Esta es una de las líneas de lucha en que Attac y otras organizaciones ciudadanas se han implicado con mayor empeño, porque en verdad es un asunto de extrema gravedad. Pero aquí, una vez más, el neoliberalismo ha vencido. Cuando la presión social era muy potente, los gobiernos felones de la Unión Europea y la propia Comisión, tiraron por la calle del medio e impusieron el secreto en las negociaciones de tratados de libre comercio. Lo de "libre" es un sarcasmo. En realidad, son tratados que encadenan al comercio y por los que los estados ceden de una manera miserable su soberanía a as multinacionales. En artículo que recomiendan Francisco Morote, de Attac Canarias y el coherente veterano militante socialista, Juan Torres, desde PÚBLICO, vuelve a relatar por enésima vez la malignidad de estos tratados y sus funestas consecuencias para los presupuestos públicos. El neoliberalismo, en su implacable estrategia por afanar toda la riqueza del mundo, como sea.

En INFO LIBRE y en la web de ATTAC, Liliana Pineda y Enrique Ortega abordan otro de los temas a cuya reflexión obliga la parada social y económica motivada por la covid-19, el espinoso, lacerante asunto de la privatización del abastecimiento de agua, cuya privatización ha traido montones de perjuicios allá donde se haya producido.

Yo, Chema tante, mientras escucho con creciente exasperación las insidiosas declaraciones de analistas económicos, gritando sobre las negras perspectivas económicas, y exhortando de paternal e insufrible manera a buscar el cobijo que la UE ofrece, endeudarse y aceptar la esclavituid subsiguiente, vuelvo a comprobar que la solución para los problemas gravísimos derivados de la pandemia -y los anteriores, todo consecuencia de la brutalidad neoliberal- está ahí, al alcance de ñla mano. Basta con aumentar la recaudación fiscal, basta con poner coto al acaparamiento de la riqueza que perpetran las gentes afortunadas. Juan Torres, desde PÚBLICO, en artículo que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, insiste sobre esa práctica torticera, inaceptable, de que las multinacionales deriven artificialmente el registro de sus operaciones -y el beneficio contable- a estados con legislación fiscal laxa, hurtando de esa manera el dinero de impuestos a los erarios de los estados en que se realiza realmente el negocio.