Ahora ya ni se sabe como se llamaba, porque hubo un error en la identificación. Pero no importa. No importa ni como se llama ni que se muriera, como se mueren muchas niñas y muchos niños, y mucha gente mayor. Personas que mueren de hambre, de sed, de miedo, desamparo. Antes de embarcar, en la mar y después de llegar. No importa. Lo que importa son las mentiras de las bestias que dicen que estas personas que se juegan la vida y la pierden, defendiendo su derecho a un futuro mejor, trae problemas a Canarias. Pero no es cierto. La migración ni genera violencia ni delincuencia. La migración es maltratada. La migración no compite en el mercado de trabajo, porque lo que quiere es que le dejen seguir su camino hacia el norte. Y, no es lo más trágico, sino lo más cruel y estúpido: los ataques a la migración perjudican a Canarias, porque la migración, siempre, beneficia a los pueblos que la reciben. Y en Canarias sabemos mucho de esto. La migración es buena, el odio y el racismo, es malo. Lo digo yo, Chema Tante