El debate irreal, mientras que el rey sigue desnudo

El movimiento reivindicativo de los trabajadores necesita un punto de apoyo político  - ESPACIO INDEPENDIENTE

La crisis política del régimen español arrastra al candidato del PSOE y al gobierno progresista desde los primeros momentos de la campaña electoral. El debate entre los principales candidatos, que tanto prometía según los animadores de este modelo, ha resultado una bronca de 100 minutos, ocultando los candidatos mucho más de lo dicho. Sánchez y Feijoo impidieron, quitándose mutuamente la palabra, que se pudieran entender sus relatos y propuestas. Se encargaron de impedir un debate claro, haciéndolo por contra a cara de perros en pelea por el mismo hueso, evitando que los principales asuntos de la política nacional e internacional fueran discutidos. 

El debate irreal, y a la americana, parecía tratarse de unas elecciones presidenciales, cuando el presidente en España se elige en las Cortes Generales y no en las urnas; mientras que el jefe del Estado viene impuesto por la herencia franquista y el consenso monárquico. De forma que no se habló nada de la política de guerra en la que está embarcado el Estado español detrás de la OTAN; no se dijo ni una sola palabra de la guerra de tronos de la familia Borbón en la cúspide de la Jefatura del Estado; y  nada, nada de nada,  acerca de las relaciones Iglesia Estado, ni de las leyes de la Memoria histórica y democrática, incapaces de acabar  la impunidad de los crímenes franquistas, en la que los jueces reconocen hasta la legalidad del “Cara al Sol”  de los fascistas. Aquello que se pudo oír -en medio del barullo- relativo a la sanidad, a la educación, al coste insoportable de la vida para millones de familias trabajadoras …, nada tuvo que ver con la existencia de planes de privatización y desmantelamiento de todos los servicios públicos, es decir, con la realidad del saqueo de lo público. 

Ante todo y sobre todo, los candidatos a la Presidencia del Gobierno, por la derecha y la izquierda oficial del régimen, prepararon y ejecutaron un debate irreal, ocultando mutuamente que ni el PSOE ni el PP podrán gobernar solos; que los primeros dependen directamente de Sumar y de otros, y los segundos de Vox. Se echaron en cara mutuamente la necesidad dichas alianzas: el PP criminalizando el papel de Bildu y ERC; el PSOE denunciando los gobiernos del PP-Vox en municipios y autonomías. El PP llegó a poner sobre la mesa un refuerzo antidemocrático de las políticas de Estado, con el consenso integral PSOE-PP hasta sus últimas consecuencias, mediante un acuerdo por el que solo debería gobernar la lista más votada por determinación de ambos partidos. La consagración del bipartidismo y la alternancia PP-PSOE en protección del régimen de la monarquía.

Asistimos a un debate programado y embarullado, hecho a la medida de quienes deben esconder las corruptelas y privilegios del poder político y sus principales planes, aunque muchos de ellos sean públicos y notorios, sin reconocer en ningún momento la existencia de una crisis de Estado y, sobre todo, el hecho de que el Rey, como vértice del aparato del Estado, sigue al desnudo.

En paralelo a la campaña electoral de las elecciones generales, la Casa de Borbón hace su propia campaña, la del mantenimiento de su poder antidemocrático, pese a la situación de enfrentamiento en el seno de la familia real, prohibiendo -por razones que se desconocen- la presencia del “motor de la Transición” en el país. Mientras tanto, se perfila el futuro inmediato de la heredera al trono. El próximo 17 de agosto la heredera ingresa en la Academia Militar de Zaragoza para ostentar el cargo futuro de Capitán General como su padre y abuelo. El 7 de octubre la heredera jurará bandera como dama cadete y el 31 de octubre jurará la Constitución, es decir, la “carta otorgada” de su abuelo a los pueblos de España. Todo un plan de renovación de un poder contrario a la democracia. 

El baile de datos y cifras de los candidatos (que representan conjuntamente el 40% del electorado que vota- acerca de la realidad económica, no era en sí mismo sino una ensalada de contradicciones. Sánchez, quiso hacer valer aquello de que “la economía va como una moto”, moto que solo le compran con el silencio aquellos que han doblado los beneficios empresariales, pero que Feijoo no estaba dispuesto a comprarle nada, poniendo de manifiesto que “el sanchismo” ha sido el tercer periodo presidencial “que menos empleo ha creado”, y que “las horas trabajadas son menores” ... El baile estadístico entre lo que traían escrito uno y otro candidato, puso de relieve, pese a los datos contradictorios, la existencia de una sola política económica en beneficio de los amos del mundo, con dos maneras de entender o interpretar esa misma política: “la progresista y la reaccionaria”. Dos ramas de una misma política económica, que no es otra que la que se dicta desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), la del capitalismo en crisis.

La cuestión de las naciones que aspiran a su soberanía nacional apareció reiteradamente en forma negativa, siendo el mismo Sánchez quien puso sobre la mesa, cómo la supuesta negociación con los partidos catalanistas ha sido la que ha desmovilizado el catalanismo al reducir las condenas. El manoseado tema del terrorismo, como falso argumento, se utilizó una y otra vez, cuando la misma hermana del concejal Ordoñez ya recriminó la utilización de la consigna de campaña del PP “que te vote Txapote”, dirigida contra los apoyos parlamentarios de Bildu al Gobierno de coalición.  

El mensaje político de los candidatos del consenso monárquico se concretó de alguna manera en el “minuto de oro”. Feijoo, reclamó “que ustedes voten masivamente el próximo día 23 para acabar con los bloqueos y los bloques que en este momento están atenazando la política española”. Sánchez, no tuvo por menos que pedir que se vote con “esperanza”, subrayando la disyuntiva entre la “España que siga avanzando” (la suya); o “un túnel de tiempo tenebroso” que representan PP y Vox.

La lucha por la democracia y la República es la de las reivindicaciones sociales. Las huelgas del metal de Vigo, la de los trabajadores de la Justicia, o de la Coordinadora del metal de Cádiz contra los despidos, entre otras, vuelven a poner de relieve la necesidad de una alternativa política del conjunto del movimiento de los trabajadores y los pueblos. El movimiento político por el socialismo que representan las reivindicaciones de trabajadores y pueblos, demandan una solución política republicana para acabar con la impunidad y la desigualdad, por el disfrute de plenos derechos democráticos contra los privilegios de las instituciones medievales del trono y el altar. Lo que requiere el reagrupamiento independiente por sus reivindicaciones, por la emancipación social, capaz de impulsar un proceso constituyente y soberano, por Cortes con plenos poderes.

Cuando los actos de la izquierda oficial se protegen, con la actuación de los servicios de orden, de la presencia y/o intervención de los trabajadores en huelga, se pone de manifiesto que los candidatos de la izquierda oficial no están muy dispuestos a representar las verdaderas aspiraciones de los movimientos reivindicativos. Con el debate cara a cara de los dirigentes del PSOE y del PP, la campaña electoral ha sufrido un giro inesperado en la que parece haberse frustrado la carrera televisiva de Sánchez. Recordemos que en el PSOE se veía en el debate irreal, el cara a cara entre el jefe del gobierno y el de la oposición, la gran oportunidad para remontar las cifras que marcan tendencia. 

La ruptura de los consensos y pactos con los franquistas es lo único que podría alejar a PP y VOX del próximo gobierno. Para ello ¡Que se devuelva la palabra a los pueblos para decidir democráticamente mediante referéndum legal y vinculante: Monarquía o República!

Espacioindependiente nº 517, jueves 13 de julio, 2023 

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