Arturo Borges Álamo recomienda este artículo y yo, Chema Tante, aprovecho para lanzar de nuevo mi grito desgarrado. Una de las más determinantes causas de que la derecha, el poder económico interviniendo en política nos esté comiendo por las patas, es que nos han ganado la batalla de la información. Yo acuso a muchas, muchísimas, personas de izquierda que se abonan y pagan por examinar los medios mercenarios, pero nunca apoyan a la prensa rebelde, a quienes nos fajamos por la libertad contra la opresión plutócrata y lo hacemos prácticamente sin medios, a pecho descubierto y con las manos desnudas
Francisco Morote, de Attac Canarias, apunta y le pone el antetítulo a estos textos de John Saxe-Fernández y editorial en LA JORNADA.Federico Aguilera Klink y yo, Chema tante, reiteramos nuestra alarma ante la alegría con que "Occidente" está avivando el conflicto, en una senda directa al desastre total y llamamos mucho la atención sobre ese detalle gravísio que apunta el editorialista mexicano, sobre la brutal responsabilidad que cabe a los medios de comunicación mercenarios que han desertado de la ética de la información para, materialmente,. engañar a la población.
Federico Aguilera Klink recomiendaeste artículo. Y yo, Chema Tante, proclamo de nuevo que lo dicho por Zuesse con respecto a la prensa comercial USA se aplicable a la de todo "Occidente", incluyendo, por supuesto, la del estado español. La prensa comercial, "venal" en la peor acepción del término, solamente difunde lo que le conviene al Imperio, es decir, a los plutócratas, es decir a la gente rica. Las y los periodistas alegan que la responsabilidad es de las empresas, y no les falta razóm, pero también se echa de menos una acción corporativa profesional para al menos denunciar, si no atajar el comportamiento prostituido de las editoras de medios.
Federico Aguilera Klink recomienda y comenta este artículo de Alexander Rubinstein, sobre la criminal trampa montada por Zelensky para provocar una implicación directa de OTAN en la guerra.que va perdiendo con Rusia. Y yo, Chema Tante, digo que llama mucho la atención que, cuando se ha conocido la verdad del asunto, los medios occidentales no hayan comentado con el mismo ardor que aplicaron cuando se dijo que el misil había sido lanzado por tropas rusas. Zelensky sabía desde el primer momento que la acción fue ucraniana. ¿No lo va a saber, si él fue quien dio la orden?
Federico Aguilera Klink recupera y recomienda este texto en dos partes de MINTPRESS NEWS, y dice: "Muestra cómo se manipula y ataca, con campañas deliberadas pero no explicitadas, a los colectivos sociales para romperlos e, incluso, promover a otros ámbitos a algunos de ello" . Y yo, Chema Tante, añado que lo que decía esta gente hace ya diez años, explica muy bien lo que ha pasado en ese tiempo y en lo que desembocado, con una opinión mayoritariamente confundida y el ataque furibundo contra quienes osamos defender la verdad y la libertad. Todos los análisis y estudios que intentan explicar por qué la gente, en "occidente" vota recurrentemente en contra de sus intereses confluyen en lo mismo: el poder intoxicador de los medios vendidos y el amordazamiento de los medios comprometidos. Y véase esa recomendación: "Separar al lider..."
Patrick Lawrence cavila en OBSERVATORIO DE LA CRISIS como "Occidente" se ha inventado una falsa realidad bélica en Ucrania, presentando como una derrota lo que es una contención. Lo señala Federico Aguilera Klin, que comenta: "Es interesante ver que los medios españoles "de izquierda", que se rasgan las vestiduras por lo de Ferreras, con razón, siguen manteniendo una narrativa de apoyo a la Ucrania nazi y a la criminalización de Rusia/Putin". Y yo, Chema Tante, digo que la ceguera estúpida de gobiernos, élites y medios de comunicación en "Occidente" es evidente. Se han obligado a equiparar la guerra de Ucrania con la de Afganistán, para desarrollar la negación de que esta es la guerra de dos concepciones del mundo. La de la opresión y la del entendimiento. Yo, desde luego, me mantengo en la segunda.
Recomendado por Federico nAguilera Klink