El rostro de la amenaza 

MANIFIESTO DE LANZAROTE PARA EL TRATO DIGNO DE LAS PERSONAS MIGRANTES, 7 DE SEPTIEMBRE 2020

En respuesta a las manifestaciones contra la apertura de un centro de acogida humanitaria para personas migrantes en Lanzarote, nosotras y nosotros, vecinas y vecinos de Lanzarote queremos expresar públicamente:

Que estamos a favor de que las personas que llegan a nuestras costas tras un viaje traumático por mar encuentren en Lanzarote un refugio donde poder descansar y recibir asistencia el tiempo necesario para recuperar fuerzas y seguir con su viaje y sus proyectos vitales.

Que las personas que proceden de África deberían poder obtener visados y viajar al continente europeo en ferries o en aviones, en igualdad de condiciones que las personas europeas que sí pueden viajar a dónde quieren en el mundo, ya sea por ocio o para intentar mejorar sus condiciones de vida. No queremos enterrar en nuestros cementerios más personas ahogadas en el mar por culpa de políticas migratorias inhumanas y racistas. 

Que seguiremos luchando para que los derechos de las personas migrantes sean garantizados del mismo modo que luchamos para que se respeten los nuestros. Cuando se vulneran derechos, el conjunto de la sociedad sale perdiendo. 

A nuestros dirigentes políticos, decirles que quienes apoyan el odio y el rechazo no nos representan. Esperamos que les llegue nuestro “sentir” como parte de la población de Lanzarote.

A nuestras vecinas y vecinos que se organizan y salen a la calle para protestar, decirles que somos conscientes de que Lanzarote está amenazada. 

Tenemos muchos motivos por los que expresar nuestro descontento como ciudadanía: Turismo masivo, turismo sexual, vivienda vacacional, burbuja inmobiliaria, desmantelamiento de los servicios públicos, inflación, empleos precarios, desvío de fondos públicos, privatización del agua, crisis energética, cambio climático… La vida en la isla se está haciendo cada vez más insostenible.

Se vulneran nuestros derechos a una vivienda digna, al trabajo digno, a una sanidad pública y gratuita, a una educación de calidad para nuestros hijos e hijas, a vivir en una sociedad libre de violencia machista, a tener acceso al agua y a consumir alimentos sanos, producidos en nuestros campos. 

La corrupción, el clientelismo y la codicia nos están hundiendo en la miseria. 

Nos amenazan organizaciones con comportamientos mafiosos: partidos políticos que dejan indefenso el interés público, fondos de inversiones, cadenas de la gran distribución, constructores, hoteleros, touroperadores que consumen suelo y recursos naturales en beneficio propio y se lucran del trabajo esclavo de personas extranjeras que no tienen acceso a un contrato laboral. 

No nos equivoquemos de enemigos. La amenaza tiene rostro de persona blanca con traje y corbata y llega aquí con un maletín a rebosar de dinero y un pasaporte en vigor.