Las campanas resuenan a glorias y acción de gracias en el PP canario. Al fin, dicen, el novísimo presidente regional, señor Antona, es bendecido por los dioses: consecuentemente, la estima de los mandos aumenta. Pues, sin discusión, la estructura piramidal de poder en su partido es esencia pura y básica como lo fue en el PSOE del señor González, férreamente controlado por el señor Guerra, jefe de la guardia pretoriana en aquellos tiempos del absolutismo democrático y primeros tanteos para la monarquización tras pecaminosos coqueteos con Montesquieu.
Tal cómo habíamos anunciado, este viernes 17 de enero estuvimos algunos de la Plataforma por la Dignidad presentando escrito de denuncia a la Señora Consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, junto con algunos escritos ciudadanos que nos habían hecho llegar en estos días. La sorpresa fue encontrarnos a dos furgones de la Policía Nacional y media docena de agentes pendientes de nosotros para identificarnos en cuanto llegáramos (adjuntamos fotos), y no a cualquier persona al azar, sólo al portavoz de la Plataforma, directamente, como si fuera sospechoso de algo malo.
Amigos y enemigos socialistas, les mando este correo producto del cabreo ciudadano, relativo a Miguel Zerolo, con inclusión de varios enlaces en los que pueden leer la noticia en toda su extensión. Es terrible y esto no ha hecho sino empezar, el buen nombre de Tenerife otra vez por los suelos. Y les incluyo también mi último artículo que mandé a los medios de comunicación anoche y que está siendo ampliamente publicado, bajo el título Querida Patricia.