La casa de mi tía
Hasta la cabezonería insigne de Rubalcaba ha tenido que aceptar lo evidente: la dirección del partido antaño socialista y obrero está llevando a la histórica organización al desastre. Rubalcaba hace mutis, de una vez. Pero presionado por los poderes financieros, no está dispuesto a que la chusma de la militancia coloque a gente de verdad de izquierdas en la cabeza del partido. El aparato no permitirá nunca que se expresen las bases. Por eso Rubalcaba no acepta adelantar las primarias, como lo reclaman tanta gente, y organiza un Congreso Extraordinario que, mucho cuidado con esto, "continúe con el camino que iniciamos en Sevilla" Bien dice Manuel Sánchez en EL DIARIO: "Rubalcaba y Susana Díaz responden al fracaso en las europeas dinamitando las primarias"