David Bollero en PÚBLICO recuerda que la invasión rusa a Ucrania no es la única invasión que se está produciendo. Lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado mientras que yo, Chema Tante, digo de nuevo que las bombas y balas -vendidas por USA y la Unión Europea- de Marruecos, matan y generan también dolor en el pueblo saharaui. Lo mismo que las israelíes en Palestina, las saudíes en Yemen, las turcas en Afrin. Y lo mismo que las ucranianas, durante ocho años en el Donbas
Ayer, por 2011, el yerro de algunos iluminados progres de salón afectaría, lamentablemente, a millones de ciudadanos libios; población que fue objeto de la horrible y no deseada ayuda humanitaria, desplegada en pro de objetivos ajenos al de los titulares; la invasión y aniquilamiento del régimen legitimo libio conllevó parejo sufrimiento, muerte, violaciones, destrucción y, por supuesto, el asolamiento del mejor nivel de vida del que gozaban los ciudadanos libios, el mejor de la zona.
Owen Jones firma este artículo que, en traducción de Emma Reverter, publica EL DIARIO. Jones comenta y desarrolla el mensaje de una película acusadora y gratificante ¿Qué invadimos ahora? (Prepárense a ser liberados) [Where to invade next (Prepare to be liberated)] de Michel Moore, a cuya reseña y trailer les ofrezco enlaces por ahí abajo. La tesis de Moore y de Jones es la de que las reacciones autoritarias a las agresiones terroristas, por un lado y a las acciones ciudadanas, por el otro, solamente buscan la consolidación del sistema. Pero abundan los ejemplos de que las políticas tolerantes siguen siendo más constructivas. De Finlandia, a Italia, pasando por Noruega, Jones desgrana casos y casos que, aun siendo excepciones, demuestran que el sentido humanitario y democrático se mantienen como las productivas.. (Por cierto que, será casualidad, pero el estado español no figura en el catálogo). Lo importante y positivo de la película y del artículo es la exhortación a la gente que luchamos por la libertad a contemplar y expresar la parte positiva de nuestros objetivos. Otras alternativas son posibles (probables, diría yo). La recomendación viene de Antonio Aguado.
Oigan, o mejor dicho, lean, que lo que denuncian en CANARIAS SEMANAL, tiene miga. Los sindicalistas bancarios de CCOO se preocupan por la seguridad de los trabajadores y las trabajadoras, que puede afectarse por las acciones antidesahucios. Pero los desahucios, evidentemente, les tiene sin cuidado.