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lunes, 29 de abril de 2024 10:59h.
suicidio
Sociedad

‘¿Suicidio o asesinato?’ - Enrique Bethencourt

Lo más doloroso de este artículo que aparece en LA TIRADERA es que su autor, Enrique Bethencourt, lo escri¡bió y lo había publicado hace dos años, pero su vigencia permanece dramáticamente, en estos tiempos.

Sociedad

Otro suicidio por desahucio. En Madrid, una mujer, por 900 euros

Mientras la alcaldesa de Madrid hacía su ridículo olímpico, mientras se estallaban el dinero con un viaje de lujo a Buenos Aires de un montón de gente, la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo, EMVS, perpetraba el acoso a una ciudadana de 45 años que no podía pagar 900 euros (si, no falta ningún cero) que debía de alquiler. Y, como consecuencia de tan astronómica deuda, no le prorrogaban el contrato de alquiler social y la lanzaban de su vivienda. Y la mujer, otra que se suma al desespero y la impotencia, se quitó la vida. Otro asesinato del ultraliberalismo. Una más que se suma a los otros casos, los que se conocen y los que no se conocen. Una muerte más que añadir a la larguísima lista de las víctimas de la agresión de los ricos contra los pobres. Y, mientras escribo esto, me congela el alma el convencimiento de que, allá arriba, en las esferas de la riqueza, no solamente no se conmueven por estas noticias, sino que se alegran.

Sociedad

Muere una mujer atropellada por el tranvía en Tenerife. Todo indica que fue suicidio

Lo veo en LA OPINIÓN, en la tarde de este miércoles. Pero escucho también en SAN BORONDÓN  al responsable de comunicción de METROPOLITANO, la empresa del tranvía, decir que las imágenes muestran que no se trata de un accidente; que fue voluntario. Es decir. Un suicidio. Claro, Nadie sabe realmente cuáles fueron los motivos que movieron a esta pobre mujer a tomar una decisión fatal. Pero en estas circunstancias terribles que vivimos, es licito sospechar que las causas fueron económicas. 

Economía

Un suicidio colectivo: la perpetuación del control privado del agua en Canarias -por José Antonio Delgado

La escasez de precipitaciones, la fragmentación del territorio y de la propiedad de la tierra, el carácter caciquil de la sociedad canaria y la casi nula inversión pública han determinado que las iniciativas llevadas a cabo en Canarias, y particularmente en la isla de Tenerife, durante el pasado siglo XX, para conseguir el afloramiento de aguas subterráneas con las que poder mantener y desarrollar los diversos cultivos tuvieran una naturaleza marcadamente privada, caótica y arbitraria.
Economía

En Bilbao, otro suicidio por desahucio, y van ocho (que se sepa)

Atención a esto. Es grave y preocupante comprobar que la prensa ya está prestando menos atención a estos graves casos de suicidios por causas económicas.
Ya he dicho y redicho que todo hace sospechar que los suicidios en el estado español se han disparado en el estado español a causa de la agresión económica ultraliberal. Lo que pasa es que solamente se publican referencias cuando se aprecia una evidente relación entre el lamentable caso y un desahucio. Pero si la víctima se quita la vida antes, cuando ya no puede más, pero no se sabe, pues no se publica. Pero, no disponer de datos objetivos no impide que se pueda afirmar que estamos ante un genocidio financiero. Todas las resistencias a derogar una ley decimonónica apelan a la necesidad de proteger el sistema financiero. Pero, por una parte, como dice Ada Colau, "ese sistema financiero ya está colapsado"; y, por la otra, aunque no fuera así, no hay duda de que son más importantes los derechos esenciales de las personas que los intereses financieros de las grandes empresas de la  banca
Vean un comentario de José  Ramón en CRÓNICAS DE ESPAÑISTÁN
Firmas

La muerte de Francisco J. Lema Bretón no fue un suicidio, fue un asesinato de estado


La muerte de Francisco J. Lema Bretón no fue un suicidio, fue un asesinato de estado - por Antonio González Tejera

 Ni un misero pronunciamiento oficial, ni un escueto comunicado del gobierno español, sobre el nuevo suicidio por desahucio en Córdoba el viernes 9 de febrero, esta vez de Francisco, un joven de 36 años, casado y con una hija. El Partido Popular pretende tapar un genocidio evidente generado por sus políticas de recortes sociales.