Los casos “puntuales” de corrupción que siguen aflorando en el PP a nivel estatal están eclipsando “lo nuestro”, como decía aquél eslogan electoral de Coalición Canaria, aunque el ruido mediático en torno a la “Ley del Suelo” de Clavijo, el del “Caso Corredor”, va en aumento conforme los trámites la van acercando a la recta final.
Álvaro Santana Acuña, lagunero militante, sociólogo e historiador, investigador es actualmente profesor asistente de Whitman College, en Walla Walla, Washington, en "Trumplandia", como dice él mismo. Uno más de esa legión de profesionales que van dejando muy alto el nombre Canarias por esos mundos. Álvaro no deja de estar pendiente de las cosas de su Laguna y de Canarias, pero también dedica su atención a otras parcelas de la historia y de la cultura. Ahora nos anuncia un libro "Ascent to Glory: The Transformation of One Hundred Years of Solitude into a Global Classic", en el que golisnea en ciertos artículos previos a la publicación por García Márquez de su isigne "Cien años de soledad". Varios artículos publicados en la prensa española y USA dan fe de ello.
A Fernando no le mató una bala del 7,62 ni el garrote vil. A Fernando le mató la codicia de los bancos, la santa madre iglesia que protege el alma de los fetos pero los abandona una vez nacidos. Le mató el Artículo 135. Le mató nuestra pasividad cuando les dejamos rescatar con nuestro dinero a los bancos de su avaricia y no a los españoles de su miseria. Le mató la hipocresía de una sociedad que mira sin querer ver lo que está sucediendo. Le matamos entre todos.
Al tiempo que perpetraba la Ley del Suelo con la ayuda de sus secuaces del P$OE, Fernando Clavijo, con su antifaz de bionacionalista ha venido preparando un nuevo atraco a Canarias, como no, en favor de los empresarios patrocinadores de nuestra democracia y también de nuestra anterior dictadura.
¿Alguien es capaz de pensar que la lectura de Marx pueda inducir a un rico empresario a votar a Podemos o IU?
Desde su exilio en Trumpolandia, (mallimpiaditos profesionaes canarios, por esos mares pa'fuera) Álvaro Santa Acuña se mantiene siempre pendiente de las cosas de Canarias y en vilo, por los destrozos de nuestro patrimonio. Aquí señala y comenta la información aparecida en LA OPINIÓN. Un estropicio más perpetrado, en nombre del supuesto desarrollo y de la inversión, que se queda en nada. Eso sí, después de que se hayan producido los correspondientes beneficios. Ahí queda la fachada del edificio histórico, tras haber pulverizado su contenido arquitectónico, en un sublime símbolo de lo que es el gobierno de la coalición empresaria, Pura fachada externa, desborrifamiento en el interior.
Rinnng... rinnng...
