Empieza Jorge Stratós, en este lúcido texto que publica en TAMAIMOS, por describir el estado de perplejidad en que nos encontramos estos días quienes osamos ser independentistas, que resultamos reos de toda suerte de vilezas. Pero el siempre sensato cavilador va más allá y esboza un claro esquema de lo que es el independentismo ahora y de lo que debe ser el independentismo canario. Y yo, Chema Tante, reclamo el independentismo que Stratós caracteriza como nacionalista. Un independentismo que nazca de la inquietud social y de la vocación democrática. Porque, para que nos siga mandando una insalla como la del genuflexo Clavijo, no vale la pena la molestia.

Vicenç Navarro, en artículo que señala en PÚBLICO Antonio Aguado, hace un detallado relato de lo que ha sido la historia reciente del Procés, de sus consecuencias y de los errores que han hecho posibles tales efectos. En líneas generales, el profesor Navvaro insiste en su tesis de que las clases trabajadoras no simpatizan con el proyecto independentista y que esto supondrá, no solamente el fracaso del intento, sino que el Pp aprovechará para talar todos los derechos de Cataluña, anulando la autonomía. Puede ser que Navarro tenga razón pero yo, Chema Tante, creo que si el hostigamiento de Cataluña por parte del centralismo imperial español se mantiene, ello acrecentará la exasperación popular que apareció con la represión policial del uno de octubre. De manera que posiblemente, el Procés fracase a corto plazo, pero a medio, más pronto de lo que se supone, la República Catalana será un hecho. Porque la fuerza del levantamiento popular es muy difícil de allanar. Navarro dice, no sin razón, que hubiera sido preferible otra alternativa, la colaboración con las izquierdas del resto del estado para camniar este sistema oprobioso. Sin embargo, la desunión endémica de la izquierda confiere carácter de largo plazo a ese proyecto. Y está visto que el pueblo catalán está perdiendo la paciencia. 

El pasado lunes 15, en el Club de Prensa Canaria (hoy Club “La Provincia”), se celebró un acto de homenaje al MAESTRO –así, con mayúscula- FRANCISCO TARAJANO PÉREZ en su 93 cumpleaños. Juana y yo lo habíamos felicitado por teléfono y nos comentó la celebración, dirigida por su amigo y colaborador Luis Pulido y con la colaboración de los ayuntamientos de sus dos raíces, Agüimes e Ingenio –puro Guayadeque guanche- que ya ni se sabe las veces, como Santa Lucía, que han solicitado para Tarajano la concesión del “Premio Canarias”, de ese acto en su honor y la presentación de un nuevo libro suyo. Sin decirle nada decidimos darle la sorpresa de asistir y así lo hicimos. A decir verdad, y sabiendo lo que significa y ha significado la figura de Francisco Tarajano para nuestra cultura nacional y para la lucha de liberación de este pueblo, esperábamos llegar y encontrar el salón lleno de compañeros y luchadores por la independencia de Canarias, pero no fue así. Poetas recitando emotivamente sus versos sí que hubo y se lucieron, pero luchadores políticos y culturales comprometidos con la liberación eran, en realidad, una clamorosa ausencia.

Detrás del término “nacionalismo” se puede esconder un desmesurado orgullo patrio, con esa parte de xenofobia excluyente; o un afán imperialista patriótico que considera al resto por debajo de lo nacional. Pero hay otra interpretación del nacionalismo que se les escapa de las manos a los que argumentan que nacionalismo equivale a fascismo: el nacionalismo de izquierdas.

Vicenç Navarro, en articulo señalado por Francisco Morote, de ATTAC Canarias, en el blog personal del autor y en PUBLICO, focaliza la atención sobre la cuestión catalana en el eterno dilema del fin y los medios. Se refiere Navarro a un defecto muy frecuente en el independentismo, no solamente el catalán, sino en general: El considerar la independencia como un fin en si mismo y no como un medio de liberación social. Esto en Canarias se da también. De poco vale conseguir la independencia, para que luego sigan mandando tipejos de la cuerda del genuflexo C lavijo.,

Soledad Galllego-Díaz y Gullem Martínez le hacen en CTXT CONTEXTO Y ACCIÓN una magnífica entrevista a la alcaldesa de Barc elona, la intrépida Ada Colau. Una pareja brillante, para entrevistar a una brillante luchadora social, en un brillante medio. Colau ha conseguido unir la calidad de la gestión con la frescura de sus primeros tiempos, que no ha perdido. Y, como siempre, llama a las cosas por su nombre, sin preocuparse de si es o no "políticamente correcto". Esta densa y necesaria entrevista la señala Antonio Aguado, siempre atento a lo que pasa por ahí.

Fernando Batista comenta en FACEBOOK la información sobre el mensaje de Borbón en esta Nochebuena, en lo que respecta al derecho de los pueblos a decidir, desde la crónica que sirve EUROPA PRESS y difunde DIARIO DE AVISOS. Me parece que el comentario de Fernando, obligatoriamente de urgencia, sobre la declaración emitida por el monarca, representa lo que sentimos mucha, mucha gente, de los pueblos que gemimos en el estado de derecha español y por eso he creído necesario reproducirlo.

El punto de reflexión que propone Ivan Suomi en TAMAIMOS es realmente trascendente. Y urgente, porque entre los dos radicalismos extremos, se nos está diluyendo la identidad. Porque, ante los aullidos de independentistas viscerales y de españolistas fanáticos, la muchedumbre de personas que sí profesamos un nacionalismo no excluyente ni prepotente, que asumimos nuestra condición de pueblo mestizo, enriquecido por mil aportes de todos lados, esa muchedumbre, nos callamos. Y así nos va.

Como ha sucedido otras muchas veces el independentismo canario tropieza y se embarranca en la cuestión de participar o abstenerse en los procesos electorales. A mi juicio es una enfermedad infantil que no hemos logrado erradicar o que, tal vez, no hemos sabido enfocar debidamente. Partamos de hechos probados para establecer nuestro análisis.

Vicenç Navarro aporta un elemento esencial para entender el problema catalán, que también puede -salvadas sean las distancias- a Canarias. Y, asimismo, debería entenderlo gentes cortas de miras, como el Pp, o psociatas como Suana Díaz y hasta muhas personas independentistas, acá o allá. La cuestión es la diferencia entre los conceptos de soberanismo e independentismo. Y, por supuesto el derecho a decidir. Todo ello, en definitiva, en el marco de la  sensibilidad social.