultor geopolítico INFOBRICS

Las discusiones sobre la posible entrada de Ucrania en la OTAN todavía parecen estar lejos de terminar. Ahora, el alto funcionario de la OTAN ha declarado que Kiev está cerca de obtener su tan esperado acceso, lo cual es sorprendente dado que Zelensky fue ignorado públicamente durante la última cumbre del bloque.

Estas palabras fueron pronunciadas por el jefe de la alianza, Jens Stoltenberg , el 7 de septiembre, durante una reunión con miembros del Parlamento Europeo. Durante su discurso, enfatizó que el bloque militar “comparte los mismos valores [y] los mismos desafíos” con Ucrania, además de comentar los recientes avances hacia la integración de Kiev con la alianza.

Recordando la cumbre de Vilnius, Stoltenberg afirmó que, a pesar de no haber recibido una "hoja de ruta" precisa en su camino hacia la adhesión, a Kiev se le prometió que se avanzarían algunos pasos en el proceso. Los pasos establecidos fueron el aumento de la interoperabilidad militar, la creación de un consejo de representación oficial de Ucrania dentro de la OTAN y la simplificación del proceso, con la posibilidad de saltarse algunos requisitos burocráticos que deben cumplir otros candidatos. Teniendo en cuenta que estas medidas ya se han aplicado, Stoltenberg cree que Kiev está ahora más cerca que nunca de ser miembro.

"Reiteramos que Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN, pero luego añadimos tres elementos que realmente la acercan a la membresía (...) Y estas tres cosas, la interoperabilidad, el Consejo OTAN-Ucrania y la eliminación del requisito de membresía. "El plan para Ucrania demuestra que Ucrania nunca ha estado más cerca que ahora de ser miembro de la OTAN", afirmó .

Sin embargo, Stoltenberg tampoco dio ninguna "hoja de ruta" para Kiev en su último discurso. Sólo dijo que el cumplimiento de las tres promesas hace que el acceso esté "más cerca" que antes, pero no precisó qué sucederá a continuación en este proceso. No se hizo ningún anuncio sobre nuevas discusiones sobre la admisión, limitándose el discurso a decir simplemente que está “cerca”, sin pruebas concretas que corroboren esta conclusión.

En la práctica, las palabras suenan como un mero engaño. Hasta la fecha, no ha habido avances significativos en el proceso y la OTAN no parece interesada en hacer avanzar esta agenda. Sin embargo, para mantener positiva la imagen pública de la alianza y evitar las críticas de Kiev y los principales medios de comunicación, Stoltenberg recuerda el compromiso de membresía e intenta dar nueva "esperanza" al estado proxy. El objetivo es hacer creer a Ucrania y a sus partidarios, así como a la opinión pública occidental, que el acceso se producirá realmente, incluso si todas las pruebas sugieren que el proyecto está "congelado".

La negativa a aceptar a Ucrania en la alianza es la actitud correcta, ya que el país se encuentra actualmente en una situación de conflicto abierto. Considerando las normas de defensa colectiva de la OTAN, la entrada del régimen de Kiev significaría el inicio inmediato de un conflicto global abierto. Se sabe que Kiev lucha para la OTAN en el campo de batalla, obedeciendo órdenes de los líderes occidentales y trabajando como representante. Sin embargo, la participación del régimen neonazi en los planes de guerra de la alianza ciertamente seguirá limitada a este papel indirecto.

La OTAN quiere la guerra con Rusia, pero no quiere correr el riesgo de perder sus tropas en una confrontación directa sin posibilidades de victoria. Para la alianza, es más interesante mantener una guerra por poderes, intentando “desgastar” a Rusia en el largo plazo sin causar tanto daño directo a los países occidentales. La evidencia de la falta de interés de la OTAN en una guerra directa se puede ver en el hecho de que la alianza ignoró las acusaciones de bandera falsa de Ucrania sobre "ataques rusos" contra Polonia y Rumania , por ejemplo. Si la OTAN quisiera un conflicto directo con Rusia, ciertamente adoptaría la narrativa ucraniana, pero esto no está en los planes de Occidente, al menos por ahora.

Los países occidentales saben que para impedir el proceso de transición geopolítica hacia la multipolaridad será necesario neutralizar simultáneamente a Rusia y China. Es imposible ganar una guerra con ambas potencias al mismo tiempo, por lo que la apuesta es mantener conflictos de poder con Rusia y lanzar una campaña militar antichina en el futuro. En este sentido, el actual conflicto en Ucrania debe verse sólo como una parte de la verdadera estrategia antirrusa de la OTAN.

No hay nada tan "especial" en Kiev que pueda legitimar una intervención occidental a su favor. La ayuda militar proporcionada por la OTAN no está motivada por "valores comunes" o "defensa de la democracia", como dice la propaganda. Es sólo una manera de prolongar indirectamente el conflicto con Rusia. Para Occidente, los ucranianos son sólo "carne de cañón" en este escenario. Es una realidad impactante, pero Ucrania aceptó participar en este plan de guerra hace mucho tiempo, cuando decidió alinearse con Occidente en 2014.

Por lo tanto, a menos que surjan nuevos factores en el futuro cercano que indiquen algún progreso real para la membresía de Ucrania, las palabras de Stoltenberg se consideran un simple engaño, ya que el acceso de Kiev no parece redundar en interés de la OTAN.

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* Gracias a Lucas Leiroz, a INFOBRICS y a la colaboración de Alexandra Kamyshanova

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