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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

Con esta civilización nos dirigimos aceleradamente hacia la autodestrucción

Manifiesto altermundista (pos COP 26) -  Attac Canarias

 

FRASE ATTAC

 

ATTAC CANARIAS

Manifiesto altermundista (pos COP 26) -  Attac Canarias 

La inminencia de colapso del medioambiente, según el equipo científico de Naciones Unidas para el clima, si no reducimos antes del año 2.030 el nivel de CO2  acumulado en la atmósfera, para que en dicha fecha no sobrepase los 1.5 grados de calentamiento global desde la época preindustrial, pone a toda la humanidad ante la prioridad de afrontar ese desafío. Se trata, como dice la activista Naomí Klein, de “diez años terroríficos”, en los que la especie humana se juega una buena parte de su futuro. Y la tarea consiste, nada menos, que en cambiar urgentemente nuestro sistema económico y nuestras reglas de convivencia a escala planetaria; es decir, cambiar nuestra actual civilización ecocida hacia otra sostenible en apenas  una década. Y el componente básico de esta civilización, es el capitalismo depredador o economía de mercado, que hoy esquilma el planeta con la codicia como único motor, y es incompatible con la cooperación-solidaridad y la sobriedad que se precisan para el sostenimiento de la convivencia pacífica entre seres humanos. El resultado de unos pocos siglos  de esa civilización ha sido la destrucción acelerada de la biosfera, dos devastadoras guerras mundiales y un sinfín de conflictos bélicos locales y de intervención imperialista, y la acumulación de la riqueza y del poder (político,  mediático, y militar) en unas pocas manos. Con esta civilización nos dirigimos, pues, aceleradamente hacia la autodestrucción. 

No ha sido una superficial conclusión de un grupo de catastrofistas. Desde principios de los años setenta del siglo pasado, “El Club de Roma” difundió un documento titulado “Los límites del crecimiento”, en el que aludía implícitamente a que nuestro sistema económico, con su necesidad intrínseca de crecer incesantemente, era insostenible, y que debíamos, pues, corregirlo antes de que fuese demasiado tarde. Hoy un nutrido y prestigioso panel de científicos del clima dependiente de Naciones Unidas nos avisa mes tras mes de que el tiempo  para transitar a otro modelo económico y civilizatorio sostenible  se agota y nos aboca a un colapso planetario.

La conclusión es que el ser humano, (salvo las pocas  tribus que aún sobreviven en algunos espacios vírgenes) no supo adaptarse al planeta, sino que intentó adaptar el planeta a él para explotarlo sin límites; y lo que está  consiguiendo es [destruirlo] destruirse y destruir a las demás especies.  La interdependencia entre todos los seres vivos hacía que la biosfera original funcionase como  una  gigantesca economía circular que se reproducía a sí misma. Hoy la sobreexplotación de especies por parte de la humanidad ha conducido a su progresiva desaparición; es decir, a la pérdida de la biodiversidad-interdependencia  características de la biosfera

Urge, pues, detener esa avanzada ruina provocada por la actual civilización capitalista-consumista, por ello el sistema capitalista, destructor de la vida, debe ser erradicado y sustituido por una nueva civilización ecosocialista; es decir, basada en la igualdad (material y legal), la fraternidad (solidaridad y cooperación, en lugar de competitividad y explotación) y la sobriedad (sin crecimiento ilimitado, ni consumo desbocado); una civilización en la que la sociedad humana viva en armonía consigo misma y con la naturaleza; o sea, una civilización sostenible humana y ambientalmente. Y ello sólo puede lograrse con una radical revolución social, porque los que mandan hoy en este planeta, una exigua minoría que, como ya hemos dicho, acapara  la riqueza  y el poder, se resiste a ello e intenta perpetuarse ([“business as ever”],  “business as usual”, los negocios como siempre, es su  lema) porque piensa que el deterioro medioambiental puede corregirse con un “capitalismo verde”  que no detenga el crecimiento económico ni erradique el sacrosanto “mercado” que, como sabemos bien en ATTAC, lejos de ser “libre”, ha devenido en un garito de tahúres que juegan con las cartas marcadas. La solución propuesta es invertir ingentes cantidades de dinero en un “greenwashing” , "lavado verde", que no resolverá el problema pero proporcionará notables beneficios. Es decir, con una miope revolución tecnológica, una especie de cirugía medioambiental basada en una retirada de CO2 de la atmósfera y un refrescamiento del planeta impidiendo que lleguen a él libremente los rayos del sol. Y  socialmente, el capitalismo se autodestruye porque, al empobrecer progresivamente a los trabajadores, también empobrece progresivamente a los consumidores. Situación que conllevaría, además, la esclavitud laboral y la pérdida de intimidad, con el control de Internet y de las redes sociales, para prevenir la rebelión ciudadana.  Como avisa Leonardo Boff en su artículo “El capitalismo se viste de verde”: " ... este diseño de la gran banca,  de las multinacionales y de la élite global no está hecho para salvar la vida en la Tierra, sino para garantizar sus fortunas y su modo de producción devastador. Los pobres y la gran mayoría de la humanidad está fuera de su radar, y serán contenidos por la inteligencia artificial, que impedirá que levanten cabeza. Embriagados por su codicia nos llevarán como inocentes corderos al matadero”. 

Como, por otra parte, dice Naomí Klein en el título de uno de sus últimos libros : “Esto lo cambia todo”. Es decir, aunque los objetivos por  los que ha venido luchando  el movimiento altermundista  para erradicar la inhumana y creciente opresión del capitalismo siguen siendo válidos, la inminencia y la gravedad de la catástrofe ecológica a que nos conduce  cambia las prioridades. Eso quiere decir que el movimiento altermundista debe priorizar la lucha contra el cambio climático y evitar el colapso de la vida humana y no humana  en el planeta. Si no ganamos esta batalla perderemos la guerra, pues no habrá una segunda oportunidad. Pero, si la ganamos, todo lo demás vendrá por añadidura, (ya que  buena parte de la naturaleza se autorregeneraría;como hemos visto en un Chernobil que, contra todo pronóstico, bulle hoy de vida) y el cambio civilizatorio haría  el capitalismo inviable.

No olvidemos , por último, que, como señala Leonado Boff, los gobiernos capitalistas presentes en la cita de Glasgow iban ya condicionados por los grandes poderes fácticos. La inmensa mayoría, con la misma misión de difundir globalmente la fe en el Capitalismo Verde, como supuesta solución a la grave crisis medioambiental planetaria, y caracterizar a los defensores del decrecimiento y el cambio civilizatorio como extremistas o catastrofistas. En Glasgow se ha alardeado de haber conseguido un amplio compromiso (no vinculante) para reducir el metano (¿renunciarán a las macro granjas de porcino  y vacuno ? ), pero no para eliminar el carbón, lo que, nunca mejor dicho, deja el panorama muy negro. ¿Se habló de los astronómicos y crecientes presupuestos militares y la venta de armas, o entran también en la consigna de “business as ever” ?  La COP26 de Glasgow se ha saldado, como la COP25 de Paris, con un resultado frustrante. Tendría entonces sentido  la respuesta de Greta Thumber cuando le inquirió su opinión la prensa al final de la primera semana: “bla, bla , bla”. 

Por ello -a nuestro entender- habría que convocar urgentemente foros sociales locales y nacionales  en todos los países, que desembocaran en un Foro Social Mundial monotemático, encabezado por los grandes movimientos ecologistas, con el lema “cambiemos el sistema, no el clima”.

Pero no sólo el movimiento altermundista debe sentirse concernido por esta dramática coyuntura, sino todos los habitantes del planeta si queremos conservarlo. La COP 26,  celebrada en Glasgow (Escocia) durante la primera quincena de noviembre, ha dejado, como las que le precedieron, inocultables frustraciones. El papel del movimiento altermundista será mantener viva la lucha  y altas las banderas.

ATTAC CANARIAS

 

 

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