lacasademitia.opennemas.com
Magnífico artículo, claro, riguroso, constructivo y contundente, dice con tino el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado cuando recomienda el texto de Raquel Ejerique en EL DIARIO. El asunto es de vital trascendencia en este momento de agrios enfrentamientos territoriales en el estado español. Tanto yo, Chema Tante, independentista irreductible, como Aguado, que no lo es ni de lejos y no por eso es menos canario, coincidimos con Ejerique en que solamente con el diálogo se arregla este problema. Pero, tanto en el lado del nacionalismo español como por el del catalán, hay partes que rechazan este diálogo y acusan de traidor o 'botifler' a quien ose proponerlo. Yo, aunque reconozco mi parcialidad, creo que esta beligerancia, en la orilla catalana, obedece a la intransigencia hostil del centralismo. Pero ni ello ni nada justifica a nadie negarse a buscar soluciones negociadas. Porque es la única manera de conjurar la catástrofe. Ahora bien, si el centralismo imperial español sigue negándose -parapetado en una Constitución obsoleta y encima, mal interpretada- a ese ¿Hablamos? que tanto estamos pidiendo, estará provocando, si no legitimando, las protestas masivas ciudadanas que se están produciendo y que no pararán, por muchas patadas y porrazos que se propinen.