El desastre que hicieron en 2023 - por Patrick Lawrence CONSORTIUM NEWS

En el extranjero y en casa, la ideología gobernó a EE.UU.

 

Consideremos juntos el año pasado y lleguemos a algunas conclusiones sobre dónde nos deja al entrar en otro. Podemos comenzar con dos acontecimientos recientes que, a simple vista, no tienen nada que ver entre sí. 

El primero de ellos se refiere a lo que el régimen de Biden llama Operación Guardián de la Prosperidad. La semana pasada, el Pentágono describió esto como una coalición de unos 20 países que han acordado ayudar a Estados Unidos a proteger el tráfico comercial en el Mar Rojo de los ataques con aviones no tripulados montados por los rebeldes hutíes en Yemen, que (mira el mapa) ahoga la costa sur. el final de este paso marítimo clave. 

Bien, ahora volvamos nuestras mentes siempre ágiles a otro de los acontecimientos noticiosos de la semana pasada.

El pasado martes 19 de diciembre, la Corte Suprema de Colorado dictaminó que Donald Trump está descalificado para postularse a la presidencia en las primarias republicanas del estado cuando se celebre esta votación el próximo año. Fue una decisión de 4 a 3 en un tribunal cuyos siete miembros fueron nombrados todos por gobernadores demócratas. Citando la 14.ª Enmienda , los jueces determinaron que Trump era culpable de participar en una insurrección el 6 de enero de 2021, cuando los manifestantes protestaron por el resultado oficial de las elecciones de noviembre anterior y se dirigieron, para su aparente sorpresa, a las cámaras legislativas. del Congreso de Estados Unidos. 

Por muy distantes que puedan parecer estos acontecimientos entre sí, los leo como dos mitades de un todo. Si los consideramos de esta manera, nos dicen exactamente dónde estamos a medida que 2023 da paso a 2024. Al examinar los detalles, la historia que se cuenta es la de un declive imperial en el extranjero y una decadencia institucional en el país. 

Puede que no sea inmediatamente evidente que los dos están conectados, pero, en mi opinión, uno refleja al otro. El imperium se está derrumbando, el imperium se pudre desde dentro: esta es nuestra circunstancia, nada menos que en blanco y negro, a medida que lo que es verdaderamente un annus horribilis llega a su fin.

Gigante maderero

Tienes que considerar a Operation Prosperity Guardian como una criatura mal engendrada desde el principio. Si el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, hubiera querido hacer publicidad del narcisismo egoísta de los Estados Unidos del último período imperial y su absoluto desprecio por “el resto”, el Sur Global, los no occidentales o como quiera que uno quiera llamar a la mayoría global, no podría haber elegido un mejor nombre. 

Mapa topográfico del Mar Rojo. (Eric Gaba, Sting, Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0)

Por supuesto, las coaliciones han sido algo común en Washington durante décadas. Estados Unidos debe tener coaliciones para ocultar su conducta hegemónica. Incluso si normalmente no se trata tanto de “coaliciones de dispuestos” sino de coaliciones de coaccionados, Washington por lo general ha logrado reunir algún tipo de grupo variopinto. 

Parece que esta vez no. Al menos ocho de las naciones que Austin citó en su recuento de personal la semana pasada declinaron ser nombradas, dejando abierta la pregunta de si estos alistados realmente existen. Es imposible pasar por alto el movimiento de pies entre los nombrados. 

Estamos a favor de la libertad de navegación, dicen los franceses con valiente originalidad, y ya operamos en el Mar Rojo. También Francia figura entre los reclutas comprometidos de Austin.

Los italianos respondieron a la invitación de Austin diciendo que enviarán una fragata a la región para proteger a los armadores italianos que soliciten ayuda. Los españoles dijeron que participarán sólo en operaciones dirigidas por la OTAN o la Unión Europea: En otras palabras, no, gracias, secretario Austin. 

Etc. 

Como era de esperar, los Estados clientes como Bahrein y las naciones que forman parte de la anglosfera (Gran Bretaña y Canadá) son los únicos que se suman de manera inequívoca. Noruega y los Países Bajos dijeron que enviarían algunos oficiales navales a Manama, un respaldo rotundo si alguna vez lo hubo. 

Está la cuestión relacionada de qué se puede hacer realmente con la Operación Guardián de la Prosperidad. Hasta ahora, Estados Unidos no ha tomado represalias contra los hutíes, aparentemente por temor a que la crisis entre Israel y Gaza se convierta en una guerra regional. 

Hasta la fecha, los hutíes han llevado a cabo más de 100 ataques contra barcos que navegan por el Mar Rojo, según nos informan los informes de prensa. Están disparando drones que fabrican por 2.000 dólares cada uno. En respuesta, la Marina de los EE.UU. está tratando de derribarlos con misiles que cuestan entre 1 y 4 millones de dólares cada copia.  

Nada de esto pretende sugerir que la situación del Mar Rojo sea un gran giro en la rueda de la historia. No, se trata más bien de un cuadro ilustrativo en el que Estados Unidos aparece como el gigante pesado, agobiado por una tecnología costosa que no puede permitirse el lujo de utilizar y rodeado de mandarines de la corte que se cansan de la corte imperial.  

Lo que pasó en Denver

Sala de audiencias de la Corte Suprema de Colorado en el Centro Judicial Ralph L. Carr Colorado en Denver. (Jeffrey Beall, Wikimedia Commons, CC BY 3.0)

Rara vez leo y nunca pensé que citaría al diario republicano-estadounidense de Waterbury, Connecticut, que rivaliza con el líder sindical de New Hampshire por su descabellado conservadurismo. Pero encontré un ejemplar del Republican-American en un restaurante el día después de la decisión de la Corte Suprema de Colorado, y de hecho compré el periódico después de leer “Un verdadero asalto a la democracia”, su editorial principal. 

Esto es algo de lo que decía:

“Los estadounidenses deberían agradecer a la Corte Suprema de Colorado por exponer lo más claramente posible la concepción izquierdista moderna [sic] de la democracia. Para esta cohorte de estadounidenses, animados por la idea de que su oposición a Donald Trump les otorga una autoridad moral sin control, preservar el gobierno democrático significa garantizar, por cualquier medio necesario, que la gente vote de la manera correcta . En otras palabras, la democracia es tan sagrada que hay que protegerla de los votantes. El autoritarismo es tan peligroso que debe emplearse de manera proactiva para detener a los autoritarios potenciales... 

En su opinión de 4 a 3, la mayoría dictaminó que el tribunal posee de alguna manera la autoridad para determinar, en ausencia de una condena penal, que el ex Sr. Trump [sic] cometió una insurrección y, por lo tanto, tiene prohibido postularse para presidente según la Constitución de los Estados Unidos….

No puedo mejorar el relato del republicano-estadounidense sobre lo que ocurrió en Denver la semana pasada. Trump no es condenado por nada, pero jueces vestidos con solemnes togas negras lo declaran culpable de un delito grave de todos modos. De hecho, es como lo dicen en Waterbury: los liberales, con licencia para violar la ley mientras la invocan, están destruyendo el poder judicial estadounidense. 

Y esto parece estar lejos de terminar. La secretaria de Estado de Maine, una tal Shenna Bellows, decidirá esta semana si su estado, siguiendo el ejemplo de Colorado, debería impedir que Trump se postule el próximo año. Te debe encantar que la prensa corporativa ya haya eliminado el hecho de que Trump no ha sido declarado culpable de ningún delito. 

Me alegró descubrir que los editorialistas del Republican-American utilizaban el término “autoritarismo liberal”, como lo hacen en otras partes del artículo. Pensé que esta frase se limitaba a comentaristas como su columnista y publicaciones como Consortium News .

Esto es importante, me parece. Cuando un diario provincial propiedad de la misma familia durante 113 años muestra una comprensión tan clara de la dinámica estadounidense como lo es en 2023, se deduce que más personas de las que uno podría imaginar tienen una idea perfectamente clara de lo que está impulsando la disolución y decadencia que ver todo a su alrededor.

Intromisión en Taiwán 

Mercado nocturno en Taipei. (Wikimedia Commons, dominio público) 

No puedo imaginar lo que se dicen a sí mismos los encargados de seguridad nacional del presidente Joe Biden mientras revisan el estado de la política exterior de Estados Unidos, tan espantoso desastre han hecho con ella. Las relaciones con China al inicio de 2023 fueron las peores en décadas, pero al menos podríamos hablar de relaciones. 

A mediados de año, cuando el régimen de Biden intensificó su intromisión en el Estrecho de Taiwán, anunció embargos tecnológicos destinados a sabotear el desarrollo económico de China e insistió en que un globo meteorológico perdido era una nave de espionaje, no había relaciones de las que hablar. 

El secretario de Estado Antony Blinken y Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional, consideran ahora un logro lograr que los chinos simplemente hablen con ellos. Vaya trabajo, Tony. Vaya trabajo, Jakie. 

Guerra de poderes en Ucrania

Iglesia de San Miguel en Avdiivka, en la región de Donetsk, el 1 de abril de 2023, durante la batalla por la ciudad. (Policía Nacional de Ucrania, Wikimedia Commons, CC BY 4.0)

Después de haber invertido más de 100 mil millones de dólares en la guerra por poderes en Ucrania, las camarillas políticas ahora se acercan poco a poco a admitir que todo ese dinero se ha desperdiciado en la causa de una desventura fallida. Las relaciones con Moscú son realmente inexistentes ahora, aparte de las posibles canalizaciones fuera de la vista del público. Entonces, después de un año de errores tontos y juicios erróneos en ambos océanos, Estados Unidos no tiene relaciones productivas con las dos principales potencias no occidentales.

La narrativa que está surgiendo ahora en Washington (leí esto en The New York Times el otro día) es que, sí, el apoyo abierto de Washington al genocidio en Gaza lo ha dejado drásticamente aislado, pero que el mundo está con Estados Unidos en el caso de Ucrania. Qué absurdo. La gran mayoría de la humanidad, medida por población o por número de naciones, se opone a Estados Unidos por provocar y respaldar la guerra por poderes en Ucrania, así como por su apoyo a la barbarie de Israel.

El marco tan publicitado que define las políticas exteriores de Biden (no lo llamaré un principio porque simplemente se presenta como tal) es que el mundo está dividido entre democracias y autocracias y que es deber de Estados Unidos liderar a las primeras contra las segundas. Ya no escuchamos mucho sobre este binario porque también resultó un fracaso en 2023. Tony y Jake parecen encontrar el tema demasiado embarazoso para mencionarlo en este momento, especialmente teniendo en cuenta que Estados Unidos es cada vez más autocrático. 

Pensamiento excluyente 

Pero deberíamos considerar las implicaciones de esta forma tan simplista de dividir a la humanidad. Qué nos dice esto?

Para mí, arroja luz sobre hasta qué punto la ideología (me refiero a la ideología liberal) es la única fuente de pensamiento entre las camarillas políticas de Washington. Y acabo de escribir incorrectamente: El propósito central de la ideología es excluir toda necesidad de pensar de cualquier tipo.  

La ideología lo determina todo. Ésta es la realidad que nos deja el año que pasa: la nuestra es una época regida por ideólogos irreflexivos. Hemos visto en estos últimos 12 meses que no hay ninguna referencia a la ley o –como lo revela demasiado crudamente la abominación entre Israel y Gaza– cualquier noción de humanidad o decencia común. 

Y ocurre lo mismo en casa que en el extranjero. Podemos considerarlo de esta manera: cuando Estados Unidos y sus aliados envían al régimen de Kiev bombas de racimo y uranio empobrecido en defensa de la “libertad” y la “democracia”, es el análogo en política exterior de la Corte Suprema de Colorado violando la ley en nombre de de la ley, tal como lo hizo  el republicano-estadounidense de Waterbury la semana pasada.

La torre del reloj de Waterbury Union Station está en Waterbury, Connecticut, 2022. (TRexEditorNJ, Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0)

Con este fallo, ¿se puede seguir negando que el régimen de Biden y el resto de la élite demócrata han hecho un uso derrochador del poder judicial el año pasado para mantener a Donald Trump fuera de las elecciones de 2024? ¿Se sigue discutiendo que los casos contra Trump son pura política y no tienen nada que ver con la ley?

En consonancia con esto, una de las peores características del año en el ámbito interno ha sido la corrupción del Departamento de Justicia y de la Oficina Federal de Investigaciones para proteger a Biden de ser acusado por su muy evidente, aunque aún no probada, participación en la influencia de su hijo. -Esquemas de venta ambulante con clientes extranjeros. 

Como he argumentado varias veces en este espacio y en otros lugares, cuando el poder judicial cae en la corrupción una nación se encamina hacia el estatus de Estado fallido.   

La censura progresiva se transformó en un régimen de censura en el transcurso de 2023. En otoño, los Archivos de Twitter revelaron hasta qué punto la maquinaria liberal ha colaborado con Silicon Valley, sistemáticamente y durante muchos años, para reprimir la disidencia en nombre de la “claridad moral”. "

Precisamente el 4 de julio, un tribunal de distrito de Luisiana prohibió a la Casa Blanca y a una larga lista de otras agencias federales todo contacto con empresas de redes sociales si la intención es intimidar o coaccionar de otro modo a Twitter, Google, Facebook y otras plataformas similares. a eliminar, suprimir o de alguna manera oscurecer contenido protegido como libertad de expresión, parafraseando un pasaje clave del fallo. 

Ideología y arrogancia  

Lo creas o no, el régimen de Biden está luchando contra el fallo de Luisiana sin la menor vergüenza o bochorno. Esta es la ideología en acción. Y en mi lectura, los años de ataques a la libertad de expresión demuestran ahora el abono del que brota la supresión desenfrenada de los derechos de quienes están a favor de la causa palestina. 

La ideología y la arrogancia, primos no muy lejanos entre sí, han sido características evidentes de la política exterior estadounidense durante muchos años. Este año nos avisó de que ahora gobiernan sin desafío. Una élite asustada y carente de toda visión no puede encontrar la salida a los líos que ha causado ni retirarse para dar voz a quienes tienen perspectivas dinámicas ni restaurar la superioridad moral que ha desperdiciado, como pudo haber sido esto último.  

Y como es en el extranjero, así es en casa. Como he escuchado últimamente en varias mesas durante la cena, es muy probable que las elecciones de 2024 resulten un caos. ¿Pueden ser de otra manera, dado que el estado de derecho puede tener tan poco que ver con la forma en que se llevan a cabo?      

"A lo que sigo volviendo es a la idea de que ninguno de nosotros fue criado o preparado para vivir en un mundo loco", escribió recientemente un lector en un hilo de comentarios. Qué cierto parece esto a finales de 2023. Pero los que estamos vivos ahora no somos los primeros en vivir en una condición de locura. Y otros –a veces, de vez en cuando– han encontrado el camino para superarlo. 

Patrick Lawrence, corresponsal en el extranjero durante muchos años, principalmente del  International Herald Tribune , es columnista, ensayista, conferencista y autor, más recientemente de Journalists and Their Shadows , disponible en Clarity Press o a través de Amazon .   Otros libros incluyen Ya no hay tiempo: estadounidenses después del siglo estadounidense . Su cuenta de Twitter, @thefloutist, ha sido censurada permanentemente. 

* Gracias a Patrick Lawrence y CONSORTIUM NEWS y a la colaboración de Federico Aguilera Klink

https://consortiumnews.com/2023/12/27/patrick-lawrence-the-mess-they-made-of-2023/