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viernes, 29 de marzo de 2024 06:56h.

Documento Estratégico. En tiempos del Coronavirus Amenazan con unos nuevos Pactos de la Moncloa y con el Plan Marshall - Partido Socialista libre Federación

 

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Este es el documento estratégico elaborado por los órganos de dirección y coordinación del Partido Socialista libre Federación al objeto de proponer respuestas políticas a la crisis de la pandemia y a la crisis capitalista internacional, desde el socialismo de clase, la izquierda internacionalista y la alternativa republicana por la libre federación de los pueblos. No es un artículo, es un documento estratégico que ofrecemos a la clase trabajadora, clases populares y sus organizaciones, activistas y personas que desean la igualdad, el cambio, el reparto y la justicia.

DOCUMENTO ESTRATÉGICO     

En tiempos del Coronavirus

Amenazan con unos nuevos Pactos de la Moncloa y con el Plan Marshall

Al calor del caos desatado con la llegada de la epidemia que de China se vino a Italia y España en primer lugar, para extenderse rápidamente por todas partes, a través de los medios políticos y de comunicación en manos de los grandes grupos de presión vinculados al sector financiero internacional, hemos conocido la proposición por parte del grupo Prisa, que marca línea a seguir al Gobierno, de unos nuevos Pactos de la Moncloa. O lo que es lo mismo, a falta de proyecto político serio, vamos a reeditar los Pactos de la Moncloa.

¿Quiénes son esos de Prisa que tanto predicamento tienen en los medios oficiales? Se trata del principal grupo de comunicación de radio, televisión, prensa escrita y editoriales en español, compuesto por capitales internacionales ligados al aparto político-militar de los EEUU, al régimen Qatarí, y a los principales bancos españoles.  Constituyen un verdadero grupo de presión- multinacional de la comunicación y de la política burguesa, que después de la muerte de Franco se convirtió en el verdadero portavoz del régimen del 78, expresión del franquismo monárquico más avanzado que ha estado detrás de los pactos y consensos, y por ello inspirador  tanto del “felipismo”, como del “aznarismo”, de la segunda parte del “zapaterismo” y del “rajoynismo” , es decir, un verdadero  todo terreno de la política oficial española, en permanente crisis financiera; experto en la intoxicación y desinformación, en la colaboración de clases nacional e internacional, al servicio siempre de los capitalistas e  imperialistas contra los trabajadores y pueblos del mundo. Grupo de presión político y mediático de tipo semioficial, que sostiene también, cierto que críticamente, al gobierno de coalición y éste se cobija en sus propuestas frente a la violencia verbal de la derecha y extrema derecha.

Sánchez y su vicepresidente Iglesias no solo han venido en los tiempos del coronavirus a tratar de resucitar los Pactos de la Moncloa de la mano de los de Prisa, además, y como nueva prueba de originalidad política, tratan también de resucitar el Plan Marshall. Es decir, que la solución de la grave crisis sanitaria, social y política que amenaza con una hecatombe económica y financiera pasa -según Sánchez y sus ministros- por una nueva ofensiva de las institucionales internacionales del capital al objeto de controlar al trabajo, y por un pacto de unidad nacional del capital y del trabajo.

 

Introducción: Los Pactos de la Moncloa

El promotor de los mismos, el burócrata Fuentes Quintana, era vicepresidente del gobierno de Suárez y, ante la debilidad de los herederos de Franco para enfrentarse al movimiento reivindicativo que se transformó en amplias huelgas sectoriales, era partidario de un acuerdo político con los partidos ante la resistencia de los sindicatos, a quienes propuso que los aumentos salariales fueran cuatro puntos inferiores a la tasa de inflación prevista para 1978, con una inflación próxima al 30%. Las direcciones del PCE y CCOO se mostraron favorables a los pactos para mantener el débil gobierno de Suárez; los dirigentes del PSOE se sumaron a ellos ante las resistencias mostradas por los sindicatos más combativos de UGT, que en un primer momento -oficialmente- los rechazó, para someterse a ellos más tarde de forma antidemocrática. Y los topes salariales contra el movimiento reivindicativo y sindical fueron impuestos por el gobierno y los partidos y sindicatos firmantes. En diciembre del 77 se convocaron elecciones a comités de empresa que limitasen la acción de los trabajadores y de los mismos sindicatos, empresa a empresa, para romper el movimiento reivindicativo general; elecciones que tuvieron lugar a comienzos de 1978.

Fue Abril Martorell, que sustituyó al dimitido Fuentes Quintana, quien tras las elecciones a comités de empresa, comenzó a sondear la posibilidad de pactar con el PSOE  una propuesta que estableciera las bases de la Constitución por consenso, que legalizara democráticamente la herencia franquista, concentrada en la monarquía y en los altos cargos de las grandes empresas y bancos en manos de personajes franquistas, e impusiera mediante la amnistía de los verdugos la impunidad de los crímenes de la guerra, de la dictadura y del mismo periodo de transición que se vivía. La prórroga de los Pactos de la Moncloa fue la austeridad salarial y la reconversión industrial, comenzando por el sector naval.

Los informes de Abril Martorell encargados  por el gobierno del PSOE, que alardeaba de ser el gobierno del “cambio”, dieron lugar a los planes de privatización que se fueron introduciendo  sin haber sido aprobados en las Cortes, y que dieron lugar  a cambios sustanciales en la estructura económica. Privatizaciones en las que compitieron tanto los gobiernos del PSOE como del PP.

Con respecto al Plan Marshall, y para situarlo en su contexto histórico que es el de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, hay que decir que para la diplomacia norteamericana lo prioritario era llegar a acuerdos  de paz y colaboración con la Unión Soviética, acuerdos para contener las ansias de libertad y de socialismo, por ello  establecieron la división de Europa y del mundo.  En el momento histórico que se iniciaba una gran ola revolucionaria que sacudió el mundo  y Europa en particular con la caída del nazismo y el  fascismo, a excepción del régimen de Franco y de Salazar, que fueron protegidos en el marco del consenso internacional establecido en Yalta, Postdam y Teherán, pactos políticos internacionales  que configuraron los principios del nuevo orden mundial de la postguerra. La ola revolucionaria que se desarrolló durante los años 1943-1945-1946 fue frenada y desviada en primer término por esta alianza internacional establecida. En 1945 los EEUU financian directamente con 10.000 millones de euros al régimen de Stalin a fin de que no oponga resistencia a los planes imperialistas.

Entre 1948-1951 los EEUU deciden poder vender buena parte de sus excedentes comerciales a Europa, en el momento en el que el continente pasaba por una grave crisis económica, con una población sometida al racionamiento estricto y dominado por el mercado negro, para lo que se encarga un plan que se denominó como  “Programa de Reconstrucción Europea”; pero que fue más  conocido por el nombre  del Secretario de Estado Norteamericano de la época, el general Marshall, y que consistió en la inversión de unos 12.000 millones de dólares( el 40% en Gran Bretaña), condicionada a una política de ajuste  basada en el recorte del gasto público, y del gasto social. Del plan Marshall  los diplomáticos norteamericanos pasaron inmediatamente  a la venta de armas.

 La inyección de dólares, que los EEUU introdujeron en Europa al objeto de frenar las revoluciones democráticas y obreras que se estaban produciendo tras la liberación de los nazis al término de la II Guerra Mundial -fruto de la acción de partisanos, resistentes y de la lucha popular y de la reconstrucción de los partidos y sindicatos obreros, así como el gobierno Laborista de Gran Bretaña y su política de nacionalizaciones de grandes sectores de la economía británica-, permitía el control estadounidense de las políticas de reconstrucción nacional impulsadas por los gobiernos de liberación europeos. Por tanto, evitar nacionalizaciones, expulsar a personas que deseaban la transformación social y controlar políticamente a los países bajo la influencia de los EEUU tras su reparto de Europa con la Unión Soviética, era su objetivo final. Además, un Plan Marshall necesita una fuente de financiación. La Unión Europea, o mejor dicho, la eurocracia de Bruselas y muchos de sus miembros no parecen estar entusiasmados con la idea. En cualquier caso, las ayudas van a estar condicionadas, dado que ni se respeta la soberanía popular ni la soberanía nacional por parte de las comunidades europeas.

 

I. Dinero y financiación

En plena expansión  del coronavirus, que desborda todos los mecanismos previstos por el sistema, que han puesto en peligro millones de vidas humanas y la vida normal de la mayoría de la población, antes que nada ha provocado la caída en vertical de las principales Bolsas y ha puesto en precario a los grandes bancos y empresas, por ello, las primeras medidas de la gestión de la crisis se han inscrito por decisión de los gobiernos de uno u otro color en el dopaje por los bancos centrales de las entidades financieras privadas  con muchos miles y miles de millones de dineros públicos. Contribuyendo a la hipertrofia financiera generaliza. Se trata por tanto de una crisis sistémica, que pone al descubierto todas las contradicciones del capitalismo en su fase senil. Todo ello prepara una crisis mayor que afecta a los fundamentos mismos del sistema.

La semi-parálisis de la actividad económica repercute en las cadenas de suministro, en la dislocación de las formas de producción y, en definitiva, en el freno de la actividad económica y financiera, pese a que las Bolsas siguen abiertas y las operaciones bancarias de alto riego en manos de los de siempre sin ningún control democrático y social.

Los antecedentes de la crisis financiera de 2008 deben ser tenidos en consideración para entender la gestión por parte de los gobiernos de la crisis en abril de 2020, dado que reitera alguno de los supuestos principales de aquella, comenzando por la impunidad con la que se trata los desmanes del gran capital, y  el imperio  del euro, que como camisa de fuerza oprime a los trabajadores y pueblos de Europa. Y si bien no ha comenzado por el sistema financiero, este no tardará en manifestar su situación al borde de la quiebra de buena parte de los bancos. Y en el hecho consumado de que la gestión de la crisis se inscribe, de nuevo, en el marco de la ofensiva del capital en crisis contra el trabajo a escala global.

Cuando comenzó la crisis de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers, Zapatero sacaba pecho declarando que “quizá España tenga el sistema financiero más sólido de la comunidad internacional”. Los bancos se comieron las Cajas de Ahorros y necesitaron setenta mil millones para mantenerse de dineros públicos que aún no han pagado. En la crisis de 2020 el Banco Santander, que pasa por ser el principal banco de la eurozona, concentra la crisis financiera conjuntamente con el BBVA. El frenazo en seco del estado de alerta y las medidas que se han tomado suponen un refuerzo entre los vínculos de los bancos y el Estado. Recodemos que todo el marco institucional del euro y de la Unión Europea ha sido determinado por los grandes bancos y empresas de Europa.

La contrarreforma establecida con el art. 135 de la CE por el gobierno Zapatero de acuerdo con el PP bajo la presión de la UE, por el que se estableció que lo primero, por encima de cualquier otra dependencia social, es atender al pago de la deuda a los especuladores, artículo que en primera providencia exigimos sea derogada inmediatamente. Estableciendo que el mecanismo de opresión que establece el pago de la deuda pública, como sucedió en Grecia, es uno de los principios del orden político y económico internacional del capitalismo en crisis y descomposición.

El aumento significativo de la economía de armamentos, que ha sido impuesta por Trump a la OTAN y a todos los países miembros, es una exigencia imperialista que se ha extendido a otras alianzas militares en América y Asia; y es una de las acciones fundamentales del capital tendente a superar sus principales contradicciones, y siempre a la búsqueda de beneficios que no encuentran en el sistema productivo de bienes, que no pueden ser absorbidos por el mercado mundial. En ese sentido hay que enmarcar el auge y la virulencia de las extremas derechas que responden a una estrategia marcada por Trump y su equipo. A esto hay que añadir, la extrema competencia internacional económica y comercial entre las diferentes potencias y bloques, entre EEUU y China en particular, ponen de relieve los límites de la propiedad privada de los medios de producción y de los mismos estados nacionales.

 

II. El mito de Europa solidaria

En cada ocasión la historia de la UE ha dejado claro sus valores y objetivos. Sus políticas de ajuste y austeridad, de privatizaciones y recortes sociales, han puesto de manifiesto que la burocracia de Bruselas existe en lo esencial para salvar los intereses de los bancos y del euro. Las relaciones de España con la CEE comenzaron por las condiciones que se le impusieron para acceder al club y que consistieron en una amplia destrucción del sector productivo, de los astilleros y siderurgias, del sector minero. Cuando comenzó la deslocalización del sector textil, no fue menor la reconversión agraria y ganadera, origen de la España vaciada, y la tendencia a establecer inversiones que potenciasen como alternativa el turismo y la construcción de segundas residencias. No es de extrañar que, frente a la pandemia del coronavirus, no somos capaces como país de producir batas y guantes, gafas…, y aún menos pruebas médicas de detección del virus y respiradores. La destrucción del tejido económico y productivo, por exigencia de Bruselas y sus planes, ha llegado a límites insospechados.

Las consecuencias del Brexit han comenzado a hundir el mito de la UE, como un espacio de derechos, libertades y paz; y han puesto al descubierto, como fruto de la experiencia, que las políticas de Bruselas solo hacen muy ricos a un sector de los ricos, y más pobres y precarios al resto de la población. Lo sucedido en la crisis de 2008, el ensañamiento contra Grecia de los hombres de la Troika, y la multiplicación de la deuda pública de los países que no forman parte del núcleo duro del euro, empuja a amplios sectores a cuestionarse la pertenencia a la UE.

Ahora, con las consecuencias dramáticas de la pandemia, cuando gracias a las políticas de la UE y a los intereses de miles de empresarios patriotas, se ha dejado a la población hasta sin fábricas de mascarillas (que han sido importadas por millones de China), se está llegando a poner en cuestión también el derecho público a la salud.

 

III. Nacionalizaciones y Deuda Pública

La respuesta social y democrática a la crisis ha crecido exponencialmente como consecuencia de la experiencia de la crisis del coronavirus; y son mayoría las organizaciones políticas, sindicales y los colectivos que plantean medidas de nacionalización de sectores como el sanitario y farmacéutico. Planteando la reversión de la sanidad privada a pública, y recuperar industrias como la textil, metalúrgica y minera…, de manera que hagan posible la recuperación de la soberanía industrial y alimentaria que fundamenta materialmente la misma soberanía política y democrática.

La precipitación de la crisis del sistema económico y comercial, que ha afectado en primer término a la rentabilidad del capital, pone al descubierto las principales contradicciones de un sistema financiero dominado por el capital especulativo (del 100% del capital circulante mundial solo una pequeñísima parte, menor del 0,5%, se corresponde a capital productivo o comercial, el resto es pura y simplemente especulación)La deuda mundial se ha acelerado desde la crisis de 2008 alcanzando la cifra de 240 billones de dólares, y en España, más del 100% del PIB. De forma, que la defensa de la salud y la vida de la población frente a la pandemia se ha visto favorecida, en todas partes, por el desmantelamiento de los servicios sanitarios públicos; situación que se combina en estos días con la caída vertical de todos los índices económicos; lo que ha venido a generar el caos sanitario, económico y social, que apunta en dirección de un efecto dominó del conjunto del sistema económico y financiero.

El gobierno de coalición en sus decisiones superpuestas no ha tomado las medidas económicas que podrían evitar la sangría especulativa, comenzando por el cierre de la Bolsa, y el control de los movimientos de capital mediante la intervención en los bancos, así como la ruptura con los pagos de la deuda pública que supone la cuantía de 86 millones de euros al día. Evitando la especulación con los productos alimentarios y de primera necesidad controlados por las grandes multinacionales de la alimentación; permitiendo el funcionamiento de los mercadillos populares de control municipal. Los mercados de proximidad han sido sacrificados en aras de favorecer las grandes superficies, a su vez, grandes distribuidoras y acaparadoras de productos frescos, ganaderos y pesqueros … Por eso hay que promover que los ayuntamientos potencien los mercadillos de proximidad alimentaria, habida cuenta de que un 30% de la población habita en poblaciones rurales y es productora de recursos alimenticios locales, o de barrios populares de las grandes ciudades que viven de la economía informal o de la venta ambulante. Permitiendo y facilitando que a través de las redes sindicales y sociales lo pequeños agricultores puedan establecer la comercialización de sus productos en los grandes núcleos de población.

La situación invita a plantearse las medidas necesarias para que las nacionalizaciones que se demandan en primer término sean llevadas a cabo, acabando la financiación pública de sectores privados y privatizados.

La necesidad y ocasión de poner el sector sanitario y farmacéutico al servicio de la salud pública es una reivindicación ampliamente sentida en estos momentos, acabando con uno de los sectores más parasitarios de la economía. La expropiación es por tanto la medida más realista que debe contar con los sindicatos y plataformas de trabajadores para poder organizar el control y planificación de los medios.

 

IV. Crisis sanitaria y salud pública

La pregunta a la que hay que dar respuesta política ante la situación de extrema gravedad es la siguiente: ¿Se han tomado por parte de las autoridades las medidas políticas y sanitarias de urgencia para revertir el caos sanitario y social?

Persisten después de muchas medidas tomadas para detener la pandemia dos sistemas sanitarios contradictorios: el sistema público que se encuentra colapsado, carente de la financiación adecuada, sin personal y sin los medios más elementales para proteger la salud de todos…, y el sector privado en manos de fondos buitre y grupos de especuladores destinados a dar servicio de lujo a las familias de la burguesía, financiado con recursos públicos y que aprovechan el caos para hacer negocio con el alto número de contagiados que pasan por sus centros. El origen de toda esta situación está en la aprobación de la ley 15/97 de “modernización sanitaria”, promovida por el PP y votada favorablemente por el PSOE. Ley que fue el punto de partida de la privatización sanitaria, y de la financiación pública de la industria farmacéutica en manos privadas. Las privatizaciones en sus diferentes modos se han constituido en atentado continuado contra la sanidad pública, situación que debe revertirse inmediatamente porque de ello depende la vida de millones de personas.

 Es una acción sanitaria igualmente la de los cuidados y nos referiremos a residencias de mayores y/o discapacitados, o mujeres en riesgo de violencia criminal machista. Todos estos sectores de cuidados, insistimos, incluidos los domiciliarios deben ser de gestión pública y controlada sanitariamente. El negocio de las residencias de mayores, como se ha demostrado, es deleznable en muchas de las residencias y sus trabajadores y trabajadoras muchas son precarias e incluso de economía sumergida. Su nacionalización es una demanda y una necesidad.

Igualmente, los servicios sociales y de atención a personas con problemas sociales, económicos, de protección o auxilio han sufrido la garra de las privatizaciones. Por surrealista que parezca y al igual que en el negocio de las residencias de mayores, aparecen empresas constructoras y de seguridad privada como adjudicatarias de contratos de explotación que Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos han otorgado sin escrúpulos ni posterior control al objeto de exigir al menos el cumplimiento de las obligaciones contractuales establecidas. La contratación privada de servicios públicos, las encomiendas de servicios a privados, es uno de los mayores focos de corrupción, fraude y atraco de fondos y recursos públicos. 

En los hospitales y centros de salud, en toda la población, hay que demandar que ¡todos los recursos sean para la sanidad pública, derogación de la ley 15/97, y nacionalización sin indemnización de todo el sector privado!

 

V. La corrupción política e institucional

La política oficial española de los siglos XIX y XX, que se prolonga en el siglo XXI, está marcada de forma reiterada por la corrupción política e institucional. A partir de la restauración de Alfonso XII por un golpe de estado militar, gobiernos de uno u otro color político partidista no dejaban de participar en el saqueo de medios públicos. Tanto liberales como conservadores, progresistas o moderados, de los gobiernos de la restauración monárquica eran llevados por la inercia del poder detrás del régimen para  el que gobernaban al pozo de la corrupción, que (tras derrotar a al régimen legítimo de la República mediante un golpe de estado y una cruel guerra contra el pueblo), siguió siendo el medio de contentar a las familias franquistas y los mandos militares del ejército de Franco y a la propia familia del dictador. El régimen del 78 tan solo cambió algunos nombres en esta inercia; y los Borbones han sido continuadores de su tradición dinástica. Los escándalos de corrupción política suelen aparecer en la decadencia de los diferentes gobiernos como expresión de un mal de fondo que se trata de ocultar por todos los medios. El caso Pujol sólo aparece cuando Pujol ya no es necesario para apoyar gobiernos de unos u otros. El PP y el PSOE han acumulado la mayoría de los escándalos más conocidos, pero muchos otros han sido ocultados hasta el día de hoy, en particular los escándalos de corrupción que hacen referencia a la actividad de los titulares de la jefatura de Estado. La corrupción no es en ningún caso ajena al sistema político e institucional. Liquidar la corrupción es la asignatura pendiente, pero para aprobarla es necesario un cambio de régimen y de constitución. Cambio que vine siendo demandado por el pueblo catalán, vasco..., y otros mediante  el libre ejercicio del derecho de autodeterminación. Cambio que llega a las Cortes Generales con la demanda de la convocatoria de un referéndum sobre la cuestión central de monarquía o república.

Decía Agustín de Hipona (más conocido como San Agustín) que “un Estado que no se siguiera según la justicia, se reducirá a una gran banda de ladrones”.

El ámbito político del régimen del 78 se ha ampliado ante la crisis del PP por la derecha con Ciudadanos y VOX, y con Unidas Podemos como aliada del PSOE, ampliando el tablero político e institucional. No cabe duda de que las propuestas de VOX y de sus contenidos van en el sentido de reforzar los mecanismos institucionales de mantenimiento del régimen del 78 ¿Qué piensa VOX de la monarquía y de los partidos fieles a la herencia franquista? Vox considera  que la monarquía ”ha prestado servicio extraordinario a España, tanto dentro del país como a nivel internacional convirtiéndose en la mejor embajada en el extranjero, por lo que esperan que lo siga siendo en el futuro”. Afirmando que su mayor aspiración  para defender la unidad nacional, proviene directamente de Felipe VI. ¡Viva el rey! Se ha convertido en el grito de guerra de la extrema derecha. Los amores entre la monarquía, las derechas y los fascistas no son nuevas, recordemos está el juramento de los Principios del Movimiento por J. Carlos, o las manifestaciones públicas de Alfonso XIII reclamándose” el primer falangista”.

 

 

VI. Desde la lucha por el socialismo

La expropiación de ciertos grupos capitalistas forma parte del programa socialista y da respuesta a la aspiración social de la inmensa mayoría; lo que conlleva la lucha por una dirección política que en su programa haga suyas dichas reivindicaciones. El momento actual combina la contradicción entre la agravación de la crisis del imperialismo, es decir, del capital financiero y de los regímenes políticos en presencia, y la falta de dirección política capaz de ayudar a la movilización y centralización política. El socialismo aspira y defiende el reparto de la riqueza y hay dinero para todo. Mucho dinero, solo que en pocas manos y tan solo como apuntes contables, es decir, el dinero es tan solo una realidad virtual y una excusa para impedir avances sociales y de paso enriquecer a los bancos gracias a la deuda pública. En el reino de España la CEOE, después de haber des localizado la industria española junto con la Unión Europea, exige no pagar impuestos. Nadie va a pagar impuestos, excepto los que tenemos y seguimos teniendo una nómina. Solo una nómina y, curiosamente, la mayoría no nos negamos. Pero, ¿qué ocurre con el dinero?, ¿dónde está el dinero? Sencillo, los ricos y las multinacionales llevan ya muchos años sin pagar impuestos reales por sus beneficios. Bancos españoles, grandes fortunas españolas junto con dineros de la corrupción -sea coronada o no- y el dinero de las mafias de la droga, de la prostitución y las armas opera en paraísos fiscales y, por tanto, evade impuestos a lo bestia. Pero es que, en la UE, en el reino de España, hay otra fórmula de evadir impuestos y son las SICAV, unas sociedades de inversión; en realidad, una fórmula de paraíso fiscal legal que debiera ser inmediatamente derogada, si hay vergüenza y valentía. Luego la solución no serán los pactos de la Moncloa II, sino comenzar por suprimir los paraísos fiscales, las SICAV y hacer las nacionalizaciones imprescindibles, expropiando a grupos capitalistas.

Pero hay también hay cuestiones sociales más allá de la economía tradicional y controlada y la necesaria conversión a públicos de todos los cuidados: y es la abolición de la prostitución, por razones de justicia, derechos humanos y fin de la esclavitud sexual, así como por razones sanitarias y defensa de la salud y la vida de las mujeres obligadas a prostituirse. También la protección de los derechos humanos y, entre ellos, los de los inmigrantes: la necesidad de, para respetarlos, dotarlos de papeles y regularizarlos.

Entendemos que, en la actual situación, desde el Parlamento, el Congreso de los diputados y diputadas, en ese espacio de la soberanía popular, se deben activar medidas al objeto de reactivar la industria autóctona, la agricultura y ganadería, la pesca y defender la soberanía alimentaria. Junto con nacionalizar una potente sanidad pública, servicios sociales y de cuidados públicos, educación e investigación pública y salarios justos, pensiones dignas y una renta vital básica para todas las personas que están fuera del empleo y las ayudas a autoempleo.

Una sociedad justa de reparto de la riqueza, defensa de la tierra y la cultura de paz y libertad, fuera de la militarización que está creciendo al calor de la crisis.

Pero estas acciones y otras imprescindibles exigen una acción internacional de las fuerzas del socialismo y la clase trabajadora. Como socialistas internacionalistas sabemos, y la experiencia lo demuestra, que es necesario revitalizar una acción socialista internacional, frente a un capitalismo autoritario que solo nos trae hambrunas, guerras, enfermedad, sufrimiento y destrucción de la vida mediante la destrucción del planeta tierra. También somos conscientes de la necesidad de clarificar qué entendemos por socialismo; y por supuesto, ni lo es el socioliberalismo colaboracionista con el capitalismo, ni tampoco China y el modelo chino es socialismo. Estamos en el caso chino ante una sociedad dominada por grandes capitalistas y multimillonarios que desde el Partido Comunista y con el Partido Comunista Chino explotan y oprimen a la clase obrera china.

El socialismo, si debe participar en la búsqueda de soluciones, tiene planteamientos diferentes a los de la economía ortodoxa y a los poderes capitalistas. Tenemos de hecho la solución a la crisis capitalista y de la pandemia; y es que lo público es imprescindible, pero en lo público y nacionalizado entendemos que la acción y gestión de las y los trabajadores de los sectores públicos sean sanitarios, de cuidados, educativos, industriales, mineros, agrarios, de transportes o de servicios, …, deben ser ellas y ellos quienes de forma democrática y eficiente se hagan cargo de la marcha de las actividades y democráticamente se planifiquen las actividades para cubrir lo necesario y perseguir la vida digna de las clases populares.  En suma, la lucha por el socialismo no es una utopía es una necesidad para la humanidad.

VII-La salida democrática y social a la crisis

En los primeros días de imposición del Estado de Alarma  el PSlF propuso un Plan de urgencia social, político y económico  dando respuesta a las demandas sociales. Plan que  partía de la idea de que las medidas tomadas por el gobierno no responden  a los intereses obreros y populares, y demandábamos de las Cortes Generales, y en particular de los partidos que hicieron posible  acabar con el gobierno corrupto de Rajoy, y que se han constituido en mayoría política  sobre la que se apoya el gobierno sin que el gobierno responda a sus demandas.

Sin embargo el juego político que en los últimos tiempos se traduce en las agresiones verbales contra el gobierno  y sus ministros por parte de las derechas para terminar votando todos lo mismo. Para que todo quede a beneficio del régimen  el Jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil venía a declarar en comparecencia oficial sobre el coronavirus  que las fuerzas policiales “trabajan por minimizar  el clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno” hecho este que posteriormente el gobierno desmentía. Ante esta situación hay que hacer propuestas claras y concretas tal y como en este documento se detallan.

 

A las Cortes se demanda, por tanto, la anulación de todos los despidos efectuados a partir de la crisis del coronavirus. Salario, y/o subvención indefinida  de urgencia para todas las familias  sin ingresos, por un mínimo  de 1.200 euros de renta vital indefinida, que debe ser de igual cuantía para el salario mínimo, y para las pensiones mínimas.

Presupuesto especial extraordinario para salvar la sanidad pública  y nacionalizar la sanidad privada, y las empresas farmacéuticas. Contratación del personal para asegurar la salud y la sanidad. Suspensión inmediata del pago de la deuda pública.

 Devolución de los 60.000 millones que fueron entregados por el gobierno del PP para salvar los bancos,  y confiscación de toda la fortuna ilegal de los borbones. Suspensión del pago de las cuotas de la Seguridad Social para los autónomos.

La construcción urgente de un sistema bancario público que acabe con el monopolio de los bancos privados, se materializa convirtiendo al ICO más la amplia red de Bankia, nacionalizada, en un gran banco público. Esto se puede acometer ya, solo es cuestión de voluntad politica del gobierno de coalición.

Moratoria total para los alquileres e hipotecas y suministros básicos. Suspensión de todos los desahucios, y expropiación por los municipios   de las viviendas vacías  propiedad de los bancos y fondos buitre.

Retirada del ejército de nuestras calles y plazas. Derogación de la ley mordaza y de la contrarreforma laboral.

Protección integral por el Estado  para niños, mujeres y personas mayores…Plan de Urgencia   que es un punto de apoyo y referencia a la movilización que se prepara en defensa de los derechos y aspiraciones de la mayoría.

Las protestas de los trabajadores en las empresas y tajos que no les facilitan los materiales de defensa frente a la epidemia, la manifestación de “Readers” en las calles de Madrid por el derecho a ser contratados  como trabajadores, y no como autónomos, son sólo las primeras expresiones  de un movimiento general contenido por las medidas de excepción impuestas, y bajo vigilancia policial.

Ayudar a la movilización social y política es una de nuestras principales tareas como partido obrero independiente en construcción política, conjuntamente con la disposición de las acciones y convocatoria de conferencias que ayuden al reagrupamiento de militantes, cuadros y corrientes a la reorganización política independiente.

Comprometidos, por tanto, en el desarrollo de la conferencia de trabajadores agrícolas por la Reforma Agraria, en la Conferencia Catalana Abierta por el reagrupamiento de militantes y cuadros por una salida favorable al libre ejercicio del derecho de autodeterminación y/o federación, concentrando todos los esfuerzos en la lucha republicana por unas Cortes soberanas con todos los poderes .

Las extraordinarias condiciones establecidas por la crisis del coronavirus permitirán  avanzar de manera generalizada en la lucha internacional por  la acción común de organizaciones, militantes y corrientes por la suspensión del pago de la deuda. En tanto que  el pago de la  deuda pública   se ha  convertido en instrumento clave  de dominación, incompatible con los derechos sociales y que contribuye a la ofensiva imperialista por la esclavitud de trabajadores y pueblos  del mundo. Responder a las necesidades más urgentes de la población resume la acción política a ejecutar  por parte de los socialistas por la libre federación de pueblos. Si los Estados no aseguran los gastos necesarios para financiar la sanidad, la educación, la manutención, y habitabilidad de la población…, para pagar la deuda pública a bancos y especuladores, ha llegado la hora de suspender el pago de la deuda como primera medida de salud pública ante el estado de necesidad creado.

Partido Socialista libre Federación

21-abril-2020       #FuerzaYCoraje

 

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MANCHETA 21