Todo el mundo se llena la boca con esta historia de los derechos humanos. Pero lo cierto es que los treinta derechos humanos universales establecidos por la ONU en 1948, y que son de obligado respeto por todos los gobiernos e instituciones, son ignorados y despreciados continuamente. Leer la lista de esos 30 derechos y compararlos con la realidad es realmente un ejercicio de vergüenza ajena. LIbertad, dignidad, igualdad, circulación, asilo, nivel de vida adecuado... todo son palabras escritas sobre papel mojado. Ahora, nos enteramos que "el relator especial de la ONU sobre el medio ambiente y los derechos humanos ha pedido a la Asamblea General que reconozca formalmente el derecho a un medio ambiente sano para combatir los flagelos del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación, que matan a más de ocho millones de personas cada año" Encomiable iniciativa ésta, cuya información señala Francisco Morote de Attac Canarias en las páginas de NOTICIAS ONU y de IAGUA. Pero yo, Chema Tante, infectado del más pesimista escepticismo, mucho me temo que, si se agregara a la lista esa mencionada de "Derechos Humanos Universales", el derecho al medio ambiente será, como todos los demás, condicionado al poder del dinero. Yo, al menos, no le veo remedio a esto. Aunque no por ello dejaré de luchar por conseguirlo, mientras tenga vida... Y por ello, también aplaudo las buenas intenciones del relator, David R. Boyd