Por solidaridad genuina, que empieza por la verdad, para que quienes producen las muertes y los refugiados no jueguen con nuestra buena voluntad convirtiéndonos en piezas funcionales al despoblamiento pautado de Siria.
Tamer Sarkis. Entrevista en DIARIO UNIDAD a Van Markuss, joven voluntario internacionalista en el Donbass (Novorrusia)
El espíritu de la Ilustración, portador de una nueva sensibilidad en la comprensión del “Ser Humano” que rompía profundamente con el pesimismo característicamente cristiano-calvinista, encontró en las exploraciones de ultramar una ocasión y una especie de metodología para “probar científicamente” esa ruptura que desarrollaba en sus obras filosóficas...
Nos hemos acostumbrado a oír hablar de deuda ilegítima y legítima; mientras la primera no iría con nosotros, la segunda sí habría que pagarla tras discernirla a través de auditorías científicas.
En estos últimos meses le salen a Grecia amigos por todas partes. Nada que objetar; todo lo contrario. Salvo que tales amigos podrían haberle salido hace treinta o cuarenta años.
Dicen las malas lenguas que el Gobierno sirio se dedica a demoler desde el aire las casas de sus ciudadanos.
Recientemente el Ministro israelí de Educación, Naftali Bennett, con su cara de ruso, o jázaro, o caucásico, tal vez turquemano, llamó al reconocimiento internacional de “la soberanía israelí sobre el Golán”.
Las grandes urbes de las grandes potencias imperialistas son extensos MALLS donde se vigila, cuida y almidona cada aspecto del tráfico mercantil.
La organización “Estado Islámico” ha venido siendo analizada desde numerosos puntos de vista, pero hay que reparar también en su rol como Cabeza de turco a quien imputar una falaz originalidad de todo Mal.
Digámoslo sin ambages: lo que de verdad hace a Venezuela irreconciliable con el Hegemonismo es ser ejemplo. No es el petróleo, ni los servicios públicos, ni el enclave estratégico caribeño, ni el respiro dado a Cuba, ni los comunistas en el poder (que no lo están), ni la burguesía nacional bolivariana (que la hay, claro). Lo que no traga la Casa Blanca es ver a Venezuela plantada ahí, ante el Norte, mostrándoles a los adeptos a la pos-historia que hay vida después de Fukuyama, y, peor aún, mostrándoselo a los 60 millones de parias excluidos/encerrados/enterrados al fondo del Corazón de la Bestia. Miles de ellos llevan años templando sus helados inviernos gracias a las donaciones estatales venezolanas.