"Cuenta Pepe Monagas en un monólogo que su conocido Mastro Manué el Garepa tuvo unos malejones en la boca lestógamo, fue un tiempo después del casorio con Candelarita la Fina. Y estaba nuestro hombre tan jeringao que iba patrás sin que los médicos supieran de qué se trataba. La vecina le dio el remedio a sus males: una ginebra asustá en ayunas y un champurrio de ron y vermú al atardecer. Y como empezó a irle bien, Mastro Manué se fue acostumbrando a la ginebra, al ron y al vermú y llegaba a su casa cantando aquello de “Esta noche no alumbra / la farola del mar”."
Rajoy le debe decir a su ministro de Exteriores la célebre frase cantinflera, porque las dos recientes intervenciones públicas del ¿diplomático? has sido antológicas: "es incalculable el dinero que pierde por no ejercer como registrador, el presidente" y "comparecerá cuando considere oportuno"