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domingo, 28 de abril de 2024 00:20h.

A cuenta de hablar, selectivamente, de la inmigración ilegal en Canarias, sin enfrentar el verdadero problema, la inmigración legal - LIBERACIÓN

 

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A cuenta de hablar, selectivamente, de la inmigración ilegal en Canarias, sin enfrentar el verdadero problema, la inmigración legal -LIBERACIÓN

 

Llevamos tiempo con sucesión de artículos de prensa alarmados hablando de la inmigración en Canarias.

La alarma siempre recae por unos cientos, sumando algunos miles, de migrantes de nuestro continente natural, África, en su temeraria travesía en cayucos o pateras para buscar una vida mejor, que por cierto no es precisamente en Canarias, sino que realmente piensan en Francia u otros países europeos.

La prensa escrita editada en Canarias, que no es lo mismo que decir prensa canaria, de forma almibarada sigue las decisiones de Madrid que es instalar en Canarias las prisiones adecuadas para mantener esa inmigración aquí, convirtiéndonos en un Lampedusa del Atlántico.

Una vez más, España vuelve a manejarnos, usando de unas instalaciones antes militares para supuestamente resolver la situación, y con ello cercena la lucha de colectivos como Foro por la Isleta que lleva tiempo reclamando ese espacio para el bienestar de los vecinos, sin embargo, acabará convirtiéndose en centro de internamiento para quienes llegan huyendo del hambre, la miseria o la guerra.

En definitiva, la UE se quita un problema, cuando realmente el problema se resuelve si en vez de ir a despojar de riquezas a los países africanos se les incentivase su progreso, lo que obviamente acabaría con tal problema de raíz a medio plazo.

Curiosamente, esa misma prensa “canaria” no enfrenta el verdadero problema inmigratorio de Canarias, ese que hace negocios en Canarias sin límites, que presiona sobre el territorio, que presiona sobre nuestro mercado laboral, que presiona sobre nuestros recursos, que presiona nuestra calidad de vida.

Esa inmigración de residencia, que no es la turística aunque también habría que darle a ésta su tratamiento específico, llega por los aeropuertos, con papeles, es legal, pero esa es realmente la que habla idiomas que presionan el mercado laboral, es la que tiene recursos económicos para residir en Canarias presionando precios y alterando el frágil equilibrio económico del país canario.

Esa inmigración italiana por poner un ejemplo, que en 2019 se planteó formar partido político para acceder al Ayuntamiento de la Oliva, esa inmigración que nos desprecia en nuestra casa, que nos veja y que nos está obligando a emigrar de nuestro país.

Esa inmigración de 113.000 españoles, a veintidós mil por año desde 2018 a 2022, según informó en abril La Provincia, ¡periódico canario!, que presiona sobre la vivienda, que presiona sobre el trabajo, que presiona cultural y sociológicamente, que presiona …, aunque hayan dejado atrás cientos de miles de kilómetros cuadrados que no tiene Canarias.

De esa inmigración no se habla, se asume en nombre de no se sabe qué, pero ciertamente, esa es nuestra tragedia y no los cayucos o pateras.

Es claro que no podemos jugar de tú a tú con 440 millones de personas, normalmente de mucho más poder adquisitivo que nosotros, que no podemos jugar de tú a tú en una organización internacional donde no pintamos nada, y hemos aceptado sus reglas de juego, o mejor, nos las han impuesto sobre nuestra secular ignorancia.

Si Canarias quiere sobrevivir tendrá que hacer un primer movimiento previo a todos, revisar su relación con la Unión Europea, no podemos estar sometidos a un Tratado que nos destruye como sociedad.

La solución está en abandonar el estatus político-económico actual de las RUP, y pasar a ser un PTU, negociado a la carta, como todos los PTU de la UE.

En esencia, mantendríamos nuestra capacidad de exportación a la UE, pero ganaríamos libertad comercial en importaciones, y así mirar otros mercados como cuando lo hacíamos con Asia, en aquéllos adorables años de los Puertos Francos.

Y lo más importante, terminar con la libertad de residencia y acceso al mercado laboral canario. Groenlandia (Dinamarca), Aruba (Países Bajos) o San Bartolomé (Francia) son PTU de la UE, y no se les aplica el espacio Schengen, a nosotros estar dentro de él nos está desangrando, destruyendo como pueblo, por tanto no nos interesan esas reglas.

Estas son las cosas que hacen los pueblos cultos, nosotros en cambio pensamos, o nos dirigen a pensar, que nuestro problema son los migrantes africanos, los que no vienen del Norte, mirar la punta del dedo y no mirar el Universo.

LIBERACIÓN.   Organización   política   del   Archipiélago   de Canarias

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mancheta junio 23